Neuroma de Morton, la enfermedad que obligó a la reina Letizia a realizar sentada el besamanos

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Puesto que los saludos a los cerca de 220 invitados al banquete iban a durar unos 45 minutos, Letizia, con vestido de noche y tiara, optó por adoptar una postura más descansada
Puesto que los saludos a los cerca de 220 invitados al banquete iban a durar unos 45 minutos, Letizia, con vestido de noche y tiara, optó por adoptar una postura más descansada Casa de S.M. el ReyJosé Jiménez | EFE

La lesión le causa un dolor agudo e incapacitante que le impide permanecer de pie durante períodos prolongados y la ha llevado a optar por el calzado plano en más de una ocasión

19 abr 2024 . Actualizado a las 10:47 h.

La reina Letizia protagonizó esta semana una escena fuera de lo habitual al participar sentada en el besamanos previo a una gala en el Palacio Real de Ámsterdam. El motivo que la obligó a optar por esta postura fue, una vez más, el neuroma de Morton que sufre en el pie izquierdo, una lesión que le impide permanecer de pie durante períodos prolongados y que la ha llevado, también, a modificar su estilo evitando, siempre que le es posible, llevar zapatos de tacón. Aunque lleva varios años padeciendo problemas en los pies, esta fue la primera vez que Letizia tiene que sentarse en un acto como este.

El neuroma que sufre la reina es una complicación directa de su metatarsalgia, una patología crónica relacionada con el uso prolongado de zapatos ajustados de tacón alto. Así, «uno de los diagnósticos diferenciales que pueden aparecer cuando se hace un diagnóstico de metatarsalgia es el neuroma de Morton. Es una compresión de uno de los nervios interdigitales que van a los dedos del pie. Generalmente afecta al espacio entre el cuarto y el tercer dedo», explica el doctor Francisco Baixauli García, cirujano ortopédico y portavoz de la Sociedad Española Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT).

«Como consecuencia de esa compresión continua que ejercen los tacones, ese nervio o esa zona que inerva y da la sensibilidad a los dedos del pie, se va comprimiendo, dando lugar a un neuroma, que es una tumoración benigna del nervio», explica el experto, aclarando que esto no es lo mismo que un tumor.

En esta ocasión, la obligación de saludar a más de 220 personas, estando cerca de una hora sin moverse y con las sandalias de doce centímetros que llevaba, ha hecho que la reina Letizia opte por una postura más descansada, buscando evitar el dolor que le habría causado hacerlo de pie.

Qué es el neuroma de Morton

Cuando una persona lleva de manera continua zapatos ajustados y con tacón, que comprimen y presionan los pies, puede aparecer una deformación en el tejido que rodea a los nervios interdigitales, es decir, aquellos que van hacia los dedos. Esto provoca una inflamación que da lugar a episodios de dolor agudo e incapacitante. Por lo general, el neuroma afecta al nervio ubicado entre el tercer y el cuarto dedo.

Tanto la metatarsalgia como el juanete y el neuroma de Morton suelen aparecer en el mismo perfil de pacientes, debido a la forma que tiene el pie de estas personas. «La principal causa anatómica es que el segundo y el tercer metatarsiano del pie son más largos que los demás. Entonces, cuando haces el despegue del pie del suelo en el paso, es decir, cuando estás en una posición como de puntillas, estos dos metatarsianos reciben mucha más carga de la que deberían recibir», explica el doctor Juan Arnal, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología y Miembro de la Junta Europea de Cirugía Ortopédica.

Calzado problemático

Los zapatos de tacón pueden provocar un pinzado repetido del nervio, que se va dañando hasta desencadenar el neuroma. Al mismo tiempo, la inflamación producida por un cuadro de metatarsalgia puede asociarse a la aparición del neuroma. Por eso, una vez que el daño está hecho, el neuroma no se puede prevenir.

«Lo que pasa es que, cuando ya se lleva durante tantos años ese tipo de calzado, como lo hace muchísima gente, ya cuesta evitar estos problemas. La prevención es a base de no llevarlos, una vez que se produce el cuadro, ya no se puede prevenir, hay que tratarlo, porque ya evoluciona y aunque luego dejes de llevar ese tipo de calzado, el dolor muchas veces se mantiene», advierte Baixauli.

La reina Letizia participó sentada en el besamanos debido a la dolencia que sufre en el pie izquierdo
La reina Letizia participó sentada en el besamanos debido a la dolencia que sufre en el pie izquierdo Casa de S.M. el Rey / José Jiménez | EFE

Aun así, no siempre es posible prevenir estos problemas con un calzado adecuado. «Hay factores no modificables, como la anatomía del pie. Y luego, el hecho de llevar zapatos de tacón, que hacen que siempre estés en esa fase de despegue, va a hacer que tengas más carga en el antepié. Es decir, si llevas zapatos planos, el peso cae en el talón. Cuanto más alto sea el talón, más peso recae en el antepié y peores síntomas podrás tener. Otro factor es el hacer actividades repetitivas de impacto, como los corredores de fondo o maratón», explica Juan Arnal.

En cualquier caso, se trata de una afección predominantemente femenina. «Es más frecuente en mujeres, porque hay más mujeres que tienden a tener genéticamente este tipo de pie y por los tacones. Y la edad media de aparición de los pacientes que tratamos suele ser entre la tercera y la cuarta década», apunta Arnal.

Síntomas

Aunque la inflamación no suele ser visible a nivel externo (no vamos a notar un bulto en el pie), sí se manifiesta, en cambio, en forma de dolor. «El propio paciente enseguida lo nota, es un dolor bastante agudo, que a veces se puede reproducir apretándose la cabeza de los metatarsianos. Entonces el malestar es bastante importante y es el mismo paciente el que suele solicitar la consulta médica. Sobre todo, porque es un dolor muy agudo, muy limitante y muy localizado entre el tercer y cuarto dedo del pie. Empeora al llevar tacones pero, incluso, aunque te quites el calzado, permanece bastante tiempo», observa Baixauli.

Con el tiempo, este dolor puede traer secuelas, ya que la persona afectada suele modificar su andar, su postura y sus apoyos en un intento de calmarlo. «Puede ocurrir que, como consecuencia de ese dolor bastante lacerante en ese pie, se tienda a apoyar menos ese pie o se cambie el apoyo y sobrecargues el otro. O puede que sobrecargues otra parte de ese pie, el talón, o la parte interna del pie, donde tenemos el dedo gordo. Entonces, podemos hacer una transferencia del dolor a otras partes como consecuencia del intento de cambiar el apoyo del pie», describe Baixauli.

Tratamientos

Los tratamientos van dirigidos, principalmente, a aumentar el espacio que rodea al nervio, disminuyendo su compresión y disminuyendo la carga que soporta. En este sentido, existen varias formas de enfocar un neuroma de Morton. La primera línea de tratamiento «suele ser, en principio, no quirúrgico, sino ortopédico. Aparte de cambiar el calzado que lo produce, normalmente, intentamos realizar primero infiltraciones a nivel del neuroma para desinflamarlo, con anestésico y algún tipo de corticoides. A veces, se tratan también con algún tipo de tratamiento fisioterapéutico. Y cuando ya no responde a nada es cuando se hace un tratamiento quirúrgico mediante una resección del neuroma», explica Baixauli.

«Antes de cambiar el pie, cambiamos el zapato. Esto quiere decir evitar tacones, poner plantillas a medida para elevar los metatarsianos y cuidar el tipo de zapatilla y el tipo de superficie en el caso de los corredores», apunta Arnal. «La forma del pie va a determinar que ese nervio pueda estar más inflamado. Si vas a la causa, a veces, incluso haciendo cirugía sobre el hueso, sin quitar el neuroma, haces un acortamiento de los metatarsianos y ya hay un apoyo más repartido. El neuroma ya se ha creado pero deja de doler al paciente, es como si fuese un callo en la piel. El hecho de que mejores con plantillas no es porque desaparezca la inflamación, sino porque estás quitando el apoyo del antepié», detalla.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.