Así es la ketamina, la sustancia que provocó la muerte de Matthew Perry: de tratamiento para la depresión a «potente droga»

La Voz de la Salud

EN REDES

Matthew Perry en una foto de archivo del 2017.
Matthew Perry en una foto de archivo del 2017. Carlo Allegri | REUTERS

La Guardia Civil alerta en sus redes sociales de los graves efectos que puede causar: «Su consumo te puede llevar a un estado de pánico con ansiedad y paranoias»

18 dic 2023 . Actualizado a las 18:20 h.

El informe de la autopsia del actor Matthew Perry, publicado por la Oficina del médico forense de Los Ángeles, despejó todas las incógnitas que había desde la muerte del conocido estadounidense. Su fallecimiento se produjo a causa de los «efectos agudos de la ketamina», un fármaco empleado en el tratamiento de la depresión y ansiedad, «y un posterior ahogamiento». Precisamente, el intérprete del conocido personaje de Friends, Chandler Bing, estaba recibiendo «terapia de infusión» para el abordaje «de la depresión y la ansiedad», añade la autopsia. 

Tal y como apunta el documento, «con los altos niveles de ketamina encontrados en sus muestras de sangre post mortem, los principales efectos letales serían tanto la sobreestimulación cardiovascular como la depresión respiratoria», informó la CNN. La muerte fue accidental, pues se dieron varios factores que contribuyeron a ello: «Ahogamiento, enfermedad de las arterias coronarias y los efectos de la buprenorfina (utilizada para tratar el trastorno por consumo de opioides)». 

¿Qué es la ketamina?

La ketamina es un anestésico sintetizado en 1962 que se utiliza, en la actualidad, tanto en el mundo médico como en el veterinario. En primer caso como sedante en operaciones menores y, en el segundo, como tranquilizante. «Su presentación farmacéutica es en forma de líquido inyectable, aunque en la calle se puede encontrar como líquido, polvo, pastillas, cristales o cápsulas», recoge el Ministerio de Sanidad, que la clasifica como una nueva sustancia psicoactiva. 

Conocida en la calle como Special K ganó fama como droga callejera en la década de los 80, aunque con el paso de los años y el descubrimiento de nuevas funciones, como el tratamiento de trastornos mentales, ha ido mejorando su reputación. Precisamente, según explica la Universidad de Utah, este fármaco es una posibilidad más para las personas que están atravesando un periodo depresivo cuando ningún otro tratamiento consigue aliviar sus síntomas. «Los estudios han mostrado resultados prometedores sobre el impacto de este fármaco en varias enfermedades mentales, como la ansiedad, el TOC y los trastornos por abuso de sustancias», indica la entidad. 

En este sentido, la universidad señala que la terapia con ketamina está disponible en varias formas, como spray nasal —recientemente conocido—, o en pastillas; aunque los más habituales son las infusiones intravenosas en una clínica. 

¿Cómo funciona?

La ketamina induce un amplio abanico de cambios en la experiencia consciente del consumidor. Es más, al emplearse en dosis bajas, altera los niveles de glutamato, que es un mensajero químico en el cerebro, lo que puede llevar a crear nuevas conexiones. «El cerebro se vuelve más adaptable y produce otras vías, dando a los pacientes la oportunidad de desarrollar pensamientos y sentimientos más positivos», indica la Universidad de Utah. 

Efectos secundarios

Como es lógico, los efectos que produce varían en función de la composición, de la cantidad , del contexto en el que se administre y de las características del usuario. «A dosis bajas, produce efectos similares a los de borrachera por alcohol, con pérdida de coordinación y dificultades para hablar y pensar o visión borrosa», explica el Ministerio de Sanidad. Por el contrario, en dosis muy altas puede llevar a «un viaje muy intenso» con delirios, alucinaciones, o la pérdida del sentido del tiempo y espacio. «Algunas personas se ven fuera de su cuerpo o piensan que han muerto o van a morir de manera inmediata», añade la cartera ministerial.

Es más, se define como una droga depresora y alucinógena que puede generar una gran dependencia psicológica. Por ello, se alerta de que presenta un elevado riesgo de adicción y rápida tolerancia, es decir, que cada vez hará falta una mayor cantidad para notar sus efectos. 

Los organismos de salud explican que además de ansiedad, paranoia, y paros respiratorios y cardíacos, un consumo mínimo también puede provocar sobredosis. Cuando las personas toman ketamina de forma habitual pueden ver alteradas sus habilidades como individuo, problemas de memoria y en la concentración. 

Por todos estos efectos, y tras conocerse el grave desenlace en el caso de Perry, la Guardia Civil ha alertado de sus efectos en sus redes sociales: «Aunque es una sustancia que se utiliza en tratamientos contra la depresión o la ansiedad, también es una potente droga que puede crearte una grave adicción. Te la pueden ofrecer en líquido, polvo o pastillas. Y ojo porque su consumo te puede llevar a un estado de pánico con ansiedad y paranoias», concluían. 

Cantidad y consecuencias

  • A dosis bajas: los efectos son similares a los obtenidos con un alto consumo de alcohol y/o sedantes. La persona experimenta euforia, pérdida de coordinación y equilibrio, dificultad para hablar, andar y pensar, visión borrosa y distorsión de los sonidos. 
  • A dosis medias, además de incrementarse los efectos anteriores, también se da paso a los psicodélicos. 
  • Con dosis altas, la ketamina produce anestesia y elimina las sensaciones de dolor. El cuerpo experimenta una especie de viaje psicodélico con fuertes alucinaciones. Hay riesgo de parada respiratoria, de crisis de ansiedad, de pánico o de depresión. 
  • Efectos a largo plazo: puede haber una reaparición de los efectos sin haber consumido, daño cerebral, problemas de memoria o concentración, deterioro de las habilidades cognitivas, alteraciones del sueño, ansiedad, paranoias y depresión.

Spravato

En noviembre del 2022, el Ministerio de Sanidad aprobó la financiación para la utilización de la esketamina para pulverización nasal (Spravato) destinado a algunos casos de depresión mayor resistente al tratamiento. Según precisa el información de posicionamiento técnica de la Agencia Española de Medicamentos y productos sanitarios, este trastorno es la enfermedad mental más frecuente «y una de las principales causas mundiales de años vividos con discapacidad». Este episodio depresivo tiene que durar, como mínimo, dos semanas consecutivas e incluir, de manera casi diaria, al menos cinco de los nueve síntomas siguientes: 

  • Ánimo deprimido
  • Pérdida de interés o placer
  • Insomnio o hipersomnia.
  • Cambio en el peso o apetito.
  • Retraso psicomotor o agitación.
  • Fatiga o pérdida de energía.
  • Sentimientos de inutilidad o culpabilidad excesiva o inapropiada (8) disminución de la capacidad de concentración.
  • Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, intento de suicidio.