De la miel a las gárgaras: analizamos los remedios populares para el dolor de garganta

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

El dolor de garganta no siepre requiere tratamiento con antibióticos.
El dolor de garganta no siepre requiere tratamiento con antibióticos. iStock

¿Ibuprofeno, antibióticos, té o helado? Te contamos qué tomar y cómo saber si es momento de ir al médico

28 dic 2023 . Actualizado a las 11:52 h.

El dolor de garganta es, junto con la congestión nasal y la tos, el síntoma más típico de que ha llegado el invierno. Con el descenso de las temperaturas, especialmente durante la noche y por la mañana, cuando aún no calienta el sol, despertar con irritación, dolor o molestia se convierte en el pan de cada día.

Existen numerosas opciones en el mercado orientadas a solucionarlo. Desde pastillas para chupar hasta espráis, analgésicos, infusiones o antiinflamatorios, pasando por las opciones tradicionales de toda la vida, como la miel o las gárgaras, analizamos la efectividad de los remedios más populares para el dolor de garganta, derribamos mitos sobre su tratamiento y aclaramos cuándo hay que acudir al médico, con ayuda de los expertos.

Bacteria o virus

Lo primero que hay que saber es que no todos los dolores de garganta son iguales. Las causas más comunes de este síntoma pueden ser irritación, bacterias o virus. Y dependiendo del caso, el tratamiento variará. Como señala la doctora Juliana Cabrera, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), «con la llegada del frío, el covid, el virus respiratorio sincitial y la gripe, todos ellos van a cursar con dolor de garganta junto con otros síntomas».

En otras palabras, conocer la causa del dolor de garganta puede ser un primer paso clave para saber cómo actuar. En este sentido, la presencia de otros síntomas que acompañan al dolor es una pista determinante. El más importante de ellos, por supuesto, es una fiebre alta y persistente. Esta elevación sostenida de la temperatura corporal está indicando una posible presencia de bacterias.

¿Qué hacer si sube la fiebre? «Uno debe acudir al médico si tiene fiebre de más de 38º y muchísimo dolor de garganta, porque puede haber placas y alguna bacteria. Si te tomas un antiinflamatorio y, a las seis u ocho horas, sigues teniendo 38º, tienes que ir al médico. Si te has hecho pruebas de covid y gripe y te han dado negativas, pero te duele muchísimo la garganta, tienes que ir al médico. También si te tocas y tienes ganglios. Eso puede significar que la enfermedad es bacteriana», indica Cabrera.

En estos casos, los médicos pueden realizar pruebas para detectar la presencia de estreptococos y, si la bacteria ha colonizado las amígdalas, se iniciará un tratamiento con antibióticos. Entre ellos, el más efectivo es la amoxicilina.

Pese a todo, hay que recordar que, en la mayoría de los casos, los causantes del dolor son los virus, por lo que los antibióticos no estarían indicados. «Todo depende del origen. Normalmente, el dolor de garganta puede tener dos causas. Una es la inflamación de las amígdalas por un proceso bacteriano por estreptococos. Pero la mayoría de las infecciones son víricas, y en esos casos hacemos un tratamiento con antiinflamatorios como el ibuprofeno», observa el doctor Jesús Sueiro, de la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria.

Otro síntoma que acompaña a este dolor es la congestión nasal. «Hay dolores de garganta que no se originan en la propia garganta, sino que se producen por una mala respiración nasal. Si un paciente tiene catarros muy frecuentemente, se congestiona y, sobre todo por la noche, respira por la boca, entonces se levanta con la boca seca y dolor de garganta por esa irritación», señala Sueiro.

«El cambio de temperatura afecta muchísimo. Estamos con calor durante el día, luego por la noche hace frío y tenemos la calefacción y la ropa de invierno puesta en la cama, por lo que estamos asfixiándonos mientras dormimos y nos desarropamos, entonces, nos enfriamos y nos da dolor de garganta. Estos son los típicos dolores que aparecen por la mañana», coincide Cabrera.

Cuando la congestión es la causa, podemos atacar al dolor de garganta resolviéndola. «Estos problemas mejoran con tratamientos para aliviar la obstrucción de las vías respiratorias, como antihistamínicos, lavados nasales o incluso pautas cortas de vasoconstrictores o, en algunos casos crónicos, antihistamínicos o corticoides tópicos nasales», recomienda el doctor Sueiro.

Remedios caseros

El problema que típicamente cursa con dolor de garganta es la irritación e inflamación ocasionada por los cambios de temperatura o por virus respiratorios. Cuando este es el caso, es clave evitar que la zona se reseque por el aire que respiramos, porque esto conlleva una mayor irritación. «Lo más efectivo es evitar que la casa tenga un ambiente muy seco. Esa sequedad hace que se tosa más. Para eso, es importante humedecer el ambiente. Pero la calefacción seca mucho el aire de las habitaciones, así que podemos poner un vaso con agua cerca del radiador para que el aire se humedezca un poco», aconseja Cabrera.

En este sentido, también puede ser útil humedecer la zona de las vías respiratorias haciendo lavados nasales. «Siempre suele haber moco en la cavidad que hay entre la nariz y la garganta. El lavado con suero o con agua salada alivia esos síntomas y es más eficaz que beber agua», apunta Sueiro.

Las gárgaras pueden ser útiles en algunos casos. «Lo que conseguimos con eso es humedecer un poco la zona y, si hay placas, puede que las arranquemos y que la infección se vaya más rápido. Las gárgaras con agua con sal son un desinfectante, es como el suero con el que limpias las heridas. El efecto es que limpias y arrastras el pus para acelerar la curación y para que en ese momento me moleste menos», explica Cabrera.

Los caramelos o pastillas para la garganta no son una mala alternativa para suavizar la zona irritada, con una condición: siempre es mejor comprobar que no tengan azúcar. Con todo, hay que saber que el alivio que proporcionan estos caramelos es momentáneo y consumirlos no constituye una cura, sin importar los ingredientes activos que contengan. «Producen un alivio pero es muy pasajero. Inmediatamente volverás a tener las molestias después de tomarlos. No decimos que no se usen, pero su eficacia es escasa y poco duradera», sostiene Sueiro.

En cuanto a la miel, si bien «tiene buena fama», el doctor destaca que «tiene un alto contenido de azúcar. Se puede tomar en preparados con leche tibia y no pasa nada, no tiene inconvenientes, pero sí que hay que ser cuidadosos con el azúcar».

Si el dolor es persistente, se puede recurrir a analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno o el paracetamol. «Siempre que hablamos de dolor de garganta sin fiebre, eso sería lo indicado. Pero si hay fiebre, tiene que verlo el médico, porque, a lo mejor, está indicado un antibiótico», aclara Cabrera.

¿Calor o frío?

Existen dos corrientes de pensamiento diametralmente opuestas en lo referido a los líquidos que debemos tomar para aliviar el dolor de garganta. De un lado están quienes recomiendan beber infusiones calientes, caldo, leche o té. Del otro, aquellos que aseguran que no hay nada mejor para una faringe irritada que el frío. Ambos puntos de vista siguen una lógica.

«Tomar algo caliente te quita la molestia, pero realmente lo que hay es inflamación. Para bajar la inflamación, lo mejor es el frío. De todos modos, el agua caliente va a fomentar la vasodilatación, se irrigará más la zona y eso ayudará un poco más a regenerar los tejidos. En principio, entonces, no hay una recomendación única, sino que cada uno puede hacer lo que le siente mejor», indica Cabrera.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.