CONTENIDO PATROCINADO

Los profesionales señalan que los resultados definitivos comienzan a verse una vez cumplidos los seis meses desde la intervención

La Voz de la Salud

La alopecia se puede frenar y combatir. Es más que posible. Eso sí, para conseguirlo no hay una fórmula mágica o champú efectivo, lo que funciona es trabajar en la raíz del asunto. Hay muchos que defienden que «el pelo lo es todo» y puede que no les falte razón. En ocasiones, el pelo (o la melena) se convierte en una seña de identidad que cambia a la vez que su poseedor. ¿Una vuelta de tuerca a mi vida? Me hago un cambio de look, y lo primero es el cabello. 

Su estado es una de las principales preocupaciones estéticas de la población occidental, y más cuando este amenaza con desaparecer. España es el país de Europa con mayor pérdida capilar de mujeres, y el segundo en el mundo en la lista de alopecia masculina. Las razones en ambos casos son multifactoriales, aunque el componente genético y hormonal es el de mayor peso. El estrés, las dietas con fuertes restricciones calóricas, una enfermedad -como ocurre actualmente con el covid-19- o el consumo de ciertos fármacos pueden influir. Cada causa explicará también el tipo de alopecia. Aunque existen más de cien tipos, la más común es la androgenética. Una afectación provocada por la enzima 5-alfa-reductasa, que una vez aumenta con descontrol causa una mayor sintetización de la hormona dihidrotestosterona. «Empezamos a hablar de alopecia cuando existe una pérdida de densidad. Es decir, vemos zonas que se van clareando y ese pelo no se produce de nuevo o se va haciendo más fino», explica la doctora Raquel Amaro, directora Médica de Hospital Capilar en el centro de Pontevedra, que añade: «lo que ocurre en la androgenética es que existe una mayor sensibilidad en los receptores andrógenos del folículo, que se vuelven más sensibles de lo normal a la dihidrotestosterona». 

Si bien en hombres este tipo de alopecia puede explicarse por causas genéticas, las mujeres lo tienen un poco más complicado. «Además de lo que nos dejan nuestros padres, muchas veces tenemos una sensibilidad a las hormonas y existe una cierta microinflamación», precisa Amaro. 

Que nadie se alarme. La caída de pelo es algo normal. Es más, «todos los días perdemos entre 50 y 100 folículos al día por diferentes razones como el estrés o la caída otoñal», explica la doctora. Algo habitual y «nada preocupante».

Si algo se ha de tener claro es que la alopecia no se ve igual en todas las personas. «Puede ser una caída del cabello más o menos intensa. Lo primero que se nos viene a la mente es en el hombre calvo, lo que lleva a pensar que los injertos solo son para ellos. Todo lo contrario. Las mujeres también padecen un debilitamiento del cabello, y lo que solemos hacer es un tratamiento que devuelva el pelo a su estado inicial», explica Eduardo Souto, gerente de la cadena de peluquerías homónima (@eduardo_souto_hair_studio) y de División Láser (@division_laser), empresa colaboradora de Hospital Capilar. 

¿A qué edad suele caer el pelo? Como casi todo en la medicina, la respuesta correcta es un depende. No obstante, «la edad media en los hombres se sitúa entre los 20 y los 30. Es decir, lo empiezan a notar entre los 20 y los 25, mientras que el clareo se observa entre los 25 y 30 años», detalla Amaro. De ahí, que no sea extraño que cada vez haya más pacientes con menos velas en su tarta de cumpleaños. «Tenemos clientes jóvenes que no vienen por los injertos, sino para frenar la alopecia». Al contrario de lo que se puede pensar, es posible. «Utilizamos un tratamiento médico para hacer que no vaya a más. Realmente, el injerto en este sentido es un parche que ponemos en el sitio dónde no hay pelo. Pero cuando todavía lo tienes, hay que estabilizarlo con tratamiento», explica la doctora Amaro. 

La estética forma hoy parte de la sociedad, y como tal, ha sido objeto de mitos y desinformación. Precisamente, a la hora de buscar una solución para la alopecia, será imprescindible que el equipo profesional elegido acompañe al paciente y ponga sus pies sobre la tierra. Turquía parece ahora quedar lejos de la competitividad española. «Ya no es necesario viajar hasta allí. Antes se hacía porque era más barato y había una diferencia de miles de euros. Ahora, estamos hablando de los mismos precios que en España, con una diferencia clara, el tipo de sanidad», precisa Souto. La cercanía al hogar del cliente para su posterior recuperación también juega un peso importante. «Aquí, además de hacerte el injerto, cumples con una serie de controles con el paso del tiempo y completas la intervención con otros tratamientos», añade. Además, explica «el injerto está al alcance de todos porque la financiación puede llegar a ser completa». 

Vivimos en la sociedad de la inmediatez, y el pelo no iba a quedar exento de este deseo. Por regla general, aquellos que buscan poner fin a la pérdida del cabello quieren una solución lo más segura, cómoda y eficaz posible. «Es cosa de impulsos. El paciente puede tardar años en dar el paso, pero cuando lo quiere, lo quiere ya», explica Souto. Aquí, la técnica empleada marca un antes y un después. En Hospital Capilar utilizan la FUE (Follicular Unit Extraction). «Con un micromotor, extraemos todas las unidades foliculares, que pueden tener hasta siete folículos. Sacamos los pelos uno a uno de la zona donante, y se colocan uno a uno en la zona receptora», cuenta la directora médica de Pontevedra, que añade: «Una cirugía en la que saquemos 3.500 unidades foliculares, equivale a 3.500 unidades foliculares con el micromotor». No es de extrañar, por lo tanto, que cada operación dure entre seis y ocho horas.  

La técnica FUE se considera la más novedosa. «La única molestia que sentirá serán los cinco minutos que lleve ponerle anestesia local», comenta Eduardo Souto. 

No solo esto, sino que este método puede ir un paso más allá con la técnica FUE DHI. Es posible realizar el injerto capilar sin necesidad de rapar la cabeza del cliente por completo. En este caso, la zona donante se corta a modo de ventanilla, para después ocultarse con el resto del cabello. ¿Existe cierto estigma o vergüenza entre los usuarios? Todo lo contrario. «Cada vez se normaliza más, está en boca de todo el mundo y se vuelve menos tabú», detalla el gerente de División Láser, que añade: «Una vez ven los resultados, van pletóricos. Uno de los clientes tardó cinco años en decidirse, y ahora se peina el tupé con plancha», comenta. 

¿Duele alguna de ellas?

Para nada. El diagnóstico previo en esta técnica es fundamental, ya que permite conocer cuántas unidades foliculares se podrán trasplantar y el tipo de alopecia. Además, no deja cicatrices, lo que hace «que el paciente se pueda cortar el cabello como quiera y sin preocupaciones». Eso sí, las cosas de palacio van despacio. «Los resultados toman un año para verse». Hasta un año y medio si hablamos de la zona de la coronilla. «Al cabo del primer mes, el tallo de los injertos se cae, pero no el bulbo que es lo importante. Esta fase es algo desesperante para las personas, porque ven que no tienen nada. A partir del tercer mes, el crecimiento se empieza a notar. Pero el cambio se da a partir del sexto. En la revisión muchos nos dicen que ese resultado ya les es suficiente», señala la responsable médico de Hospital Capilar en Pontevedra. 

Injertos de pelo para cejas y barbas: crece su demanda

La doctora Raquel Amaro de Hospital Capilar.
La doctora Raquel Amaro de Hospital Capilar.

Los injertos ya no solo se limitan a la cabeza. Hay más. Dos zonas muy aclamadas en Hospital Capilar son las cejas y las barbas. Es más, este tipo de intervención está ya sustituyendo al microblading, que atrae en su mayoría a público femenino. «Los hombres se atreven más con los injertos que las mujeres», cuenta la doctora Amaro. 

Y según como se mire, tiene sus ventajas. «Con el injerto no tienes que repasarte nada. Es una vez y ya. En cambio con el microblading tienes que volver cada cierto tiempo para que siempre estén bien», explica Eduardo Souto, que recuerda: «Lo que ocurre para la gente que tenía este servicio y ahora se está cambiando al injerto es que le tenemos que borrar las cejas. No se puede poner el pelo en una zona tatuada», comenta. Su centro también se encarga de este tratamiento. 

¿Qué razones pueden llevar a tratar esta zona? «Las cejas en las generaciones de hoy en día son muy importantes. Se llevan muy pobladas. Lo mismo para las barbas, que de unos años para aquí vemos como se ha popularizado una estética más completa», señala Souto. 

El ciclo del paciente 

Los injertos son de por vida, y si bien esta es la intención de todos los pacientes, es recomendable que exista un tiempo prudencial entre la primera asesoría y el día de la cirugía para que se lo piensen. 

Asesoría y primera consulta

El asesor recibe al paciente, y realiza «un examen con el tricoscopio», apunta Raquel Amaro. Con estas fotos, los doctores ven las posibilidades del injerto. «En la consulta médica posterior ya sabemos sus expectativas, aunque nosotros le volvemos a preguntar qué se quieren hacer. Más que nada, porque muchas veces cambian de opinión entre la cita con el asesor y la nuestra», detalla la doctora. 

Día de intervención

La cirugía se extiende entre seis y ocho horas. Sin embargo, puede durar un poco más en caso de que haya ciertas complicaciones: «Si el paciente sangra mucho tenemos que ir más despacio porque no tenemos tanta visibilidad. Otros, por ejemplo, piden tener un descanso más largo», comenta la especializada en Medicina Estética. 

Revisiones periódicas

  1. Primera revisión: El paciente y el servicio de tricología mantienen una primera revisión un día después de la operación. Sirve entre otras cuestiones, para realizar las curas y observar la evolución.
  2. Segunda revisión: Diez días después es momento de la segunda reunión, con un tratamiento de CRT incluido. 
  3. Tercera revisión: Los seis marcan la tercera cita médica. Todo suele ir correcto, pero el equipo tiene que asegurarse. 
  4. Cuarta revisión: Y final. El año suele marcar el estado final de la operación, y puede decirse que tu injerto se encuentra en su máxima expresión. 

Lo que Hospital Capilar define como ciclo del paciente, permite que los doctores vayan comprobando la evolución de los injertos. Y si bien, son citas pautadas con antelación, existen una serie de alertas a las que la doctora Amaro recomienda prestar atención. 

  • Si notas que nacen granitos, pues puede ser el principio de «una foliculitis», las cuales según la doctora, «son frecuentes porque después de un injerto se produce más sebo». 
  • Si la piel de la zona receptora se expone al sol y se quema. 
  • Si las costras se han quedado muy adheridas y no terminan de caer. «En este caso, tendremos que hacer un tratamiento de plasma y mantener el pelo vivo», explica la directora médica. 

¿Qué hacer después de un injerto?

Si bien las curas y la higiene son fundamentales en el proceso de recuperación, también existen una serie de recomendaciones a seguir después de un injerto. 

  • Nada de gorra. «Es cierto que a partir de los diez días se puede poner una gorra tipo béisbol, pero no lo recomendamos porque entre que la quitas y la pones, acabas rozando. Prefiero que la zona no roce con tejido hasta que hayan pasado unos tres mese», detalla la doctora Amaro. 
  • Nueva postura para dormir. Los primeros tres días, el descanso se ha de concebir en posición semiincorporada, en un ángulo de 45 grados. Y hasta los diez días siguientes a la operación, «el paciente tiene que dormir con un cojín de viaje que le damos. Con ello, evitamos que roce la zona receptora o donante», cuenta la profesional de la medicina estética. 

La medicina estética ha avanzado a pasos agigantados. Esto es un hecho. Sin embargo, existen clientes que nunca llegarán a ser pacientes. El injerto es inviable en ellos, al menos desde un punto de vista estético. «Si la expectativa de la persona es muy alta, y la zona donante no permite cubrir bien la zona receptora, nosotros le recomendamos que no se lo haga. Muchas veces, son ellos mismos quienes cambian de opinión», señala Amaro. 

Para ejemplificar, Eduardo pone un caso real: «Hace unas semanas, un chico se iba a hacer la intervención en otra clínica. Pero le propuse que fuese a la nuestra para la primera asesoría. Le tuvimos que decir que no, porque tenía una zona muy despoblada y su parte donante no era suficiente», recuerda, y añade: «Él lo agradeció porque no se sintió engañado con nosotros». 

Tratamientos capilares más allá del injerto

La cirugía no siempre está presente en los tratamientos capilares. Si bien los injertos son necesarios en casos en los que el folículo no crezca de nuevo, existen técnicas que permiten al pelo lucir una segunda vida y potenciar su densidad y crecimiento. «Al pelo hay que alimentarlo desde dentro. Se ve en las mujeres, cuando dicen que tienen una melena muy pobre por el ritmo de vida, el estrés o una dieta muy estricta», precisa Eduardo Souto. 

En este caso, los resultados tampoco son de hoy para mañana, pues penetran en el bulbo y no se quedan en el tallo como sí ocurre con los champús o ampollas. Así, a pesar de que a medida que avanza el tiempo, se observa cómo mejora, «el resultado puede tardar hasta dos años», añade el colaborador de Hospital Capilar. 

Capilary Regeneration Treatment

El CRT (capilary regeneration treatment) es un asunto de sangre. Este es un tratamiento de mantenimiento que fortalece el pelo y evita esa «coleta poco poblada». A primera vista, la técnica puede no gustar pero los profesionales defiende que es indolora. Se extrae sangre del paciente para conservar solo la parte rica en factores de crecimiento. Se centrifuga y se vuelve a introducir, mediante microinyecciones, en el cuero cabelludo. 

Carboxiterapia

Este tratamiento cumple con un deseo de la mayoría de la población. Utiliza anhídrido carbónico para aumentar el crecimiento del cabello. Este compuesto funciona como vasodilatador que oxigena la zona del cuero cabelludo.

Si bien la carboxiterapia es conocida por su uso capilar, también tiene muchas otras propiedades: 

  • Se utiliza para eliminar cicatrices. 
  • Se usa también para quitar ojeras.
  • Elimina parcialmente las arrugas faciales.
  • Se emplea para reducir la flacidez del cuerpo.
  • Potencia la desaparición de las estrías. 

Hair Redensification Treatment

Por último, en la lista del «más allá del injerto capilar» se sitúa el HRT (Hair Redensification Treatment). Consiste en dermoinfiltraciones de farmacomesoterapia en el cuero cabelludo. Así es como consiguen evitar la caída del cabello y mejorar su estado. «Este tratamiento disminuye la acción de la hormona que produce la alopecia sobre los receptores», concluye la doctora Amaro. 

Las preguntas más frecuentes después de un injerto capilar

¿Es posible tomar alcohol tras la intervención? 

Los profesionales recomiendan no consumir bebidas alcohólicas durante los primeros días de la cirugía, ni la semana antes a la intervención. Así que si pensabas incluir este tipo de sustancia en la celebración, mejor dejarlo para después. Desde Hospital Capilar señalan que el consumo de alcohol «interfiere con el normal funcionamiento del cuero cabelludo, lo que puede ser perjudicial para el injerto. Lo mismo ocurre con otras sustancias como el tabaco, café, té o estupefacientes». 

¿El pelo implantado puede volver a caer?

No, el injerto procedente de la zona donante no vuelve a caerse. Seguirá, eso sí, los ciclos de crecimiento que tenía previamente a ser implantado. 

¿Cómo se debe cortar el cabello después de un injerto?

Antes que nada, es importante recordar que el primer corte tras el injerto se podrá realizar una vez hayan pasado tres meses de la intervención. Una vez se puede hacer, «es preferible no cortarlo muy cerca del cuero cabelludo y por supuesto se tiene que hacer con tijeras, nada de cuchilla ni maquinilla», indican desde Hospital Capilar. 

¿Cómo puedo peinarme después de un trasplante capilar? 

La clínica sugiere que se haga con mucho cuidado, y en la medida de los posible, con las manos. «Con movimientos muy suaves, que no provoquen tirones, y con el cabello seco, mejor». 

¿Cuánto tiempo duran las costras tras un injerto?

El motivo por el que salen las costras después de este procedimiento es porque se realizan cientos de incisiones con el bisturí para extraer las unidades foliculares y abrir la zona donde se implantarán posteriormente. Esto genera unas pequeñas heridas que deben cicatrizar, y de ahí, salen las costras. Pueden durar hasta dos semanas, por ello es fundamental que no se toquen ni se arranquen. 

Hospital Capilar es una corporación de cirugía capilar especializada en injertos capilares que nace en el 2021. Desde su fundación, acumula más de 3.500 intervenciones de este tipo realizadas por su equipo sanitario. Disponen de tres sedes distribuidas entre Madrid, Murcia y Pontevedra. La oficina de Hospital Capilar en Lugo estará en la sede de División Láser, en la calle Galicia, 37, aunque será posible acceder a los servicios capilares en los 170 establecimientos que tiene la entidad de Eduardo Souto entre Galicia y Asturias. En todos ellos ofrecerán asesoramiento y aportarán información sobre todos los tratamientos disponibles en Hospital Capilar.