Así es la parálisis del sueño que sufre David Muñoz, cantante de Estopa: «Grito para despertarme y salir»

Laura Inés Miyara
Laura Miyara LA VOZ DE LA SALUD

SALUD MENTAL

Estopa.
Estopa.

El vocalista reveló en una entrevista que se despierta sin poderse mover, una condición que causa pánico y hasta alucinaciones

01 dic 2023 . Actualizado a las 16:38 h.

El músico David Muñoz, vocalista de Estopa, ha revelado que sufre parálisis del sueño. El artista de 47 años dio a conocer la información en el programa El hormiguero, durante una entrevista a propósito del nuevo single de la banda. «Sueño que me despierto, pero que no puedo moverme y me agobio. Grito para despertarme y salir de esa fase. También he llegado a ver fantasmas al pie de la cama. Y todo eso sin fumar», dijo Muñoz ante las cámaras. Se trata de una condición que afecta a entre un 5 y un 40 % de la población en algún momento de la vida. Si bien no se la considera una enfermedad, es un fenómeno molesto y altamente frecuente, aunque sigue siendo un gran desconocido.

Qué es la parálisis del sueño

La Sociedad Española de Sueño (SES) explica que «la parálisis del sueño consiste en la imposibilidad de moverse y hablar durante un breve período de tiempo, que puede ocurrir al adormecerse o al despertar, y que supone en la mayoría de los casos una experiencia extremadamente desagradable para el paciente».

Los episodios suelen ser breves, con una duración que va de los pocos segundos a unos pocos minutos. Sin embargo, dado que las personas que lo padecen se hallan en un estado que se ubica entre la vigilia y el sueño, la percepción de este tiempo se puede ver alterada, dando la sensación de que ha pasado más tiempo del que realmente transcurre. El episodio se suele resolver solo con el paso de los segundos o minutos, o bien cuando otra persona despierta al paciente o lo toca.

Según la Academia Americana de Medicina del Sueño, las personas que experimentan parálisis del sueño suelen tener el primer episodio durante la adolescencia, generalmente entre los 14 y los 17 años de edad.

A pesar de la parálisis, la sensibilidad es completamente normal y también suele serlo la consciencia. Sin embargo, en muchos casos puede haber estados más cercanos al sueño, con alucinaciones llamadas «experiencias hipnagógicas» en lenguaje médico.

Síntomas

La característica más clara de la parálisis del sueño es la imposibilidad de moverse o hablar, a pesar de estar despierto. Durante los episodios, las personas también suelen reportar otras sensaciones asociadas a esta parálisis. Por ejemplo, muchos tienen la sensación de no respirar, de que alguien o algo está presionándoles hacia abajo contra el colchón, o la sensación de una presencia en la habitación, como si alguien les estuviera observando.

Las parálisis del sueño no necesariamente se dan cada vez que el individuo duerme. Pueden ser episodios ocasionales que sucedan con mayor o menor frecuencia. Otros síntomas frecuentes son una dificultad para respirar, así como dolor muscular, sudor, pánico o paranoia. «No tiene ninguna trascendencia especial cuando aparece de forma aislada, es un fenómeno que no implica ninguna otra enfermedad. Es un síntoma aislado, hay gente que lo tiene con cierta frecuencia, pero hay otros a los que les ocurre de forma aislada», apunta el neurólogo Juan José Poza, miembro del comité científico de la SES.

Causas

«El individuo, al despertar, o bien al quedarse dormido, está completamente paralizado. Solo puede mover los ojos y respirar, pero el resto de los músculos están completamente paralizados. Esto se debe a una activación en un momento que no corresponde de un sistema neurológico que es normal. En la fase de sueño REM (que significa movimiento rápido de los ojos), en la que soñamos, se activan unos circuitos en el cerebro que paralizan completamente el cuerpo, salvo los ojos y el diafragma. Ese es un mecanismo de defensa que evita que actuemos en relación con lo que estamos soñando, y este mecanismo es normal en la fase de sueño REM. Pero si está activo en el momento de despertarnos, uno está paralizado y no se puede mover», explica Poza.

«La parálisis de sueño ocurre cuando elementos del sueño REM se extienden y se introducen en un estado de vigilia. Se trata por lo tanto de un estado disociado en el que, encontrándose el sujeto despierto, persiste la atonía muscular característica de la fase REM», describe la SES.

Aunque puede ser un momento de gran angustia e incluso miedo, la experiencia de esta parálisis es muy breve y, por esa razón, no se la considera una patología. «Generalmente dura poquito, menos de un minuto, y desaparece espontáneamente o, muchas veces, en relación con un estímulo sensitivo: al oír un ruido o cuando le toca el compañero de cama o, al que duerme con una mascota, la mascota. Eso ya desactiva el circuito y la persona se mueve con normalidad. Lo que pasa es que sí que es verdad que, sobre todo las primeras veces, se puede vivir con mucha angustia, porque imagínate que te despiertas y estás completamente paralizado», señala Poza.

Factores de riesgo

Existen dos factores principales que contribuyen a que una persona pueda sufrir una parálisis de sueño en un momento de su vida. Por un lado, la privación de sueño, y por otro, la genética. El consumo de medicamentos y sustancias estimulantes del sistema nervioso central se han asociado a una mayor incidencia de este problema.

Tu riesgo de sufrir una parálisis del sueño aumenta si tienes:

  • insomnio
  • narcolepsia
  • trastorno de ansiedad
  • trastorno bipolar
  • trastorno de estrés postraumático (TEPT)

Ahora bien ¿se puede predecir si la parálisis aparecerá en una noche concreta? No exactamente, pero existen determinados patrones de sueño que pueden precipitar estos episodios. Así, cuando hay mucha presión de sueño (un cansancio acumulado que hace sentir más ganas de dormir), esta privación de sueño con la que cargamos puede propiciar la parálisis al momento de quedarse dormido.

«Los períodos de sueño REM también son mayores cuanto más prolongamos el tiempo de sueño. Esto típico del domingo, de quedarnos en la cama hasta las diez o las once, hace que alternemos períodos de sueño REM más largos y eso también facilita que pueda ocurrir en personas que tengan esa predisposición, lo cual es bastante frecuente, no es una cosa excepcional», señala Poza.

En otras palabras, unos malos hábitos de sueño o un cansancio excesivo pueden ser precipitantes para estos episodios. Por esta razón, también son frecuentes en pacientes con trastornos de sueño como la apnea o el insomnio. Del mismo modo, esta condición suele presentarse en aquellas personas que trabajan a turnos rotativos o en horario nocturno, o bien cuando hay jet lag.

Tratamiento

La parálisis del sueño no se trata como tal, puesto que no se la considera una enfermedad o un trastorno y se resuelve por sí sola al cabo de unos minutos sin dejar secuelas o consecuencias negativas. Sin embargo, las alucinaciones asociadas a este pueden causar temor y ansiedad, por lo que es mejor hacer todo lo posible por evitarla.

¿Qué se puede hacer para prevenir los episodios si se tiene tendencia a las parálisis del sueño? Los expertos recomiendan seguir una rutina nocturna regular que permita tener una correcta higiene del sueño. En este sentido, dormirse siempre a la misma hora es lo ideal, y conviene hacerlo en una estancia fresca, oscura y cómoda, evitando además el uso de pantallas y el consumo de estimulantes en las dos horas previas al sueño. En caso de que esto no sea suficiente, se aconseja acudir al médico para explorar opciones farmacológicas, que pueden incluir los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, como la fluoxetina.

Por otro lado, reducir en la medida de lo posible el estrés puede ayudar a evitar los episodios de parálisis. Hacer ejercicio de manera regular y practicar diariamente la meditación son algunas de las medidas más efectivas y con más evidencia detrás para atenuar el impacto del estrés en la salud.

Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara
Laura Inés Miyara

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.

Redactora de La Voz de La Salud, periodista y escritora de Rosario, Argentina. Estudié Licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Nacional de Rosario y en el 2019 me trasladé a España gracias a una beca para realizar el Máster en Produción Xornalística e Audiovisual de La Voz de Galicia. Mi misión es difundir y promover la salud mental, luchando contra la estigmatización de los trastornos y la psicoterapia, y creando recursos de fácil acceso para aliviar a las personas en momentos difíciles.