¿Por qué se ha confundido el cólera con una gastroenteritis?: «Técnicamente no se le puede llamar así»

Cinthya Martínez, Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

El cólera es una enfermedad diarreica aguda causada por la ingesta de alimentos o agua contaminados con el bacilo Vibrio cholerae.
El cólera es una enfermedad diarreica aguda causada por la ingesta de alimentos o agua contaminados con el bacilo Vibrio cholerae. La Voz de la Salud

Te explicamos cómo es posible que en cuestión de horas se haya pasado de hablar del primer caso de cólera autóctono desde el 1979 a acabar desmintiéndose

23 jun 2022 . Actualizado a las 10:21 h.

En un primer momento, se habló de un nuevo caso de cólera autóctono en España (el último había sido en el 1979). El precintado de una finca de Toledo después de que una menor bebiese agua potable de un pozo de dicha propiedad hizo saltar todas las alarmas. No obstante, el Ministerio de Sanidad no tardó en salir a desmentir esta afirmación y asegurar que estábamos ante otra enfermedad. 

«Técnicamente no se le puede llamar cólera porque han dicho que no tiene la toxina. Pero al final es vibrio cholerae y es la misma especie de bacteria», afirma Raúl Rivas, catedrático de Microbiología. Así, después de un análisis exhaustivo que realizó el Instituto de Salud Carlos III, se constató que lo que padecía la menor era una gastroenteritis por vibrio, con la presencia de la bacteria del cólera pero sin la toxina que produce la sintomatología de la enfermedad. 

Para poner luz entre tanta confusión, el microbiólogo explica: «En realidad pasa con muchos tipos de microorganismos. Dentro de una especie bacteriana, una cepa puede producir un antibiótico o no, una cepa puede tener una toxina, o no. En este grupo las más complicadas que causan cólera son vibrio cholerae 01 y el vibrio cholerae 139. Porque tienen una enterotoxina que es la que provoca los daños en las células intestinales y origina esas diarreas acuosas con la pérdida de electrolitos. Pero si la cepa no tiene la toxina, aunque la identidad sea de vibrio cholerae, no provocará ese daño en el intestino. Se dice que son no enterotoxigénicas, porque causa unas diarreas menos graves y unos síntomas menores». 

De esta forma, no se habla de la enfermedad del cólera porque la bacteria que tenía la menor no producía la toxina que, realmente, es la responsable de causar la sintomatología. «Va desde pérdida de líquidos, electrolitos, pero así como muchos otros problemas en multitud de órganos. De hecho sin tratamiento, el 60 % de las personas que tienen cólera pueden morir», apunta Rivas. 

La historia del cólera se ha caracterizado por aparecer de manera epidémica, con una amplia distribución y una incidencia que oscilaba entre los 200 y 300 casos. «Los brotes en España han sido súper frecuentes. Las últimas epidemias de cólera en la Comunidad Valenciana, en tiempos de Ramón y Cajal (1852-1934), fueron devastadoras. Nos hemos olvidado, pero las bacterias siguen ahí», insiste Raúl Rivas, catedrático de Microbiología. 

¿Qué es el cólera?

Según apuntan desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), se trata de una enfermedad diarreica aguda causada por la ingesta de alimentos o agua contaminados con el bacilo Vibrio cholerae. Ambos pueden ser contaminados a partir de heces de las personas infectadas (lo que se conoce como transmisión fecal-oral). De ahí que las aguas de abastecimiento pueden llegar a contaminarse al mezclarse con estas aguas fecales. 

«Es una enfermedad diferente a las que estamos viendo en los últimos tiempos, ya que es bacteriana», detalla Rivas, que continúa: «Por ejemplo, los virus necesitan otras células para mantenerse activos. En cambio, la bacteria que causa el cólera es ambiental y puede encontrarse en el agua, en la comida o en animales acuáticos contaminados, como el marisco», precisa.

La aparición de los síntomas puede tardar entre doce horas y cinco días. La manifestación clínica consiste en una diarrea acuosa con deshidratación grave que, en el extremo de no ser tratada, puede ser letal. En algunos casos, la enfermedad también se acompaña de vómitos que aparecen de manera abrupta. Además, y pese a ser una infección, la fiebre no acostumbra a figurar entre los signos de alerta porque suelen estar causados por la enterotoxina y no por la bacteria en sí.

Médicos Sin Fronteras (MSF) estima que un 75 % de los casos son asintomáticos, «por lo que muchas personas no padecen esta enfermedad o solo desarrollan una infección leve». Sin embargo, esto no resta importancia al asunto, ya que sin atención médica, puede extenderse rápidamente, atacar al sistema digestivo y pasar a considerarse una enfermedad muy grave. De hecho, la ONG recuerda que sin tratamiento, «muere una de cada dos personas infectadas con el grado más severo de esta afectación». 

El microbiólogo precisa que existen diferentes tipos: «Dentro del vibrio cholerae hay muchas clases de vibrios. Los no coléricos causan otro tipo de enfermedades que pueden ir desde diarreas leves a otras complicaciones más graves. Si tenemos en cuenta el vibrio cholerae, hay dos grupos, el 01 y el 0139, que son los realmente problemáticos y virulentos. Producen unas toxinas que son las que provocan daños en la mucosa del intestino delgado y este tipo de diarrea».

Control de los casos y medidas de higiene como prevención

Como era de esperar, la clave para controlar esta infección consiste, según la OMS, en adoptar un criterio multidisciplinar basado en «la vigilancia en el agua, el saneamiento e higiene, en la movilización social, en el tratamiento y en la vacunación oral», apunta. De ahí, que la transmisión esté estrechamente relacionada con un acceso insuficiente a agua salubre y a instalaciones de saneamiento. Situaciones que se vuelven más comunes en países en vías de desarrollo, barriadas periurbanas y «los campos de desplazados internos o de refugiados», explica la OMS.

De hecho, nos encontramos en una situación en la que, desde finales de los 90, podríamos hablar de la séptima pandemia del cólera. Es decir, está muy extendido en África, Asia e incluso, América del Sur

«Vivimos en un país en el que la realidad es muy diferente a otras zonas, pues tenemos sistemas de saneamiento y potabilización del agua que nos previenen de estas enfermedades. Por el contrario, los brotes de cólera ocurren constantemente en sitios que carecen de ello», explica Rivas, que añade: «De hecho, nos encontramos en una situación en la que, desde finales de los 90, podríamos hablar de la séptima pandemia del cólera. Es decir, está muy extendido en África, Asia e incluso, América del Sur», destaca. El más reciente, en Pakistán, dejó casi 2.500 casos.

Con todo existen medidas individuales de prevención más propias de un «por si acaso», especialmente, si visitas las zonas en las que esta bacteria pueda hacer acto de presencia: 

  • Cocinar los alimentos al completo y consumirlos cuando todavía estén calientes. En especial, el marisco crudo o parcialmente cocido. 
  • Mantener medidas habituales de higiene como lavarse las manos antes de entrar en contacto con cualquier alimento. 
  • Cepillarse los dientes con agua embotellada.
  • Evitar consumir verduras y frutas que no se puedan pelar como las uvas. Por el contrario, es mejor optar por plátano, aguacates o naranjas. Ingerir, únicamente, productos lácteos pasteurizados, que hayan sido refrigerados de forma correcta. 

Según la Asociación Española de Vacunología, el cólera es la mayor causa de diarrea epidémica en los países en desarrollo, y representa una morbilidad de 1,4 a 4,3 millones de casos. Las muertes anuales varían entre 28.000 y 142.000. Es más, según la entidad, la enfermedad se considera ahora una de las prioridades en la agenda mundial de salud pública. 

La vacunación

El objetivo de administrar la vacuna contra el cólera es proteger a los grupos de mayor riesgo. Por ejemplo, en regiones endémicas, la inmunización está recomendada como una medida de control adicional a otras formas de prevención. Por su parte, los viajeros internacionales pueden considerar la opción de vacunarse si el destino es un área de riesgo.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se basa en la clínica. Si existe una diarrea acuosa, vómitos y una rápida deshidratación, no suelen quedar muchas dudas. No obstante, un análisis de laboratorio también confirma la presencia de la bacteria. 

Tratamiento que busca la rehidratación

Debido a la rapidez de los síntomas y a su avance, un diagnóstico y tratamiento precoces resultan fundamentales. Es más, las personas infectadas deben ser aisladas en centros que garanticen el procedimiento terapéutico, con medidas que controlen la propagación de la enfermedad. 

Así, la respuesta médica consiste en la restitución inmediata de fluidos y sales mediante una solución de rehidratación oral o intravenosa. «Un tratamiento muy eficaz y rápido, que cura al 99 % de los enfermos», aseguran desde Médicos Sin Fronteras. 

«Las diarreas acuosas son bestiales. Hacen que te deshidrates, pierdas electrolitos e incluso pueden provocar problemas en los riñones debido al descenso de potasio», explica Rivas. Por ello, el primer paso será la reposición de electrolitos. Después, puede venir los antibióticos: «Al ser una bacteria, hay fármacos eficaces», precisa el catedrático de Microbiología.

Pese a su nula presencia en España, el número de casos de cólera notificados a la entidad internacional de salud se ha incrementado en los últimos años. Así, durante el 2019, se registraron 923.037 pacientes en 31 países, de los cuales 1911 acabaron falleciendo. Sin embargo, estas pueden ser cifras infradiagnosticadas, ya que según reconoce la OMS, «muchos casos no se recogen debido a las limitaciones de los sistemas de vigilancia y al temor a las repercusiones en el comercio y turismo». 

¿Debemos preocuparnos? 

Este suceso ha levantado las alarmas ante una patología que en nuestro país no solemos tener muy presente, pero que sí puede estar en otras zonas del mundo. «Todo tiene la preocupación que queramos darle. Esto es un aviso que nos indica que no debemos beber de cualquier tipo de fuente de agua, porque si no están controladas pueden conllevar a un problema de salud. En este caso ha sido un susto, y es cierto que es muy difícil, prácticamente imposible, que ocurra un brote de cólera en España con las medidas de saneamiento y potabilización que tenemos. Pero sí que puede suceder algún caso esporádico por por un consumo inadecuado», remarca Rivas, que añade: «Es difícil que se trate de esta enfermedad en concreto. Aunque sí que pueden darse infecciones por vibrios no coléricos, las cuales son habituales y también nos pueden provocar un problema», remarca Rivas.