José Antonio Díaz, internista experto en EPOC: «La sintomatología principal de los pacientes es el cansancio»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Sandra Alonso

El doctor pone el foco en la vacunación, ya que esta reduce la probabilidad de que se produzcan exacerbaciones: «Su calidad y cantidad de vida, mejora»

22 mar 2024 . Actualizado a las 19:21 h.

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es, según los expertos, un problema de salud pública debido a su alta prevalencia. La padece un 11 % de la población adulta en España, 3 millones de personas; siendo la cuarta causa de muerte en nuestro país y la tercera en el mundo. «Es una patología que, básicamente, ven dos especialidades: neumología y medicina interna», comenta José Antonio Díaz Peromingo, portavoz del Grupo de Trabajo de EPOC en la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y médico internista en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Además, es miembro del comité organizador de la XVII Reunión del Grupo EPOC de la SEMI que se está celebrando estos días en Compostela. El objetivo, nos explica, es abordar el impacto que tiene en los pacientes, así como conocer las principales novedades en investigación y manejo de esta patología que se han dado en los últimos meses. 

—¿Qué es la EPOC?

—Es una enfermedad que, como su propio acrónimo indica, hace referencia a enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Afecta a los pulmones. Se produce una obstrucción en el flujo aéreo y esta no es completamente reversible. Aquí se encuentra un poco lo que la diferencia con el asma bronquial. Cuando un paciente tiene una obstrucción y le damos un broncodilatador (medicamento que dilata el bronquio para que pase el aire), esa obstrucción se resuelve prácticamente al completo. Sin embargo, en la EPOC, no. Por eso decimos que esa obstrucción no es reversible. La última palabra hace referencia a que es crónica: una vez que se diagnostica a un paciente, este nunca se va a curar, va a ser una enfermedad con la que conviva. Hacerlo mejor o peor dependerá de una serie de aspectos, como la adherencia al tratamiento o que deje de fumar. 

—¿Cuál suele ser el perfil del paciente con EPOC? 

—El paciente suele ser un hombre o una mujer que fuma. Los pacientes fumadores tienen una probabilidad mucho mayor de tener EPOC que los que no lo son. Aunque en Galicia tenemos otro componente que también es importante, que a veces también se asocia al tabaco: el tema de la biomasa. Gente que tiene estufas de leña en casa. Esa inhalación continua de madera quemada o pellets, de alguna manera, va poco a poco obstruyendo e inflamando los bronquios, pudiendo provocar que ese paciente desarrolle EPOC. Pero el factor de riesgo principal, hoy por hoy, sigue siendo el hábito tabáquico

—¿Cuáles suelen ser los primeros síntomas por los que el paciente acude al médico?

—El problema es que muchas veces la EPOC tarda en diagnosticarse. La sintomatología principal que tienen los pacientes suele ser cansancio, un poco mayor al que puede esperarse para una actividad física en concreto. También tos que no acaba de desaparecer y disnea, una dificultad respiratoria para subir, por ejemplo, cuestas, que no tendría que existir para los años que tiene esa persona. La gente tarda en darle importancia a estos síntomas y no consulta. 

—Es una enfermedad infradiagnosticada con una tasa de alrededor del 80 % y en el caso de las mujeres, el porcentaje es incluso mayor. 

—En general, hay muchas enfermedades que están infradiagnosticadas en las mujeres. A veces porque en ellas, el hábito tabáquico ha sido más tardío. Hace años fumaban los hombres y muy pocas mujeres, si bien en la actualidad, eso ya no es así. Eso lleva a un retraso en la sospecha de la EPOC. Durante un tiempo se pensó que prácticamente era una enfermedad de hombres fumadores. Pero hemos visto que hay mujeres que ingresan con cuadros respiratorios que al final, cuando los estudiamos, son agudizaciones de EPOC que no obedecen a otro tipo de enfermedades como puede ser un asma bronquial. Hoy por hoy, cada vez nos centramos más en la mujer, incluso en aquella no fumadora, porque puede haber mujeres y hombres que no lo sean y también la padezcan.

—¿Cuál suele ser el manejo de un paciente con EPOC, qué alternativas tiene?

—Existen bastantes. El manejo fundamental, la piedra base, debería de ser convencer al paciente para que deje de fumar. Es el factor de riesgo principal y claramente todo el tabaco que siga fumando una vez diagnosticado va a seguir siendo perjudicial para sus pulmones. Pero una vez que está establecido el diagnóstico, el tratamiento fundamental suele ser la terapia broncodilatadora. Es decir, los inhaladores, que los pacientes suelen llamar espráis. Ese es el tratamiento fundamental: broncodilatadores de acción corta o larga, corticoides inhalados… Dependiendo del tipo de EPOC y del estadio en el que uno se encuentre, intentamos prescribir el mejor tratamiento para cada persona. Pero la base es la broncodilatación: mantener los pulmones lo mejor ventilados posible para que entre el aire lo mejor posible. 

Cinco puntos clave

  • Se considera un problema de salud pública debido a su prevalencia. Afecta al 11 % de la población adulta en España. 
  • El tratamiento farmacológico se basa en broncodilatadores, antibióticos, esteroides o antiinflamatorios, u oxigenoterapia.
  • Los pacientes suelen presentar sarcopenia, caracterizada por la pérdida de calidad y cantidad de masa muscular, lo que puede afectar a la fuerza de los músculos respiratorios. 
  • Al menos la mitad de los afectados tendrán una exacerbación o brote. 
  • Si no existe contraindicación, se recomienda la vacunación antigripal, antineumocócica y contra el covid-19. 

—Comenta que se le propone al paciente dejar de fumar. ¿Se suele conseguir?

—Bueno... El tema es bastante complicado porque personalmente pienso que si no hay una motivación por parte del paciente es muy difícil que lo deje. Existen estrategias para dejar de fumar, terapias farmacológicas y que no lo son, que están dando bastantes buenos resultados. Con todo, lo principal sigue siendo que el paciente, de verdad, quiera dejar de fumar. Si no está convencido ni motivado, es bastante difícil. Creo que como médicos tenemos que insistir. La sociedad también es verdad que ha cambiado bastante.

—¿En qué sentido?

—Recuerdo cuando se fumaba en las consultas médicas. Nunca fue mi caso, pero sí me acuerdo de ir al médico de pequeño y que este fumase. A veces él mismo le ofrecía al paciente. Eso ahora es impensable. Antes de la ley antitabaco uno podía ir a cualquier bar y fumar dentro. Todo eso ha cambiado bastante, pero por desgracia se sigue fumando y encima han entrado en el panorama los cigarrillos electrónicos y los sistemas de vapeo, que en vez de solucionar el problema lo mantienen o incluso lo agravan. 

—Más allá del tabaco, ¿cómo influye el consumo de otras sustancias tóxicas como el alcohol?

—Existe un componente social importante: muchas veces se bebe alcohol a la vez que se fuma. Se puede confirmar en cualquier terraza de un bar. Son como una pareja, suelen ir de la mano. Pero además, cada vez hay más estudios que demuestran que comparten algunos mecanismos, sobre todo de inflamación. No solo en la parte bronquial, también sistémica. El hecho de que el cuerpo, de alguna manera, está inflamado. Ahí el alcohol juega un papel importante porque es una sustancia que produce inflamación corporal.

—¿Qué posibles complicaciones pueden darse al sufrir EPOC? 

—Por un lado, existen las complicaciones corrientes que se pueden dar en la vida diaria, como la fatiga, la sensación de que uno no es capaz de caminar o de hacer ejercicio como le gustaría. Cuesta respirar y puede aparecer tos crónica. Pero el aspecto principal y más importante es lo que llamamos exacerbaciones, agudizaciones de la enfermedad. Esta puede estar más o menos estable, pero cursa con agudizaciones y brotes, como infecciones víricas y bacterianas que inflaman mucho los bronquios y pulmones. Esto conlleva a que aparezca una insuficiencia respiratoria que, en algunos casos, va a obligar al ingreso del paciente.

Sabemos que las agudizaciones tienen, con el tiempo, una mortalidad importante. Prácticamente un 9 % de los pacientes que sufren una agudización se van a morir en los tres meses siguientes. Una cifra muy considerable. Además, sabemos que en los meses siguientes a esta, dos de cada diez pacientes van a ingresar de nuevo por otra.

José Antonio Díaz Peromingo, médico internista del CHUS, durante la XVII Reunión del Grupo EPOC de la SEMI que se está celebrando estos días en Compostela.
José Antonio Díaz Peromingo, médico internista del CHUS, durante la XVII Reunión del Grupo EPOC de la SEMI que se está celebrando estos días en Compostela. Sandra Alonso

—¿Cómo de frecuentes son las agudizaciones?

—Existen varios perfiles, hay tipos de EPOC que son propensas a más infecciones y otras que tienen menos. Pero aquellos que tienen más a lo largo del año, sufren un deterioro importante de su calidad y cantidad de vida. Luego otra complicación que es menos frecuente, pero que existe y es importante, es el cáncer de pulmón, claro. Muchos pacientes de EPOC acaban desarrollando un cáncer de pulmón que complica todavía más su pronóstico vital. 

—¿Qué relación existe entre la EPOC y el cáncer de pulmón?

—Hay un nexo que insisto mucho en él, pero es claro: el tabaco. Es un factor de riesgo muy importante para el cáncer en general, incluido el de pulmón. La inflamación también puede influir. Si eliminásemos el tabaco del planeta resolveríamos muchas enfermedades, no solo las respiratorias. Muchas desaparecerían o por lo menos, disminuiría su incidencia. 

—¿Qué papel juega la vacunación en los pacientes con EPOC?

—Es fundamental porque ayuda a que el paciente tenga menos posibilidades de contraer ciertas enfermedades y esto tiene relación con las exacerbaciones, es decir, suelen ser casi siempre infecciones víricas o bacterianas. Dentro de estas, sabemos que la gripe es uno de los virus más prevalentes. El coronavirus también puede producirlas y otro que sabíamos que las desencadena es el virus respiratorio sincitial, cuya vacuna está pendiente de aprobación en Estados Unidos y España. Con lo cual, en este momento tenemos tres virus que son potencialmente inductores de agudizaciones.

—¿Y las infecciones bacterianas?

—Dentro de las bacterias tenemos el neumococo, pero tenemos una vacuna para ella. Sabemos que si el paciente con EPOC se vacuna de todo esto que he dicho, padece menos exacerbaciones. Su calidad y cantidad de vida, mejora. Por eso es muy importante la vacunación, porque son estrategias preventivas. El resto, vamos detrás apagando fuegos. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.