¿Qué es el VIH?: síntomas, hábitos de prevención y tratamiento

Lucía Cancela
Lucía Cancela REDACCIÓN

ENFERMEDADES

La Voz de la Salud | iStock

El virus ataca al sistema inmunitario, provocando su progresiva destrucción, mientras que el Sida es la fase más avanzada de la infección

21 jun 2022 . Actualizado a las 16:44 h.

La historia del Sida en España comenzaba hace 40 años. En octubre del 1981, se diagnosticaba el primer caso en el Hospital Vall d´Hebron, en Barcelona. Un hombre homosexual de 35 años llegaba a la clínica con sarcoma de Kaposi, un tipo de cáncer de piel caracterizado por lesiones violetas, fiebre y dolor de cabeza. Así recogía el caso la revista The Lancet, en marzo de 1982: 

«En octubre, 1981, un hombre homosexual de 35 años fue hospitalizado con un historial de fiebre de dos semanas, dolor de cabeza y lesiones cutáneas de color morado en el torso. El estado de anorexia y pérdida de peso había comenzado seis meses antes, mientras que las lesiones cutáneas se manifestaron en los dos meses anteriores a su ingreso. Aunque él tenía una pareja estable, admitió que en su viaje a Nueva York en 1974, y a Turquía en 1980, mantuvo relaciones sexuales con diferentes personas. Además, desde hacía dos años había experimentado repetidos episodios de gonorrea (...)»

A medida que avanzaba su ingreso en el hospital, el dolor de cabeza que padecía se intensificó. El equipo de doctores de la clínica catalana decidió practicarle un TAC, que reveló una masa de tres centímetros de diámetro en la cabeza. De ahí que entrase a quirófano para su extracción. No obstante, el paciente acabó falleciendo cuatro días después de la operación. 

Según cifras oficiales, alrededor de 37,7 millones de personas vivían con el VIH en el 2020. Aproximadamente, 1,5 millones lo contrajeron, y 680.000 pacientes fallecieron por enfermedades relacionadas con el sida en el mismo año. Por ello, la Organización Mundial de la Salud considera esta patología como «uno de los mayores problemas para la salud pública mundial». Así las cosas, ¿qué es el VIH?

El VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) ataca al sistema inmunitario, provocando su progresiva destrucción o falta de respuesta contra muchas infecciones y determinados tipos de cáncer, a los que una persona con un sistema inmunitario saludable podría hacer frente. Por su parte, el Sida, o el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, es la fase más avanzada de la infección por el VIH. 

El virus del VIH recurre como hospedadoras a células de organismos pluricelulares (como los seres humanos) para poder replicarse. Entre sus células objetivo se encuentran los linfocitos T CD4, pertenecientes al sistema inmunológico. Y así se crea una paradoja, a la vez que el sistema inmune ataca al virus, lo aloja y tolera su propagación. Mientras la infección crece, los linfocitos T CD4 se reducen. Es más, la enfermedad del Sida se produce cuando los valores de estos, que habitualmente y como mínimo son de 500 células por mililitro cúbico de sangre, disminuyen por debajo de las 200. Por ello, y aunque el Sida no es mortal por sí mismo, sí expone al paciente a cualquier infección que podría provocar su muerte. 

La OMS indica que el máximo de infectividad se suele alcanzar en los primeros meses, y es precisamente durante esta primera fase cuando el virus comienza a multiplicarse activamente en las células infectadas. Pese al esfuerzo del sistema inmunitario por reducir su presencia en el organismo, este sigue presente y continúa expandiéndose por el resto de órganos. Por esta razón es posible que una persona pase varios años sin ser diagnosticada. No será hasta que se haya producido el paulatino debilitamiento de las defensas del organismo, cuando aparezcan los signos y síntomas propios de la enfermedad que componen el Sida. Así, es importante destacar que no toda persona con resultado positivo en VIH tiene Sida, aunque sí todo paciente de Sida tiene VIH. Pese a que el huésped del virus puede transmitirlo, no tendría que desarrollar todos los síntomas. 

Signos y síntomas

Las señales de esta infección varían según la etapa en la que se encuentre el paciente. El organismo público mundial señala que la respuesta de cada persona durante las primeras semanas después del contagio puede ser diferente. Algunos casos no referencian síntomas, mientras que otros presentan un cuadro similar a la gripe: fiebre, cefaleas, erupciones en la piel o dolor de garganta. Signos que empeoran si avanza la infección: pérdida de peso, fiebre, diarrea, tos o inflamación de ganglios linfáticos. Incluso, si no se procede al tratamiento, el VIH podría derivar en la aparición de enfermedades más graves: tuberculosis, meningitis criptocócica, infecciones bacterianas graves o cánceres como linfomas o sarcoma de Kaposi. 

  • Fiebre
  • Dolor de cabeza 
  • Dolor muscular 
  • Dolor de garganta y/o llagas bucales
  • Erupciones en la piel
  • Diarrea
  • Pérdida de peso
  • Tos
  • Inflamación de ganglios linfáticos
  • Sudores nocturnos

 ¿Cómo se transmite el VIH? 

El Ministerio de Sanidad habla de cuatro fluidos y tres vías. Indica que tanto la sangre, como el semen, las secreciones vaginales y la leche materna de las personas infectadas «tienen una concentración suficiente de virus para transmitirlo». De ahí, que las vías sean las esperadas:

  • Vía Sexual: La penetración anal es la de mayor riesgo, seguida de la vaginal. Siempre y cuando estas se hagan sin preservativo. Si bien, las relaciones sexuales orales suponen la menor probabilidad de infección (especialmente sin eyaculación), esta puede ser posible, por ello es importante la protección. 
  • Vía sanguínea. Medio que se ocasiona al compartir jeringas, agujas u otro tipo de inyección que haya estado en contacto con sangre infectada. No solo eso, pues los instrumentos cortantes no esterilizados y empleados en perforaciones de la piel como ocurre en los tatuajes o piercings suponen también un riesgo. 
  • Vía madre-hijo. Si la embarazada (o futura madre) tiene VIH, este se podrá transmitir durante el embarazo, el parto o la lactancia. 

¿Cómo no se transmite el VIH?

Atrás quedan los mitos sobre el paso del virus mediante contactos del día a día como los besos, las caricias, los estornudos, los vasos, las piscinas, los gimnasios o los alimentos. No se transmite a través de la saliva, el sudor o las lágrimas. Las mascotas quedan exentas de riesgo. 

En cuanto a la prevención, todos los organismos públicos oficiales coinciden en las recomendaciones. 

  • Uso de preservativos masculinos y femeninos. 
  • Conocer tanto el estado serológico propio como el de tu pareja. 
  • Utilizar siempre material estéril y evitar el uso compartido de útiles de inyección. 
  • Utilizar siempre aquellos instrumentos de perforación de piel de un solo uso o estériles. Además, Sanidad aconseja no compartir cuchillas de afeitar ni cepillos de dientes. 
  • En caso de estar embarazada y ser portadora del VIH, el Ministerio de Sanidad detalla que existen tratamientos que reducen de forma eficaz el riesgo de transmisión al futuro bebé durante el embarazo y parto. Así mismo, una madre infectada no debe practicar la lactancia.
  • La OMS añade a las anteriores una circuncisión médica masculina y voluntaria, y la toma de antirretrovíricos a modo de prevención. 

¿Qué significa un resultado positivo en una prueba de VIH? Si el resultado de una prueba sale positivo, significará que esa persona tiene anticuerpos de VIH en la sangre, y que por lo tanto, podría transmitirlo. De ahí, que sea fundamental adquirir hábitos de protección al resto, como el uso de preservativo o no compartir objetos cortantes. 

¿Cuál es el tratamiento más eficaz?

Según la Organización Mundial de la Salud, es posible tratar el VIH gracias a la combinación de tres o más fármacos antirretrovíricos. Desde el 2016, recomienda la ingesta de TAR para toda la vida entre los pacientes diagnosticados. Los niños, los adolescentes, las mujeres embarazadas o en período de lactancia se incluyen dentro del grupo objetivo. Si bien esta medicación no cura la infección, sí inhibe la replicación del virus en el cuerpo, permitiendo así que el sistema inmunitario se vuelva a fortalecer y combata las infecciones o determinados tipos de cáncer.

La OMS aconseja que el tratamiento se inicie tan pronto como sea posible. Incluso, el mismo día del diagnóstico. En junio del 2021, esta pauta fue aceptada por 187 países, que suponen el 99 % de los casos de infección en todo el mundo. Los avances en el abordaje medicinal han mejorado desde la aparición del primer caso de VIH en el mundo, hasta el punto de que el tratamiento consigue disminuir la carga viral e incrementar la cantidad de linfocitos T CD4. Es más, en muchos casos el paciente no llega a padecer la enfermedad del Sida. Por su parte, la mortalidad se ha conseguido reducir en un 43 % desde el 2010, pasando de considerarse una enfermedad terminal a una infección crónica. 

Lucía Cancela
Lucía Cancela
Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.