Alerta en Bergondo por la muerte de un vecino que comió nabo del diablo, un tubérculo venenoso

Dolores Vázquez / R. S. Domínguez BERGONDO / LA VOZ

BERGONDO

C. B.

La víctima es un colombiano de 37 años y su muerte se descubrió porque en el pueblo llevaban tiempo sin verlo

10 may 2022 . Actualizado a las 17:56 h.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Betanzos remitió este lunes un escrito al Concello de Bergondo para que se alerte a los residentes en el lugar de San Paio, en la parroquia de Guísamo, de que eviten la ingesta del tubérculo Oenanthe SPP debido a que recientemente falleció una persona de 37 años en esta localidad a consecuencia de su ingesta. 

La identidad de la víctima se corresponde con las siglas C.D.L.A. y tenía nacionalidad colombiana. El suceso ocurrió el pasado diciembre y se descubrió porque una vecina del lugar alertó de que llevaba tiempo sin ver al hombre. Incluso había llamado varias veces a su puerta sin obtener respuesta. 

Desde el Concello comunicaron los hechos y precisaron que no tenían conocimiento de una muerte por envenenamiento en el municipio hasta que alertó de ello el juzgado. El suceso pasó inadvertido para los vecinos de la zona, que se sorprendieron este lunes al conocer la noticia de que un residente en San Paio había muerto por envenenamiento.

«En Galicia se le conoce como nabo de san Pedro y la gente ya sabe que es venenosa»

Javier Cremades Ugarte, catedrático de Botánica en la Facultade de Ciencias de la Universidade da Coruña, indica que la Oenanthe SPP es muy corriente en Galicia, «en las zonas húmedas. Es una planta muy grande, parecida al apio y tiene un tubérculo de color amarillo que es venenoso». Asegura que es relativamente frecuente que se produzcan intoxicaciones, ya que es bastante tóxica. Se la conoce como nabo del diablo (en Galicia, también como pé de boi o nabo de san Pedro, «y la gente de las aldeas ya sabe que es venenosa». En este sentido, recuerda el caso de una intoxicación, hace unos años, de un padre y un hijo que estaban haciendo senderismo y la tomaron, provocándoles una situación complicada. «Es una raíz carnosa, de la misma familia que la zanahoria, y en invierno la planta casi no se ve, pero en verano crece mucho y es muy vistosa», explica. «Al ser colombiano, quizás la confundió con otra especie», puntualiza como posible causa del suceso. Este catedrático apostilla que la Oenanthe crocata es de la familia de la cicuta, «famosa por lo peligrosa que es». Precisa que si bien SPP se refiere a varias especies, estima que en este caso la que debió tomar el hombre fue la crocata, al ser la más abundante en la comunidad.

A diferencia de otras intoxicaciones más comunes, como las que cada otoño se repiten por comer setas venenosas, la Oenanthe «no causa un fallo hepático», explica el doctor Manuel Delgado, hepatólogo del Chuac. «Es una neurotoxina que desencadena estados epilépticos con convulsiones, afecta directamente al cerebro», señala. 

Esta planta «actúa como en las intoxicaciones con pesticidas, los organofosforados o la cicuta; suele comenzar dando síntomas digestivos pero la muerte se produce por ahogamiento al causar una parálisis de los músculos, entre ellos el diafragma y los intercostales», añade Pedro Marcos, neumólogo del hospital coruñés. La neurotoxina interviene en el normal funcionamiento de la comunicación neuronal, ya que  «bloquea las órdenes del cerebro, y acaba causando un fallo respiratorio». Dado su mecanismo de acción, Marcos subraya que, «salvo que el veneno desencadene convulsiones, los pacientes mueren conscientes por ahogamiento a menos que se los intube y se los mantenga en ventilación mecánica hasta que pase el efecto, o se les administre un antídoto, en caso de haberlo». 

Según algunas publicaciones, la planta contiene oenantotoxina, una sustancia que se concentra en la raíz y ha provocado envenenamientos mortales. Provoca náuseas, vómitos continuos y convulsiones, entre otros síntomas. Además, también es relativamente frecuente el envenenamiento del ganado por ingerir esta planta.

Según describen Marisa Castro, Luís Freire y Antonio Prunell en la Guía das árbores de Galicia, «é frecuente en toda Galciia por baixo dos 1.000 metros de altitude». En esta publicación se especifica que se cría en prados húmedos, lugares pantanosos, orillas y lechos gravosos de ríos y regatos, así como en zonas de juncos. En esta obra se advierte sobre ella: «Aínda que esta planta non se emprega como medicinal, é moi importante o seu coñecemento por ser responsable de moitas intoxicacións accidentais debidas a confusións con outras da mesma familia». En este sentido, los autores precisan que «toda a planta, pero en especial a raíz en inverno, contén substancias non nitroxenadas tóxicas, en especial a enantotoxina, principal responsable da súa toxicidade». Asimismo, indican que «o cheiro e o sabor agradable, moi parecido ao do apio e o perexil, fai que se inxira con facilidade en ensaladas ou potaxes sen sospeitar que se está tomando un veleno violento e de acción rapida».