¿Qué pasa si desayuno antes de hacerme un análisis de sangre?

EL BOTIQUÍN

La Voz de la Salud

Un simple café puede alterar los resultados de glucosa y lípidos camuflando desde una diabetes a un problema circulatorio

08 mar 2022 . Actualizado a las 12:30 h.

¿Por qué no podemos desayunar cuando vamos a hacernos un análisis de sangre o de orina? Para aquellos que necesitan meterse algo en el cuerpo nada más levantarse de la cama, es una pregunta recurrente mientras caminan hacia su centro de salud con un agujero en el estómago. No es que no podamos siquiera matar la gula, es que el café, alivio general contra el madrugón de gran parte de la población mundial, también está contraindicado. ¿Por qué nos hacen esto? Evidentemente, no se trata de un capricho. El desayuno puede alterar algunos de los valores de nuestra analítica, distorsionando los resultados. 

«En general, existe la indicación de presentarse a un análisis sin desayunar porque la comida que tomemos puede alterar los valores de glucosa y lípidos», explica Maximino Redondo, profesor de la Universidad de Málaga y Médico Especialista en Análisis Clínicos, que recuerda que el ayuno deberá tener una duración de entre ocho y doce horas. Parece lógico pensar que unas magdalenas o unas galletas (desayunos no demasiado saludables, por qué no decirlo), que suelen presentar un alto contenido en azúcar, pueden alterar nuestro nivel de glucosa, ¿pero un simple café de verdad puede afectar tanto? «El café es un diurético, lo que significa que se orina más y por tanto el cuerpo se deshace de más agua y sal. Además, reduce la sensibilidad del cuerpo a la insulina causando que suba el nivel de glucosa sanguínea. Este efecto es producido porque la cafeína aumenta los efectos de dos hormonas: adrenalina (producida por las glándulas suprarrenales) y glucagón (producida por el páncreas)».

Lípidos y glucosa, ¿qué enfermedades pueden ayudar a diagnosticar?

Ya sabemos que los lípidos y la glucosa son los factores que se verán alterados si vamos desayunados a una analítica, pero la pregunta es: ¿qué problemas de salud se pueden pasar por alto con estas alteraciones en nuestros resultados?

Empecemos por los lípidos, que son un grupo de moléculas biológicas. Tal vez esto no les diga mucho, pero si les nombramos a los dos lípidos más famosos, la cosa cambia: colesterol y triglicéridos. Es decir, una alteración en los lípidos puede confundir al médico a la hora de detectar un problema circulatorio que puede acabar derivando en un coágulo. La glucosa, por su parte, es el indicador fundamental en los problemas de diabetes y una anomalía podría llevar a un diagnóstico erróneo. Pero no solo es una cuestión de diabetes sí o diabetes no. Los niveles de glucosa en sangre es habitual que sean más altos en personas de 60 años o más o que sufren algunas patologías como enfermedades del corazón, los pulmones o los riñones. «Los datos de laboratorio y los resultados de los análisis son importantes porque influyen en más del 70% de las decisiones médicas con respecto al diagnóstico, es decir, la misión principal del laboratorio es contribuir al diagnóstico en la mayoría de los casos», advierte Maximino Redondo. Si desayunamos, podría estar ayudando a camuflar una sospecha diagnóstica.

A excepción de estos dos apartados (glucosa y lípidos), el resto de valores no se verán alterados y serán perfectamente válidos se haya desayunado o no. «Parámetros diferentes a la glucosa y a los lípidos no se verán afectados por regla general y, por tanto, sus valores serán útiles. Sí es recomendable repetir el análisis, sobre todo para confirmar los resultados de glucosa y lípidos».

A más comida, más variaciones

Si bien sabemos que una simple taza de café o una pieza de fruta puede «estropear» nuestra analítica, es importante entender que cuanto más alimento ingiramos, más se alterán los resultados. «Evidentemente, cuanto mayor consumo, mayor probabilidad de variación en los resultados. Para evitar ninguna anomalía debida a la dieta, lo mejor es hacer un ayuno completo, pudiendo únicamente beber agua. Hay que tener también en cuenta la diferente sensibilidad de cada persona a la ingesta. Puede que, en muchas personas, la ausencia de ayuno no tenga un efecto importante en los resultados, pero esto no lo podemos saber cuando analizamos su sangre, por lo que todas las personas deben venir en ayunas», recalca el especialista de la Universidad de Málaga.

La importancia de que el análisis se realice a primera hora de la mañana

«Si consideramos que debemos estar entre ocho y doce horas de ayuno es evidente que la primera hora de la mañana sería la mejor para respetar este ayuno de una forma más cómoda. Además, puede haber ligeras variaciones a lo largo del día para algunos parámetros, por lo que para favorecer la comparabilidad debe realizarse el análisis aproximadamente a la misma hora», recalca Maximino Redondo.

Si usted ha incurrido en el pecado de la gula o ha caído rendido al apetito antes de unos análisis, tal vez se estén preguntando si en el laboratorio, o su médico al consultar los resultados, se dará cuenta de que ha hecho «trampa». No, no lo sabrán, pero será usted quien se estará usted haciendo trampas al solitario. «No hay ningún parámetro que nos alerte de forma segura que la persona ha desayunado. Lo que se suele hacer, antes resultados no concluyentes, es repetir el análisis en personas con cifras altas de glucosa o lípidos que, en análisis previos, no habían mostrado alteraciones, recalcando la necesidad de cumplir el ayuno estrictamente», insiste Redondo.

Por su parte, los análisis de orina también suponen una fuente de información muy importante a la hora de diagnosticar enfermedades como las infecciones del tracto urinario, la diabetes y las enfermedades renales. Pero, ¿por qué es importante que el objeto de estudio sea también la primera micción de la mañana? «Se recomienda recoger la primera orina de la mañana porque es la mejor muestra al haber permanecido varias horas en la vejiga, lo que permite, por ejemplo, la multiplicación de las bacterias durante la noche», detalla Maximino Redondo. No obstante, son comunes los casos de pacientes que, por descuido o desconocimiento, no recogen la muestra del primer pis de la mañana  En caso de no ser posible, hay que procurar que hayan transcurrido como mínimo 3 o 4 horas desde la última micción.

Los laboratorios y la revolución de la biología molecular y la biotecnología

¿Desde cuándo los análisis de sangre y orina juegan el papel fundamental que desempeñan hoy en día en la detección precoz de enfermedades?, ¿Se lo han preguntado alguna vez? Hay referencias a trabajos en laboratorios clínicos en el Siglo XVIII en fases muy tempranas como detalla José Manuel González de Buitrago en su trabajo «Evolución histórica de los laboratorios clínicos». No obstante, no sería hasta la era de la automatización cuando se establecería esta rama de la bioquímica.

«Fue en 1840 cuando se establecieron, como tal, los laboratorios en los hospitales tanto en Europa como en Estados Unidos, basados fundamentalmente en análisis de sangre y orina. Fue en el siglo XX cuando empiezan a dividirse los análisis clínicos en especialidades: hematología, microbiología, etc. Es ya en la segunda mitad de este siglo cuando surgen importantes avances en el desarrollo de instrumental y técnicas de análisis, para posteriormente dar lugar a la aparición de técnicas automatizadas y gestión informática que dan más fiabilidad a los análisis. Son los avances de la revolución Científico-Técnica en la biología molecular, biotecnología, computación, etc. los que son incorporados al desarrollo del laboratorio clínico», aclara Redondo sobre una práctica que es ya fundamental y rutinaria, pese a su complejidad, en todos los sistemas de salud.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.