¿Por qué recetaban Rubifen, un fármaco para niños con TDAH, en una clínica de obesidad?

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Rubifen puede ayudar a mejorar la atención, concentración y reducir el comportamiento impulsivo
Rubifen puede ayudar a mejorar la atención, concentración y reducir el comportamiento impulsivo

Su mecanismo de acción no se conoce completamente, pero se cree que actúa inhibiendo la recaptación de dopamina y noradrenalina | Sancionan con 60.000 euros a una farmacia de Vigo por vender este psicotrópico

02 ene 2024 . Actualizado a las 17:58 h.

Una farmacia de Vigo ha sido sancionada con 60.000 euros por suministrar 450 envases de un medicamento, durante quince meses, a la médica de una clínica de tratamiento de obesidad. Pero el fármaco en cuestión nada tiene que ver con esta patología. O por lo menos, no es el uso que recoge su ficha técnica. Se trata de Rubifen, un psicotrópico que está indicado para el tratamiento de jóvenes con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). 

Blanca González, miembro del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña, señala que se trata de «un derivado anfetamínico». Concretamente, el principio activo de Rubifen es el metilfenidato. Según explican desde la propia Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), está indicado como parte de un programa de tratamiento integral del TDAH en niños con edades comprendidas entre los 6 y los 18 años, cuando otras medidas por sí mismas han demostrado ser insuficientes. Es decir, terapia psicológica, educativa y social. 

La propia página web del laboratorio que comercializa este medicamento en España confirma este requisito, remarcando que el tratamiento debe estar bajo la supervisión de un especialista en trastornos del comportamiento en niños. «El diagnóstico debe realizarse de acuerdo con los criterios DMS o las directrices ICD-10 y debe estar basado en la historia y evaluación completas del paciente. No se puede establecer el diagnóstico únicamente con la presencia de uno o más síntomas», añaden. 

Rubifen puede encontrarse en diferentes presentaciones, principalmente cápsulas y comprimidos de liberación inmediata o prolongada.

Aunque no es una indicación aprobada, este fármaco también se ha empleado en ocasiones para tratar casos de narcolepsia, incluso en sujetos adultos. Sin embargo, no se recomienda en esa franja de edad para tratar el TDAH.  

Cómo actúa el metilfenidato

«Aunque no es lo que se busca en el tratamiento del TDAH, el metilfenidato es un estimulante. En el uso recreativo o fuera de lo terapéutico sí que podría dar esa sensación de euforia», confirma González. 

La Asociación Española de Pediatría (AEP) explica que el metilfenidato es un psicotrópico estimulante débil del sistema nervioso central «con efectos más destacados sobre las actividades mentales que sobre las motoras». Aseguran que su mecanismo de acción no se conoce completamente, pero que se cree que «actúa inhibiendo la recaptación de dopamina y noradrenalina a nivel presináptico». 

De esta forma, este fármaco mejora la actividad de ciertas partes del cerebro que se encuentran con baja actividad. Puede ayudar a mejorar la atención, concentración y reducir el comportamiento impulsivo. 

Con todo, no deja de ser un psicofármaco y hay que tener en cuenta que puede resultar adictivo. «Si Rubifen no se usa adecuadamente puede provocar un comportamiento anormal. Esto también puede significar que usted o su hijo empiezan a depender del medicamento», subrayan desde la Aemps. 

De hecho, el propio prospecto dice que no se necesita tomar de forma indefinida y que si se prescribe durante más de un año, se debe interrumpir el tratamiento durante un corto período de tiempo (como las vacaciones escolares), para ver si de verdad es necesario seguir con él. 

Además, si se usa durante más de doce meses, el metilfenidato puede reducir el crecimiento en algunos niños (aunque esto afecta a menos de uno de cada diez), impidiendo el aumento de peso o de estatura. 

Posibles efectos adversos

Como todos los medicamentos, su consumo puede provocar efectos secundarios. Están registrados como muy frecuentes (afectando a más de una de cada diez personas que lo toman) el dolor de cabeza, sensación de nerviosismo y dificultad para dormir. 

Entre los frecuentes (esos que afectan a menos de una de cada diez personas) se encuentran las palpitaciones, cambios en el estado de ánimo o en la personalidad, dolor en las articulaciones, sequedad en la boca, fiebre, pérdida de pelo o disminución de grosor del mismo, somnolencia, pérdida de apetito, picor, sarpullido, tos, irritación y dolor de garganta, sensación de mareo, dolor abdominal, diarrea, náuseas, malestar gástrico, vómitos, agresividad, agitación, ansiedad, depresión, irritabilidad y comportamiento anormal. 

Contraindicaciones

No se puede tomar este fármaco si se padece hipersensibilidad conocida al metilfenidato, ni si se sufren trastornos psicóticos, bipolaridad o pensamientos suicidas. También deben evitarlo aquellas que padezcan glaucoma de ángulo estrecho, con antecedentes de problemas cardiovasculares o cerebrovasculares.

En caso de padecer trastorno de Tourette o tics, también está contraindicado, ya que uno de los posibles efectos secundarios es que potenciar tics y movimientos estereotipados. Asimismo, no lo pueden tomar pacientes con trastornos de la conducta alimentaria (TCA) como la anorexia nerviosa, ya que el fármaco puede reducir la sensación de hambre. 

También deberían evitarlo pacientes con problemas renales o hepáticos, hipertensión arterial o dificultades para tragar. 

Qué tiene que ver su principio activo con la obesidad

La farmacia sancionada suministraba el Rubifen a una clínica de tratamiento de la obesidad. Una posible explicación a este hecho es que uno de los efectos secundarios de este fármaco, tal como se mencionaba en líneas anteriores, es la disminución de apetito. «Las anfetaminas se han utilizado por esa sensación de pérdida de apetito, aunque este uso no está recogido dentro de la ficha técnica», reflexiona la farmacéutica. 

Aunque González considera que «no es lo normal», sí se puede utilizar un medicamento fuera de las indicaciones incluidas en su ficha técnica: «Cuando se hace, el médico debe informar que se va a utilizar de esa manera y cuáles son los riesgos; tiene que estar muy consensuado con el paciente».

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.