Javier Camiña, neurólogo: «Lo lógico es que Bruce Willis esté teniendo una afasia primaria progresiva, que es un tipo de demencia»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

El doctor Javier Camiña es vocal de la Sociedad Española de Neurología.
El doctor Javier Camiña es vocal de la Sociedad Española de Neurología.

El experto señala que aprender un segundo idioma es clave para prevenir las enfermedades neurodegenerativas

01 abr 2022 . Actualizado a las 11:19 h.

A sus 67 años y, tras una carrera brillante en el cine, el actor Bruce Willis se despide de la pantalla. ¿El motivo? Una dificultad en el habla denominada afasia. Se trata de una afección que aparece como síntoma cuando hay lesiones en la región del cerebro relacionada con el lenguaje. Esta dificultad para expresarse o comprender las palabras puede hacer que la persona se sienta como si le estuviesen hablando en un idioma que no conoce. Se trata de «casos dramáticos», en palabras del neurólogo Javier Camiña, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Más allá de la frustración ante la imposibilidad de comunicarse, la afasia es bastante más compleja que simplemente no poder hablar. Como síntoma, es una manifestación frecuente que puede indicar, si aparece de forma repentina, la presencia de un ictus. También puede ser una pérdida de capacidad que se va desarrollando paulatinamente en el tiempo cuando una persona sufre de alzhéimer. En el caso de Willis, no hay confirmación por parte de su familia de cuál es la causa del problema. Sin embargo, Camiña ensaya una posible explicación.

—¿Por qué puede ocurrir una afasia como la que afecta a Bruce Willis?

—La confusión que hay en este caso es por la traducción. Lo lógico es que esté teniendo una afasia primaria progresiva, que es un tipo de demencia. Porque la afasia en sí misma solo quiere decir incapacidad para el lenguaje, y eso lo pueden dar varias enfermedades diferentes. La afasia, como síntoma, se diagnostica de manera clínica. La diagnostica el neurólogo. Es una alteración de la capacidad del lenguaje. Tanto para expresarse, encontrar las palabras correctas y construir las frases de manera adecuada, como para comprender lo que nos dicen nuestros interlocutores. Estamos muy acostumbrados a identificar afasias bruscas, de inicio brusco, como puede ocurrir en un ictus o una epilepsia. Hay afasias que son transitorias, y tenemos que buscar algún tipo de causa que las explique. Auras de migraña, meningitis, por ejemplo. Esto lo que nos dice es que hay un daño en el cerebro en la zona en la que se desarrolla el lenguaje.

Otra cosa son las afasias progresivas, que, en general, van asociadas a enfermedades neurodegenerativas como, intuyo, es la de Bruce Willis. Porque ha anunciado que tiene que dejar de actuar. La afasia primaria progresiva es un tipo de demencia que forma parte o de la demencia frontotemporal, o de la enfermedad de Alzhéimer, es un síntoma que va progresando en el tiempo. Entonces, imagino que Bruce tiene dificultades para interpretar, para aprenderse los papeles, y, por eso, ha dejado de actuar.

—¿Qué se hace cuando llega una persona con este síntoma?

—La evaluación inicial se hace en consulta. Básicamente, le pedimos al paciente que se exprese, que nombre objetos, le damos una serie de órdenes y vemos cómo las entiende. Le enseñamos unas láminas y le pedimos que nombre lo que ve en las láminas. Ahí vamos evaluando si nombra correctamente los objetos que hay, la fluidez con la que habla, vemos la melodía del habla. Así vemos si comete o no errores. A partir de ahí, vamos dirigiendo las pruebas a la sospecha que tengamos. Generalmente, hay que hacer una prueba de imagen cerebral. Si es en urgencias, un TAC; si es un estudio ambulatorio, una resonancia cerebral. Y, si ya tenemos una sospecha más clara de ictus, esa es una urgencia y hay que hacer tratamiento inmediato en esos casos. Pero, si buscamos algo neurodegenerativo, hacemos estudios de neuropsicología y pruebas de medicina nuclear para buscar si hay indicios de que esta persona está sufriendo una demencia. La demencia es cualquier enfermedad neurológica progresiva que afecte a las funciones cerebrales. El alzhéimer es la más frecuente, y la demencia frontotemporal progresiva es la segunda en frecuencia. Lo que confunde tanto es que son enfermedades con un mismo patrón de síntomas, pero pueden tener dos causas distintas. Entonces, cuando hay una afasia progresiva, hay que hacer un estudio de demencias. En general, si el síntoma principal es la afasia, son estas dos.

—¿Cómo se manifiesta la afasia en la clínica?

—Son casos dramáticos, porque los pacientes están muy frustrados cuando tienen el síntoma. Cuando no pueden expresarse, pero entienden perfectamente lo que ocurre en su entorno, se sienten muy frustrados. Cuando se ve afectada la capacidad de comprensión, hablan, pero su discurso no tiene mucho sentido. Como caso de afasia a nivel mediático, hay que recordar cuando Alfredo Landa tuvo un ictus en vivo en la entrega de los Goya, hace unos diez años, su síntoma fue una afasia. Tenía un discurso muy repetitivo, diciendo unas frases que no tenían sentido. Lo que tenía era una dificultad para expresarse con fluidez. A veces, identificar un problema del habla es tan sencillo como hacerle preguntas al paciente como dónde estás, cómo te llamas, ver si es capaz de responderlas correctamente, pedirle que cierre los ojos, que enseñe la lengua, que con la mano derecha toque la nariz. Cuando no consiguen hacer estas cosas correctamente o intuimos que no las entienden, tenemos que tomar decisiones. Al paciente hay que explicarle el tratamiento y esto es complicado. Muchas veces también tienen afectada la lectura y la escritura. Entonces, les damos mensajes cortos, intentando explicarle de forma no verbal, con las manos, lo que le ocurre.

—Una vez que se tiene el diagnóstico, ¿hay tratamientos específicos para la afasia?

—En las enfermedades neurodegenerativas, vamos con menos opciones. Más o menos la mitad de afasias primarias progresivas son provocadas por la demencia frontotemporal, que no tiene un tratamiento para su manejo. Y cuando dependen de la enfermedad de Alzhéimer, ahí sí que hay unos fármacos que pueden ayudar a mejorar el rendimiento de los pacientes, pero la enfermedad es progresiva y continúa avanzando. Las estrategias de logopedia o foniatría pueden hacer que los pacientes mantengan durante un tiempo la capacidad de comunicación, pero conforme la enfermedad va avanzando, los síntomas son más marcados y tienen mucha dificultad para expresarse. Hay fármacos que se usan en demencia, que sirven para reducir un poco el impacto y ganar un poquito de fluidez, pero no son específicos del lenguaje. Son tratamientos para la demencia. Son medicamentos que hacen que la acetilcolina, una sustancia con la que se comunican las neuronas, esté más tiempo activa, y entonces los procesos cerebrales funcionan mejor. No hay ningún tratamiento específico solamente para el lenguaje.

—¿Hay tratamientos que se estén estudiando?

—Hay muchos ensayos clínicos con fármacos para la enfermedad de Alzhéimer. De hecho, hay uno de esa categoría que está aprobado en Estados Unidos, pero lo ha rechazado la Agencia Europea de Medicamentos. Es un fármaco que detiene el acúmulo de amiloide, una sustancia normal, que ocurre en la enfermedad de Alzhéimer. Podrían hipotéticamente frenar la neurodegeneración, pero el paciente no mejora demasiado. No se están demostrando grandes beneficios clínicos.

—¿Se pueden utilizar terapias de estimulación cerebral magnética o eléctrica?

—No tiene una grandísima evidencia la estimulación cerebral en estos casos. Se está utilizando en muchos síntomas refractarios. Son cosas que se están intentando hacer. Pero, a día de hoy, para la afasia, lo único que hay es tiempo y entrenamiento del cerebro para que vaya recuperando la función del lenguaje. Y es una función muy compleja: el vocabulario es complejo, comprender lo que nos dicen y acceder a una respuesta correcta necesita de la integridad de varias estructuras y eso, según cuál sea la enfermedad, puede ser complicado. En el futuro, iremos viendo. Hay estudios que están estableciendo estrategias para la recuperación tras un ictus, pero están todavía en fase muy inicial y faltan evidencias. Estamos bastante frustrados porque los fármacos contra el alzhéimer no están teniendo los resultados que nos gustaría ver.

—¿Y si tienes afasia porque te has dado un golpe en la cabeza?

—Dependiendo del golpe, esto puede formar parte de una conmoción cerebral. A veces hay sangrado en la zona u otros problemas. Si la afasia se debe a un ictus, se deriva al paciente de manera urgente a un hospital donde se pueda hacer el tratamiento, porque esa afasia se debe a la obstrucción de una arteria en la zona del habla. Es un síntoma muy evidente para el paciente y una señal de alarma que nos hace pensar rápidamente en ictus. Si se confirma el ictus, recuperar la circulación en la zona podría mejorar la afasia. Si la afasia se debe a una epilepsia, lo que hay que hacer es identificarlo pronto. Suelen ser crisis leves, de uno o dos minutos y se resuelven con fármacos antiepilépticos. La enfermedad de base debe tratarse.

—En definitiva, siempre se trata la causa, no hay nada específico para la afasia...

—Correcto. Y hay causas que son agudas o bruscas, y otras que son neurodegenerativas. Para las neurodegenerativas, ahora mismo no hay opción. Y entiendo que, por eso, Bruce Willis ha anunciado esta interrupción de su actividad profesional.

—¿En qué casos es posible una recuperación?

—Cuando son debidas a un ictus, estos pacientes, durante la rehabilitación, con logopedia y foniatría, tienden a mejorar. Mejoran porque el resto del cerebro, el que no está dañado, intenta asumir la función del cerebro enfermo. Esto depende de la edad del paciente, de su plasticidad cerebral, de si es bilingüe o no. En muchos pacientes de ictus, si tienen una vía importante dañada, es posible que la recuperación no sea completa y que haya una secuela. Pero algunos pacientes que tienen lesiones pequeñas, con la terapia mantenida, pueden mejorar de manera significativa. A menudo, la capacidad de comprensión se recupera más rápido que la capacidad de expresarse. Depende también de en qué zona esté el ictus, el tumor o la lesión. En el caso de Bruce Willis, dependiendo de qué necesidades tenga y cómo sea su comunicación con su entorno y su familia, durante un tiempo podrá comunicarse de una manera relativamente normal, pero a nivel profesional ya estaría viendo que le resultaba muy difícil.

—¿Se pueden prevenir las afasias?

—La mejor manera de reducir el riesgo de demencia es tener una vida activa físicamente, evitar el sedentarismo, hacer actividad física regular. Evitar los factores de riesgo vascular, evitar la hipertensión, la diabetes, el colesterol, el tabaco, la apnea de sueño. Y, a partir de ahí, tener una vida intelectualmente activa y socialmente activa también se ha demostrado que mejora la conservación de la función cerebral. Diversos estudios han demostrado que las personas que viven en un entorno bilingüe tienen más capacidad lingüística y más facilidad de recuperación que quienes solo saben una lengua. Aprender un idioma, dominarlo, cuanto más vocabulario tengamos, cuanto más lo hablemos, eso es lo que interesa.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.