Los consejos avalados por la ciencia para evitar y combatir la resaca

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Hay métodos probados para disminuir los estragos que causa el alcohol en el organismo.
Hay métodos probados para disminuir los estragos que causa el alcohol en el organismo. La Voz de la Salud | iStock

Te explicamos los factores clave para estos tres momentos: antes de beber alcohol, en la fiesta y al día siguiente

31 dic 2022 . Actualizado a las 09:15 h.

Una noche de fiesta nunca viene mal al espíritu, pero una copa de más puede ser la diferencia entre despertar de buen humor o sentirte fatal al día siguiente. La resaca, conocida en el ámbito médico como veisalgia, es el malestar que una persona experimenta tras haber consumido alcohol en exceso. Los síntomas los conocemos, en mayor o menor medida, todos: dolor de cabeza, náuseas, fatiga, sensibilidad a la luz y al sonido, e irritabilidad o angustia.

Así metaboliza el alcohol el cuerpo

Todo lo que ingerimos es procesado en el sistema digestivo, donde los nutrientes se convierten en partículas lo suficientemente pequeñas como para poder ser liberadas al torrente sanguíneo. En el caso de las bebidas alcohólicas, se estima que entre un 10 y un 20 % pasa directamente a la sangre desde el estómago, y llega a todo el cuerpo a través de esa misma sangre. En este proceso, se produce una primera fase de metabolización en la que el alcohol es convertido en acetaldehído, una sustancia altamente tóxica para el sistema. Guillermo López Lluch, Investigador en Metabolismo de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), explica: «El acetaldehído es un componente que se acumula en el plasma y va afectando al organismo, especialmente al cerebro. Esa sensación de aturdimiento que tenemos con la bebida viene de allí. El cerebro está recibiendo señales y modificando su actividad».

Desde la sangre, el alcohol, o etanol, llega hasta el hígado, para ser procesado por enzimas que eliminan las toxinas, transformando el alcohol en acetato, dióxido de carbono y agua. Más del 90 % del alcohol ingerido es eliminado a través del hígado, mientras que el 10 % restante es excretado a través de la orina, el sudor o la respiración.

El alcohol puede acceder a todas las estructuras del organismo: desde el cerebro, donde su acción es depresora, hasta los pulmones, en los que se elimina a velocidad constante (este es el mecanismo que permite detectar el nivel de alcohol en sangre mediante un alcoholímetro). Cabe destacar que el alcohol se elimina del organismo a una velocidad de 120 mg por kilo de peso corporal cada hora. No hay métodos que permitan acelerar ni modificar este proceso, aun cuando vomites, hagas ejercicio o comas algo.

Por qué nos da resaca el alcohol

Las teorías sobre las causas de la resaca son múltiples. Por un lado, está la deshidratación que causa el alcohol en el organismo. Por otro, se cree que beber en exceso altera la concentración de sustancias que regulan distintos procesos a nivel corporal, como la glucosa, el sodio o el potasio, que son requeridos para una normal coordinación muscular y función cerebral adecuada. En tercer lugar, un estudio reciente ha asociado el malestar de la resaca con una respuesta inmunológica que desencadena la liberación de sustancias relacionadas con el dolor y con los procesos inflamatorios.

La buena noticia es que la resaca tiene solución. La mala es que, como gran cantidad de problemas de salud, una de las claves está en prevenirla, algo que no siempre es posible dado que el consumo de alcohol es un acto sumamente ligado a lo social. Bebemos mientras estamos de cena con amigos, en una fiesta o una reunión familiar; lo hacemos mientras conversamos, bailamos y nos divertimos. De esa forma, el consumo de alcohol es más difícil de controlar, ya que bebemos sin darnos cuenta o sin pensarlo.

Lo que funciona para combatir la resaca

Según López Lluch, «difícilmente se pueda evitar la resaca tomando pastillas o medicamentos. Lo que podemos hacer es intentar simplemente evitar sus síntomas». Los síntomas de la resaca se pueden frenar en tres momentos. No solo es importante lo que hagas al despertar por la mañana tras haber bebido, sino que el antes y el durante también son instancias que se pueden aprovechar para evitar el daño.

Antes de beber

Si sabes que estarás en una situación en la que consumirás alcohol, puedes prepararte de dos formas. La primera es beber agua. El alcohol es una sustancia diurética, lo que significa que hace que elimines más líquido del que ingieres. Esto puede deshidratarte. De hecho, la deshidratación es uno de los síntomas más frecuentes de la veisalgia. Cuando el cuerpo pierde agua, los órganos comienzan a «tomar prestada» el agua del cerebro, provocando el infame dolor de cabeza y las náuseas que asociamos a los estados de resaca. «El alcohol deshidrata el epitelio, causando esa sensación de boca seca que todos hemos tenido», detalla López Lluch. Por esta razón, el agua es nuestra aliada a la hora de beber alcohol. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en la resaca, la deshidratación va acompañada de una pérdida de electrolitos que la ingesta de agua por sí sola no bastará para resolver.

Otro factor a tener en cuenta es la alimentación. Beber con el estómago vacío es muy peligroso, ya que el alcohol, además de sobrecargar al hígado, irrita al estómago. A esto se suma el hecho de que, cuando bebemos sin haber comido nada, el alcohol pasa rápidamente al intestino y es absorbido a gran velocidad. Lo recomendable es, entonces, comer. Sobre todo, son buenos los alimentos con alto contenido de grasas y carbohidratos, productos que permiten que el cuerpo absorba el alcohol de forma más lenta (aunque no afectarán los tiempos de eliminación del alcohol del cuerpo que, recordemos, no se pueden alterar). A su vez, los carbohidratos evitan que bajen demasiado los niveles de azúcar en sangre y hacen que sea más fácil vomitar en caso de necesitar hacerlo.

Si buscas algún complemento preventivo para la resaca, López Lluch aconseja optar por vitaminas. «Se puede tomar vitamina B12, ya que las células la utilizan para metabolizar más rápido. Se puede tomar antes del consumo de alcohol y puede llegar a paliar síntomas, haciendo que el hígado sea más eficaz», apunta.

Estar bien alimentado antes de beber también le da al organismo más tiempo para procesar las toxinas que se encuentran en el alcohol.

Durante la fiesta

Procura elegir bebidas de colores claros. La resaca es causada, en parte, por unas sustancias químicas llamadas «congéneres», que se generan durante el proceso de fermentación en la producción de distintos licores. Según la Clínica Mayo, los congéneres determinan el sabor de muchos tipos de bebidas alcohólicas y pueden contribuir a causar resaca o a empeorar su gravedad.

Las bebidas alcohólicas oscuras, como el brandy, el whisky, la cerveza negra o el vino tinto, tienen una mayor cantidad de congéneres que las bebidas transparentes, como el vodka, la ginebra y las cervezas rubias. Un congénere en particular, el metanol, se descompone en dos toxinas, formaldehído y ácido fórmico, que pueden empeorar la resaca. Y aunque la cerveza no entra en esta categoría, el gas que contiene aumenta la tasa de absorción de alcohol.

Si vas a beber, asegúrate de mantener tu hidratación para compensar la pérdida de agua que el alcohol ocasiona. El tradicional consejo de acompañar cada cóctel, copa o vaso de alcohol con uno de agua es una apuesta segura. Si te sueles olvidar de hidratarte, puedes llevar una botella de agua en el bolso y programar alarmas periódicas en tu móvil para dar unos tragos. «Puede ser agua con gas; lo que hay que evitar son los refrescos con azúcar y, sobre todo, las bebidas estimulantes. Porque esto añade un factor más que deberá ser metabolizado en el hígado, sumándole presión. El hígado va a sufrir y verse sobrecargado», explica López Lluch.

Al llegar a casa

Ya puedes imaginar cuál será el consejo: tómate un vaso de agua antes de irte a dormir. De paso, puedes tomar un antiinflamatorio para despertar mejor al día siguiente, ya que este tipo de medicamentos inhiben la liberación de prostaglandina, sustancia que contribuye a las resacas. «La aspirina puede ayudar, pero, si tienes el estómago un poco dañado, puede afectar un poco más a la mucosa intestinal. Mejor, en esos casos, el ibuprofeno», indica el investigador.

Por la mañana

El desayuno será crucial para sentirte mejor. Aunque tengas náuseas o no te apetezca comer nada, desayunar te puede ayudar a reponerte. Tomar café evitará el decaimiento debido a la mala calidad de sueño que se asocia al consumo de alcohol, «si es que eres una persona a la que la estimula el café, pero ese no es el caso de todo el mundo», aclara López Lluch.

Por otro lado, puedes incorporar al desayuno alimentos como lácteos y huevos. Estos productos son altos en cisteína, un aminoácido que contribuye a eliminar el acetaldehído, ese químico tóxico producido por el cuerpo a medida que metaboliza el alcohol. Sin embargo, lo ideal, señala el experto, es empezar con algo ligero y de fácil digestión. «Una compota, crema o una sopa pueden ayudar sin ser demasiado agresivas para los intestinos», propone.

Por último, las soluciones electrolíticas, como las bebidas isotónicas para deportistas, son útiles para reponer las sales y el potasio que se pierden con el consumo de alcohol, pero tampoco actuarán como soluciones mágicas.

Medicamentos

Si lo que quieres es mitigar los efectos más dolorosos de la resaca, puedes tomar ibuprofeno, pero nunca paracetamol. Este último puede provocar daños en el hígado. Lo que ocurre es que, para metabolizar el paracetamol, el hígado se puede servir de una de las mismas enzimas que necesita para procesar el alcohol. Al haber bebido, el hígado tendrá una mayor concentración de esta enzima, lo que ocasionará que el paracetamol se metabolice por esta vía, generando un exceso de NAPQI, un metabolito altamente nocivo. Si el NAPQI no se llega a eliminar, lo que puede ocurrir debido al exceso de alcohol, puede haber daño hepático.

En cambio, el ibuprofeno es un analgésico con acción antiinflamatoria que es eficaz para regular la respuesta del cuerpo después de de haber bebido.

Moderación

En definitiva, si se trata de evitar la resaca, la única fórmula infalible es controlar la ingesta de alcohol. Por supuesto, el truco infalible para evitar la resaca es no beber alcohol. Recordemos que se trata de una sustancia tóxica para el organismo, aun en bajas cantidades. «No necesitamos beber para disfrutar de un buen momento», señala López Lluch en este sentido.

Pero, en caso de tomar alcohol, la moderación podría ser clave para evitar la resaca. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos recomienda a las mujeres no consumir más de un cóctel al día, y dos en el caso de los hombres. Un cóctel es el equivalente de una cerveza de 360 mililitros, o 150 mililitros de vino, o un chupito (45 mililitros) de licor de alta graduación alcohólica.

Aunque en las fiestas nos veamos empujados a aumentar nuestro consumo de alcohol, lo mejor sigue siendo no sobrepasarse. «Mi recomendación es ser moderados. No voy a decirle a la gente que no beba, pero sí que es posible elegir bebidas de mejor calidad, priorizando eso antes que la cantidad», aconseja López Lluch.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.