Cómo elegir un tinte de pelo: «Muchos desastres vienen de haber dejado actuar el producto más tiempo del que se indica»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Los tintes permanentes son los que más daño pueden causar al cabello.
Los tintes permanentes son los que más daño pueden causar al cabello. iStock

Si se toman precauciones antes y después de aplicarlos, no es necesario renunciar a una buena cobertura para evitar los daños producidos por los tintes

01 mar 2024 . Actualizado a las 10:43 h.

Pocos cambios a nivel estético tienen un efecto tan inmediato y notorio como un nuevo color de pelo. La coloración es un instrumento potente para cambiar la apariencia y expresar nuestra individualidad, pero someter la melena a este tipo de tratamientos causa daños a las fibras capilares que pueden ser irreversibles.

Por supuesto, no todos los tintes para el cabello son iguales. Por eso, tanto o más importante que elegir un color que complemente a la perfección el tono de nuestra piel es conocer los tipos de tinte que hay, sus fórmulas, la manera correcta de aplicarlos y los cuidados que debemos tener posteriormente para mantener el color, el brillo y la salud del pelo durante el máximo tiempo posible. Analizamos las opciones en el mercado y las precauciones que no podemos saltarnos de la mano de dos expertos.

Tipos de tinte

Dependiendo de su duración y penetración en el cabello, los tintes para el cabello se pueden dividir en temporales, semipermanentes, demipermanentes y permanentes. «También hay otras opciones menos conocidas, como el gradual o progresivo, que requiere la aplicación repetida para producir el oscurecimiento gradual del tallo piloso y contiene metales solubles en agua, o las decoloraciones en uno o dos pasos tan dañinas para el cabello», señala el doctor Pablo Fernández-Crehuet, dermatólogo y tricólogo del Grupo Español Dermatología Estética y Terapéutica (Gedet), de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

Cada uno de los tintes tendrá sus ventajas y sus desventajas, más allá del método de aplicación o de la duración del color. «La diferencia principal está en que contengan o no agua oxigenada, que nos permitirá aclarar el cabello natural, y un agente alcalino, que permite que la cutícula de la fibra capilar se abra para que el color sea permanente», explica en este sentido la farmacéutica María José Cejas Delgado.

«Los tintes temporales solo impregnan el pelo en su cubierta externa, por lo que desaparecen en pocos lavados, incluso, en muchos casos, al primer lavado. Se presentan de diferentes formas, como enjuagues, gel, atomizadores o champú. Suelen contener pigmentos de color menos penetrantes que los presentes en los tintes permanentes» explica Fernández.

«Los semipermanentes impregnan el pelo en su exterior, pero también en el interior. El llamado baño de color, o tinte sin amoníaco, actúa depositando los pigmentos sobre la cutícula. Por este motivo, aguantará múltiples lavados, quizás cinco, o hasta diez, dependiendo de la marca. Es un tipo de coloración que no daña el cabello y es muy usado para oscurecer o mantener el tono dado anteriormente», indica Fernández.

Por otro lado, están los tintes demipermanentes, también conocidos como «tono sobre tono». «Se mezclan con peróxido, pero en muy baja concentración, entre un 5 y un 10 %, por lo que su poder aclarante es reducido. Solo baja uno o dos tonos, pero los pigmentos, además de depositarse sobre la cutícula del cabello, también se introducen, lo que hace que dure bastante más tiempo, entre 20 y 30 lavados dependiendo de la marca y del tipo de cabello». Este tinte se suele utilizar para cubrir canas o lograr un cabello más oscuro. Su principal ventaja es que efecto dañino será menor que en el caso del permanente. «Aunque la uniformidad en el color no es tan grande, esto mismo permite lograr más naturalidad en el resultado final», señala Fernández.

Por último, los tintes permanentes son los que «penetran en la médula del pelo y duran hasta que el pelo se sustituye», explica el tricólogo. Esto se consigue a través de sustancias decolorantes como el peróxido de oxígeno o el amoníaco, que permiten dar un nuevo color al cabello posteriormente. Se trata de un tratamiento más potente que, para conseguir una máxima duración, provoca más daño al cabello. Por eso, advierte Fernández, «hay que evitar realizar a la vez dos técnicas agresivas, como permanente y tinte».

Natural o sintético

Los tintes capilares también se pueden clasificar según la procedencia de la sustancia colorante que contienen. «Los tintes vegetales o naturales no contienen compuestos químicos como el amoníaco o agua oxigenada. Su formulación se basa en pigmentos que se consiguen a partir de ingredientes naturales, aceites y extractos vegetales, como la henna, la manzanilla, el hibiscus, el café, la remolacha, salvia, romero o nogal. Es decir, cualquier planta, flor o fruta rica en pigmentos de color es buena para hacer un tinte vegetal, por lo que, además de dar color, estos tintes suelen ser buenos tratamientos capilares que nutren y dan brillo al cabello», explica Fernández.

Por esta razón, los tintes naturales suelen ser recomendables. «Los ingredientes naturales nos pueden ofrecer beneficios como la protección, la nutrición y la suavidad para la piel y el cabello, sin tener ningún efecto negativo, por lo que siempre es una muy buena opción a la hora de elegir nuestro tinte», señala Cejas.

La alternativa a esta opción natural son los tintes sintéticos, que utilizan compuestos químicos fabricados artificialmente para producir colores específicos, añadiendo en ocasiones productos naturales, y suelen ser, en general, más agresivos. También existen tintes metálicos, basados en minerales como óxidos de hierro para obtener colores naturales. Estos últimos tienen tendencia a eliminarse rápido con los lavados y se suelen usar para cubrir canas sin muchas opciones de coloración.

Daño y duración: ¿qué hay que tener en cuenta?

La ecuación es simple: a mayor duración del color en el cabello, más daño. Esto es así porque, para que el tinte penetre y quede en las fibras capilares durante más tiempo, es necesario aplicar tratamientos más agresivos que pueden debilitarlas. Así lo resume Fernández: «Según el grado de penetración, la duración aumentará, pero también el daño al tallo piloso. Mientras que los temporales solo afectan a la cutícula, los semipermanentes lo hacen a la corteza y los permanentes a la médula. Por tanto, a más profundidad, mayor riesgo de fracturas y desestructuración de las cadenas de queratina de las fibras capilares, y mayor daño capilar».

En este sentido, lo más agresivo es la coloración permanente. «Para que un tinte sea permanente, necesita penetrar en la fibra capilar, y esto se consigue abriendo las cutículas con un agente alcalino y después cerrándolas con el último paso de la coloración, generalmente, una mascarilla con un pH muy ácido. Este proceso químico de abrir y cerrar, a la larga, puede acabar dejando las cutículas entreabiertas, lo que provocará una fibra capilar débil, seca y sin brillo. Por eso es esencial cuidar el cabello teñido con productos de lavado y acondicionado específicos para este tipo de cabello, así como reforzar la protección ante las herramientas de calor y el sol y aumentar la nutrición con aceites y mascarillas», recomienda Cejas.

Si empiezas a utilizar tintes de manera frecuente, este tipo de cuidados son clave para evitar que el daño sea visible. La principal precaución que sugiere Fernández es elegir productos de calidad y, en lo posible, tintes vegetales sin amoníaco, aunque esto signifique sacrificar la duración del color.

«En segundo lugar, conviene no dejar más tiempo del recomendado el tinte y no aplicarlo con demasiada frecuencia. Y hay que hidratar bien el cabello después de teñirlo con acondicionadores y mascarillas. También se pueden realizar tratamientos médicos, como las microinfiltraciones con plasma rico en plaquetas, que aportan factores de crecimiento favoreciendo el desarrollo de un tallo piloso más sano y recio. Por último, recomiendo evitar el calor excesivo de planchas y secadores de aire caliente por el daño capilar que producen», propone Fernández.

Reacciones adversas y cómo evitarlas

En determinados casos, los tintes pueden causar reacciones de alergia cutánea. «Puede ocurrir que, a partir de una reacción alérgica o por abuso de ingredientes químicos agresivos, se resienta la zona de la piel donde se ha aplicado y esto pueda provocar la caída del cabello por rotura. Por eso es tan importante elegir productos respetuosos, probados previamente y seguir las indicaciones de uso de la marca sin excepción. Muchos desastres con tintes vienen de haber dejado actuar el producto más tiempo del que se indica, lo que puede debilitar tanto la fibra que llegue a romperse, y por tanto a caerse», advierte Cejas.

Por esta razón, es importante realizar una prueba antes de aplicar el tinte en toda la cabellera. Esta prueba consiste en utilizar una pequeña cantidad de tinte en el brazo e inspeccionar la piel a las 48 horas, para controlar si se desarrollara un eccema o ampolla.

Sin embargo, estas no son las únicas reacciones posibles. «En otras ocasiones la reacción es inmediata en lugar de retardada, provocando una reacción urticarial caracterizada por una roncha en el mismo momento de la aplicación. Si se experimentara esta sensación, se debe lavar y aclarar rápidamente y acudir a un médico para valorar la intensidad de la reacción y realizar el tratamiento más adecuado», indica Fernández.

En cambio, «si la irritación aparece después, lo más recomendable es utilizar un champú y un sérum para cuero cabelludo irritado, que nos aportarán sensación de calma y evitará el picor», señala Cejas.

Impacto a largo plazo

Si se usan con prudencia, los tintes no deberían provocar efectos negativos, pero siempre existe la posibilidad de daño estructural y de textura. «Con el tiempo, el cabello acaba volviéndose más poroso, seco y propenso a la rotura. Además, los productos químicos se irían acumulando en el tallo piloso, que va perdiendo calidad y se vuelve menos elástico. Este proceso favorece su rotura y fragilidad. Para minimizar este impacto a largo plazo se deben usar productos de calidad, espaciar las aplicaciones, seguir los consejos del fabricante, hidratar después y considerar los productos suaves de elección», aconseja Fernández.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.