Esclerosis múltiple: síntomas, tipos, tratamientos y evolución

ENFERMEDADES

La esclerosis múltiple para la que todavía no se conoce una causa clara
La esclerosis múltiple para la que todavía no se conoce una causa clara La Voz de la SaludiStock

La llamada «enfermedad de las mil caras» por su comportamiento cambiante afecta a, aproximadamente, una de cada mil personas

14 ene 2022 . Actualizado a las 09:56 h.

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurológica crónica e incurable que afecta al sistema nervioso central y que, a día de hoy, supone la primera causa de incapacidad no traumática entre la población joven y la segunda causa de incapacidad solo por detrás de los accidentes de tráfico. A diferencia de lo que muchas veces se cree, la esclerosis múltiple no es una enfermedad mortal, aunque los pacientes que la sufren tienen una esperanza de vida ligeramente menor con respecto al resto de la población. Es difícil hacer un catálogo de síntomas de la esclerosis múltiple porque su evolución es diferente en cada paciente (tal vez hayan escuchado referirse a ella como la enfermedad de las mil caras). Suele diagnosticarse en personas de entre 20 y 40 años, rango de edad en el que suelen aparecer los primeros síntomas. La esclerosis múltiple no es una enfermedad rara y a día de hoy, gracias al impulso en su investigación, sabemos mucho sobre ella. En el mundo hay aproximadamente dos millones y medio de pacientes de esclerosis múltiple, de las cuales casi 800.000 están en Europa y unos 55.000 en España. Cada día se diagnostican cuatro nuevos casos por cada 100.000 habitantes. Su prevalencia es de, aproximadamente, una de cada mil personas. La enfermedad afecta más a las mujeres en una proporción de tres mujeres por cada hombre.

Hay literatura académica que ya identifica casos que podrían asociarse con un diagnóstico de esclerosis múltiple en el Siglo XII. Quizás el probable paciente más antiguo se ubica en Islandia, donde se documenta el caso de una mujer vikinga llamada Hala que se habría recuperado de una ceguera y de problemas en el habla después de varios días de rezos y sacrificios para las deidades. Ya en el siglo XIV se conoce la historia de Santa Lidwina de Scheidam (1380-1433) quien describió de manera escrupulosa sus síntomas desde la aparición de la enfermedad hasta su muerte y entre los que se incluían dificultades en la marcha, ceguera o disturbios sensitivos.

¿Cómo nos ataca la esclerosis múltiple? El ejemplo del cable pelado

La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa y autoinmune que pertenece al catálogo de enfermedades desmielinizantes. La mielina es una sustancia que se encarga de proteger las fibras del sistema nervioso central permitiendo que los mensajes que nuestro cerebro envía al resto del cuerpo se cumplan y lleguen correctamente. 

Sin embargo, y por alguna razón para la que todavía no se ha encontrado la causa, el sistema inmunitario (el encargado de proteger nuestro cuerpo frente a infecciones) de los pacientes de esclerosis múltiple se confunde, identifica la necesaria mielina como un cuerpo extraño y  ataca a esta sustancia generando heridas en nuestro cerebro (que se detectan a través de manchas en una prueba de resonancia magnética) que provocan interrupciones en los canales de comunicación que viajan desde nuestro cerebro. Esas cicatrices, que conocemos como proceso de desmielinización, provocan que los mensajes de nuestro cerebro lleguen más lentos, se distorsionen e incluso que nunca lleguen.

Este proceso suele explicarse con el símil del cabe pelado. La mielina sería la cubierta del cable, que protege los conductores eléctricos. Si la cubierta se rompe, la parte más frágil del cable queda al descubierto y sin protección, pudiendo provocar que el cable se estropee. Esto es, de manera sencilla, lo que sucede en el cerebro de las personas que padecen esclerosis múltiple.

Causas de la esclerosis múltiple

Se desconocen las causas que provocan las esclerosis múltiple, aunque existe cierto consenso en que hay un componente de predisposición genética. También se ha observado que la enfermedad tiene más prevalencia en las latitudes más frías del planeta. Se ha estudiado también su relación con la vitamina D o su aparición tras el contacto previo con ciertos virus. Hay estudios que relacionan el haber pasado la mononucleosis con la aparición de la enfermedad.

Tampoco existe nada lo suficientemente probado que funcione para prevenir su aparición, pero sí se ha constatado que las personas con unos hábitos de vida saludables tienen mejor pronóstico. El consumo de tabaco se ha demostrado como perjudicial.

Síntomas de la esclerosis múltiple

Como hemos dicho con anterioridad, es difícil hacer un catálogo cerrado de síntomas que nos conduzcan indudablemente a un diagnóstico de esclerosis múltiple. La enfermedad puede afectar a la visión, a la motricidad o incluso al habla. No obstante, estos son algunos de los más comunes.

  • Entumecimiento o debilidad en las extremidades
  • Sensación de choques eléctricos (signo de Lhermitte)
  • Falta de coordinación
  • Parálisis
  • Pérdida de visión parcial o completa 
  • Visión doble
  • Visión borrosa
  • Hormigueos en las extremidades (parestesia)
  • Problemas en el habla
  • Mareos
  • Fatiga
  • Problemas con la función sexual, los intestinos y la vejiga

Tipos de esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple es una enfermedad cambiante que puede evolucionar con el paso de los años. La gran mayoría de los diagnósticos que se producen se asocian al tipo remitente recurrente (EMRR), no obstante, un alto porcentaje de esos pacientes acabarán derivando hacia una esclerosis múltiple secundaria progresiva. Aquí explicamos las diferencias entre los distintos tipos de esclerosis múltiple.

Esclerosis múltiple remitente recurrente

Se trata de la variedad más común y es la que sufren el 85 % de los pacientes. En ella se producen los famosos brotes. Los brotes son episodios que pueden durar días (incluso semanas) en los que sus síntomas empeorarán o aparecerán nuevos. Se le llama remitente recurrente porque estos episodios desaparecerán con el tiempo. Tras el brote, el paciente se recuperará. Una recuperación que puede ser completa o que puede dejar secuelas en el cuerpo. Entre brote y brote no parece haber una progresión de la enfermedad. Los brotes también son llamados recidivas.

La mayoría de los fármacos desarrollados contra la esclerosis múltiple funcionan ante esta tipología de la enfermedad, siendo muy común el uso de inmunomoderadores en todos sus formatos.

Esclerosis múltiple secundaria progresiva

Un alto porcentaje de personas (entre el 50 y el 70 %) que fueron inicialmente diagnosticadas con esclerosis remitente recurrente acabarán desarrollando una esclerosis múltiple secundaria progresiva. En un plazo de 10 o 15 años tras el diagnóstico, un 20 % de los pacientes sufre un deterioro que ya no se relaciona con las recidivas.La enfermedad deja de funcionar por brotes y el empeoramiento del paciente es constante y sin prácticamente mejoría. Aunque existen diversos tratamientos probados y utilizados para ralentizar la degeneración, esta fase de la enfermedad es la que está más huérfana de tratamientos.

Esclerosis múltiple primaria progresiva

Al igual que sucede con la esclerosis múltiple secundaria progresiva, esta forma de la enfermedad muestra un empeoramiento progresivo de la función neurológica. No obstante, los pacientes diagnosticados con esta variante no experimentan la fase habitual remitente recurrente y pasan directamente a una fase de empeoramiento gradual sin recaídas. Entre el 10 y el 15 % de los diagnosticados lo son bajo esta modalidad.

Entre las diferentes pruebas para dar diagnosticar la esclerosis múltiple se encuentran, principalmente, la resonancia magnética, la punción lumbar y la prueba de potenciales evocados. También los análisis de sangre son determinantes a la hora de dar con el problema.

Falsos mitos sobre la esclerosis múltiple

  • La esclerosis múltiple no es una enfermedad terminal
  • La esclerosis múltiple no es hereditaria (pese a que se relaciona con cierta predisposición genética)
  • No todas las personas con esclerosis múltiple acaban en una silla de ruedas
  • El deporte no es perjudicial para las personas con esclerosis múltiple
  • La esclerosis múltiple no está catalogada como una enfermedad rara 
  • La esclerosis múltiple y la ELA (esclerosis lateral amiotrófica) son enfermedades totalmente distintas 

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.