Células egoístas, quimioterapia, metástasis: así explicó Julia Otero su cáncer de colon

UXÍA RODRÍGUEZ / LAURA MIYARA LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

el hormiguero

La periodista narró este miércoles en «El Hormiguero» sus 11 meses de «infierno». El cáncer colorrectal es el más prevalente en España

09 ago 2022 . Actualizado a las 18:49 h.

El año pasado se diagnosticaron en España más de 40.000 casos de cáncer de colon y recto. Es el más común en el país según la Sociedad Española de Oncología Médica. La lista sigue por los de próstata, mama, pulmón y vejiga.

Entre todas esas personas a las que en el 2021 les comunicaron que tenían cáncer estaba la periodista gallega Julia Otero. Este miércoles contó todo el proceso en el programa El Hormiguero. «Yo no quiero hacer bandera de nada, que soy una enferma de cáncer, que no soy más, que no soy diferente a otras personas que padecen cáncer. No quiero que nadie piense que vengo a hacer bandera de nada. Mi intención es ayudar a la gente que no tiene voz», comenzó diciendo para después explicar detalladamente cómo vivió 11 meses «de caña», 11 meses «de infierno».

Ella empezó por el principio, por los datos: «Hoy mismo, a 800 españoles les han diagnosticado cáncer. Mañana otros 800 y así, casi 300.000 cada año». También explicó con pelos y señales otro principio, el suyo. El día que llegó a revisión, a una revisión rutinaria, sin ningún síntoma «y, de pronto, te despiertas de la anestesia de la sedación del propofol, que te ponen para hacerte la colonoscopia, y empiezas a ver que hay caras raras. Ves que el señor que te ha hecho la colonoscopia, con todo el dolor de su corazón dice: "Tienes una neo (neoplasia) de colon". Ese es un momento... es un shock traumático de tal magnitud que es muy difícil contarlo. Pero, ¿sabes la frase esa de temblar de miedo? Yo pensaba que era una leyenda urbana, algo literario o cinematográfico, del lenguaje. No, no, se puede temblar de miedo».

El colon o intestino grueso es la parte final del intestino. Tiene forma de tubo y su interior está cubierto de una mucosa formada por células. Cuando una de ellas se transforma en maligna y se multiplica sin control, surge el cáncer de colon.

 

¿Y qué pasa por la cabeza de una persona a la que le acaban de dar esa noticia? «Te pasa la vida por delante, pero no te pasa la vida pasada. Te pasa la vida futura, la que tú has soñado que aún te queda. No es el pasado lo que vuelve, es la melancolía del futuro para el que tal vez no estés presente. Te pones a pensar en tus hijos, en los nietos que igual no verás, en la casa que estás haciendo en el campo que igual no estrenarás, en tantas y tantas cosas», narró Julia Otero.

También se acordó de una anécdota de una de sus abuelas. «Tengo una abuela en Galicia, que murió hace un par de años y falleció con 105 años, que cuando tenía 103 decía "olvidáronse de min". Y un hombre del pueblo le contestaba: "non se preocupe, ata agora non se olvidaron de ningún

A partir de ahí la periodista de Monforte de Lemos se lo comunicó a su familia y también a sus oyentes. Entonces, «empezaron una serie de pruebas para ponerle nombre y apellido, porque el cáncer tiene muchas variantes. Si hay o no metástasis, dónde está exactamente ubicado, viene toda la fase de buscar la información, te hacen el TAC y luego empieza ya el infierno».

Julia Otero explicó en pleno prime time de la televisión qué es el cáncer y cómo es su tratamiento. «Yo al cáncer le llamo las células egoístas. Cuando volví y vi esos titulares de "Julia Otero vence al cáncer”, me muero de miedo. Me cago de miedo, porque no es que he vencido nada. Sí, de momento hemos acabado con esas células egoístas que estaban en rebeldía en una zona del colon, pero eso puede volver. Todo el que ha pasado un cáncer sabe que hay cuatro años de margen, cuatro o cinco años. La opción de que vuelva está ahí. Eso sí, hay que aprender a vivir con esa provisionalidad. Es decir, alguien que está perfectamente sano, mañana puede morir en un accidente, de un infarto, y simplemente no sabe. La única diferencia entre esa persona y yo es que yo tengo la incertidumbre y vivo con ella bajo la piel, y esa otra persona no sabe que va a tener un infarto. Pero la vida es provisional. Es una cosa que aprendes cuando te dan el diagnóstico. Es un spoiler que todos sabemos y que olvidamos, el spoiler es que nos vamos a morir, pero vivimos de espaldas a esa realidad. Y lo entiendo, pero no está mal de vez en cuando saber cómo acaba la película».

«Todo el que ha pasado un cáncer sabe que hay cuatro años de margen, cuatro o cinco años. La opción de que vuelva está ahí»

Otero analizó el lenguaje que se usa para hablar del cáncer, de lo importante que es buscar una buena compañía y los rincones amables de la vida. También de la importancia de intentar mantenerse en forma. «Yo salía a caminar, porque mi oncólogo en jefe, el doctor Tabernero, me decía que hay que caminar para potenciar la creación de neutrófilos, que es un tipo de leucocito que con la quimioterapia se destruye. Porque la quimioterapia daña lo bueno también. El tratamiento consiste en hacerte daño para curarte».

De ese tratamiento con quimioterapia también habló Julia Otero con máxima precisión. «Yo creo que es importante saber cosas. Hay gente que escoge no saber, escoge la ignorancia, porque cree que si sabe demasiado va a llevarlo peor. Yo escogí preguntarlo todo a todo el mundo siempre constantemente. Cuando llegué el primer día, yo ya sabía lo que me iban a meter, qué sustancias eran y qué ocasionan dentro de mi cuerpo. No hace falta saberlo para curarse, pero a mí me venía bien saber lo que me estaban poniendo por la subclavia. Porque es aquí donde tengo el catéter, y pedirle perdón a mis células buenas. Cuando entraba en el box de la quimioterapia me concentraba, mentalmente decía: “Vais a sufrir mucho, porque los tratamientos contra el cáncer buscan dañar las células malignas, pero no hay más remedio que dañar también una parte de las benignas, que son profundamente inocentes, que han cumplido con su reloj celular, que se han comportado adecuadamente"», explicó Julia Otero, que trató durante todo el programa de hacer divulgación con un lenguaje accesible, «en este momento, tenemos millones de células que están suicidándose. Es una gran noticia, porque esos millones de células que se están suicidando, han hecho un análisis de sí mismas y han visto que no son como las que tienen al lado, han visto que son defectuosas. Entonces, se da cuenta con un proceso biológico que me parece maravilloso, que no lo va a hacer bien, y como es defectuosa, para no perjudicar el bien común, que es el bien de la comunidad celular en la que está, se suicida».

Para explicar cómo son esas células cancerígenas, en el programa también se utilizó la explicación del libro «Egoístas, inmortales y viajeras» del doctor López-Otín. «Egoístas porque van a lo suyo, inmortales porque no paran de reproducirse, se reproducen a una enorme velocidad, la quimio lo que intenta, justamente, es buscar esa velocidad. Sabe que la que está reproduciéndose es la que más líquido va a absorber de la quimioterapia. Además, son viajeras, esa es la parte que a mí me da más miedo. Mis células egoístas primeras sí que no están, pudimos con ellas, primero las radiaron, después las envenenaron y luego las cortaron y las quitaron. Pero no sé si tengo una célula viajera. ¿Por qué decimos que el cáncer son cuatro o cinco años? Porque alguna de esas células puede haberse escapado a través de un ganglio, puede haber alcanzado el torrente sanguíneo». La metáfora para explicar la metástasis: «Se van, como los conquistadores, a descubrir nuevo mundo. Recorrerlo, burlar al sistema inmunológico que está pendiente de ellas para matarlas y no puede, burlar todos los controles, llegar a otro órgano, engancharse allí, crear su propio sistema circulatorio y producir una metástasis. Esas son supercélulas, son células de un egoísmo y de una malignidad brutal, por eso las metástasis asustan tanto, porque están protagonizadas por las células más perversas de todas, ya no es que sean egoístas, son traidoras. Engañosas. Se van a otro tejido para colonizarlo, ignorando que la muerte de su huésped también va a ser su muerte. Así acaba el egoísmo».

Otero, como todos los pacientes en su misma situación, está en la fase de controles, revisión cada tres meses, que luego serán seis. «Yo cada día pienso: ¿habrá una célula viajando por el torrente sanguíneo? ¿hacia dónde? Por eso es tan importante llegar a tiempo. Cuanto más precoz es el diagnóstico, mucho mejor, porque evitas esas células metastásicas que son tan tremendas. Pero esa realidad está ahí y uno no puede desprenderse de eso».

Pero el día en el que a la gallega le dijeron que ya no tenía células egoístas llegó. ¿Cómo fue? «Esto no es como en las películas, que es un momento. Es un proceso más largo. Primero la radioterapia. Después te hacen un TAC y te dicen que con la primera quimio el tumor se ha reducido un 80 %, es una gran noticia. Después entran los "manostijeras" y ahí tienen que cortar y empalmar, que es un proceso complicado, porque el sistema digestivo es muy complicado. Entonces lo sacan y analizan. Ahí el doctor me dijo una cosa muy bonita: "Solo he encontrado al final de todo una célula, pero ahora la tengo yo"».

Los cánceres responsables del mayor número de fallecimientos a nivel mundial en el año 2021 fueron el cáncer de pulmón (18,0% del total de muertes por cáncer), el cáncer colorrectal (9,4%), el cáncer hepático (8,3%), el cáncer de estómago (7,7%) y el cáncer de mama (6,9%).

En España, los tipos de cáncer responsables de una mayor mortalidad son el cáncer de pulmón (22.930 / 20,3%), el colorrectal (16.470 / 14,6%), y los cánceres de páncreas (7.568 / 6,7%), mama (6.606 / 5,8%) y próstata (5.798 / 5,1%).

Lo cierto es que la tasa de supervivencia del cáncer de colon es una de las más elevadas. La supervivencia a 5 años varía entre el 50-90 % en función del estadio. En los pacientes con cáncer de colon sin ganglios afectados (estadios I-II), la supervivencia a 5 años oscila entre el 80-90 %. En los pacientes con ganglios afectados (estadio III) oscila entre el 40-70 % en función del número de ganglios extirpados (cuantos más ganglios extirpados, mejor pronóstico) y el número de ganglios afectados (cuantos menos ganglios afectados, mejor pronóstico). Los pacientes con estadio IV presentan mal pronóstico, siendo la mediana de supervivencia de 1-3 años, en función de la extensión de la enfermedad, biología tumoral (agresividad), edad y problemas médicos adicionales (comorbilidades).