Alimentos afrodisíacos: poca evidencia y mucho márketing

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Hay muchos alimentos considerados como afrodisíacos, pero, en realidad, estos efectos no han sido demostrados en la mayoría de los casos.
Hay muchos alimentos considerados como afrodisíacos, pero, en realidad, estos efectos no han sido demostrados en la mayoría de los casos. La Voz de la Salud

Desde las ostras hasta el chocolate, esto es lo que se sabe sobre los alimentos considerados afrodisíacos

14 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Planes para San Valentín? Quizás hayas pensado en incorporar al menú de este 14 de febrero alimentos afrodisíacos. Fresas, ostras, chocolate, papaya o canela son algunos de los productos más reconocidos por asociarse con estas propiedades. En pocas palabras, se les atribuye la capacidad de aumentar el deseo sexual o la libido, o incluso de incrementar el placer en las relaciones sexuales. Pero ¿cuánto hay de cierto en estas ideas? ¿Qué está probado desde un punto de vista científico?

Ante todo, hay que tener claro de dónde viene el concepto de ingerir ciertos alimentos con el fin de potenciar la experiencia de la sexualidad. Se trata de una tradición larga y compleja de rastrear que tiene sus orígenes en Afrodita, la diosa griega del amor y la fertilidad. Desde hace siglos se han intentado identificar productos que tuviesen estas propiedades. El problema es que, en realidad, no existen evidencias suficientes para apoyar la candidatura de ningún alimento, en sí mismo, a ser afrodisíaco. Así lo explica Ana Belén Ropero Lara, profesora de Nutrición y Bromatología en la Universidad Miguel Hernández (Elche).

«Hay un millón de cosas que todo el mundo dice de todos los alimentos, eso en nutrición es lo más habitual. Se trate de alimentos afrodisíacos o alimentos para adelgazar. Hay que buscar donde corresponde: en bases de datos de estudios sobre medicina y salud. Cuando lo hacemos, lo que nos encontramos es que no hay ningún artículo que nos pueda contestar a esa pregunta», explica Ropero.

El doctor Brent A. Bauer, director del Programa de Medicina Complementaria e Integradora de la Clínica Mayo, coincide en esta observación. «Se suele afirmar que algunos alimentos y suplementos afectan a la libido. Estos incluyen el chocolate, la comida picante y el palmito salvaje. Pero según investigaciones, normalmente no funcionan para producir una respuesta sexual ni en hombres ni en mujeres», explica en un documento publicado en el 2021.

Todo esto no quiere decir necesariamente que los alimentos no tengan esas propiedades, sino que no hay evidencias al respecto que sean concluyentes. En algunos casos, señala Ropero, esto se debe a que no hay investigaciones concretamente destinadas a probar la eficacia de los alimentos como potenciadores del deseo sexual. Esto ocurre, por ejemplo, con las fresas, según Ropero. «Si se hacen estudios, se podrían encontrar efectos. Pero es verdad que esta fama de los alimentos con efectos se utiliza para vender», observa.

En otros casos, como el del chocolate, sí que podemos encontrar algunas investigaciones. Por ejemplo, un estudio realizado en Italia analizó el efecto del chocolate en la función sexual femenina. ¿El resultado? No se hallaron diferencias significativas entre las mujeres que comían chocolate y las que no. En otra investigación, publicada en el 2021, se analizó a hombres y mujeres de California y se demostró que, contrariamente a lo esperado, las personas que consumían chocolate con mayor frecuencia registraban unos niveles más bajos de deseo sexual. «En esos dos estudios, parece ser que el chocolate no tiene esos efectos afrodisíacos que se le atribuyen», concluye Ropero.

Las ostras son otro producto con gran fama de afrodisíaco. ¿Qué dice la ciencia al respecto? De nuevo, nada concluyente. Aunque se han realizado estudios en ratones macho con diferentes preparaciones hechas con carne y péptidos de ostras, Ropero insiste en que no hay nada probado en humanos. Sin embargo, en los ratones, se ha demostrado un aumento de la testosterona en sangre y una mejora de algunos parámetros de excitación sexual asociados a la ingesta de estos preparados. «La testosterona está implicada en el deseo sexual, pero que un concentrado de ostras provoque un aumento de la testosterona en un animal no quiere decir que después a ti, humano, cuando te comas una ostra, te vaya a generar deseo sexual. No podemos extrapolar los estudios que hay en animales a humanos de manera tan sencilla», advierte la experta. Es decir que, de momento, una cena de ostras no nos garantizará una noche de pasión para el día de los enamorados.

El ajo, otro alimento asociado popularmente a efectos en la libido, también ha sido estudiado en roedores macho. Los resultados de los estudios, sin embargo, tampoco arrojan nada concreto: si en algunos se registra un aumento de la testosterona en los animales, otros concluyen que el ajo produce el efecto contrario.

Lo que ocurre, explica la especialista, es que muchos compuestos son estudiados para poner a prueba sus posibles usos en el tratamiento o alivio de ciertas disfunciones sexuales, como es el caso de la maca en las mujeres posmenopáusicas, que pierden en gran medida la capacidad de lubricación vaginal a causa de los cambios en las hormonas. Pero estos usos no están asociados a la búsqueda de un efecto afrodisíaco y, por lo tanto, los estudios al respecto tampoco están dedicados a comprobar si realmente se dan esos efectos, sino que estudia su efectividad para tratar la disfunción.

La paja y el trigo

Como apunta Ropero, es cierto que existen muchos mitos y bulos entorno a los alimentos supuestamente afrodisíacos. Sin embargo, hay algunos estudios que indican que los extractos de ciertas plantas podrían servir para alimentar la libido. Pero, atención, se trata de extractos, cuyo interés es más bien farmacológico, «no es que te vayas a comer un trocito de la planta y ya está. Lo que se hace es crear un concentrado», aclara Ropero.

Según explica en su informe el doctor Bauer, existen pruebas alentadoras en cuanto a algunos suplementos naturales. En concreto, el ginkgo, el ginseng, la maca y el tribulus han sido estudiados con resultados favorables. De todas maneras, el médico insiste en que hace falta más investigación para poder recomendar su uso como afrodisíacos.

«Lo único que hay que puede servir para la función sexual, pero que no es para libido ni deseo, es el zinc, que contribuye a la fertilidad y a mantener niveles normales de testosterona», señala Ropero. En este sentido, cabe distinguir lo que es la función sexual del deseo o la libido. En cuanto a la maca, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos señala que «existe interés en usar la maca para estos propósitos, pero no hay suficiente información confiable para decir si podría ser útil».

Riesgos 

Si bien probar de forma casera el efecto de un determinado alimento en nuestro deseo sexual no supone ningún riesgo, «algunos suplementos que contienen extractos de insectos o plantas pueden ser peligrosos o tóxicos. Por ejemplo, la mosca española, un afrodisíaco natural comúnmente difundido, puede causar daños en los riñones y sangrado en el sistema digestivo», advierte Bauer.

Más aún: «se ha descubierto que ciertos productos que se venden como afrodisíacos naturales incluyen ingredientes de medicamentos de venta con receta que no figuran en la etiqueta. Por ejemplo, se ha encontrado sildenafil, el ingrediente activo del Viagra, en algunos productos. Estos ingredientes pueden ser peligrosos si tienes ciertas afecciones médicas o tomas ciertos medicamentos», apunta Bauer. Por tanto, conviene evitar consumir estos productos sin supervisión médica.

Consejos para una noche de pasión

Aunque los alimentos afrodisíacos sean más mito que realidad, sí es cierto que llevar una alimentación saludable puede contribuir a un buen funcionamiento de nuestra sexualidad. A nivel hormonal, la doctora Isabel Alonso Troncoso, elegida como la mejor endocrinóloga de España por los Doctoralia Awards, ya había aconsejado en esta entrevista mantener una dieta basada en alimentos frescos, evitando los ultraprocesados y los alimentos envasados, que pueden actuar como disruptores endocrinos.

En concreto, para la noche del 14, la recomendación es no comer en exceso. «Si comes mucho, a lo mejor luego te sientes incómodo. Pero cada uno reacciona de manera distinta, depende de la persona. Lo mismo ocurre con el alcohol: hay gente a la que la pone súper desinhibida, y otra gente a la que le da por dormirse. El alcohol puede tener efectos diversos, además de no ser recomendable desde el punto de vista nutricional"», dice Ropero.

En definitiva, la alimentación cumple un papel importante cuando se trata de una buena vida sexual, pero no lo es todo. «Yo creo que hay otros aspectos que son mucho más determinantes. Está muy claro que el estrés bloquea la libido, pues a lo mejor hay que ir por ahí. Es más el significado que la pareja le dé a lo que haga, a la situación, que el puñado de fresas que te tomes», señala Ropero.

«Si estás buscando una forma de aumentar tu deseo sexual que sea eficaz, habla con tu médico. Pueden sugerirte estrategias comprobadas para mejorar la salud sexual. Esto puede incluir la comunicación con tu pareja, la elección de un estilo de vida saludable y el tratamiento de cualquier otra afección médica que tengas. También puede resultar útil consultar a un asesor terapéutico o un terapeuta que se especialice en problemas sexuales y de relaciones», propone Bauer.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.