Aurora padece trastorno obsesivo compulsivo (TOC): «Me crispa mucho pensar que mis hijos puedan heredarlo»

Cinthya Martínez Lorenzo
CINTHYA MARTÍNEZ LA VOZ DE LA SALUD

SALUD MENTAL

Padecer trastorno obsesivo-compulsivo significa tener obsesiones, compulsiones o ambas cosas.
Padecer trastorno obsesivo-compulsivo significa tener obsesiones, compulsiones o ambas cosas. iStock

El término TOC revoloteaba por su cabeza desde que era joven, pero no recibió el diagnóstico hasta hace unos meses

25 mar 2024 . Actualizado a las 13:15 h.

Aurora tiene 45 años y siempre fue muy ordenada, pero lo consideraba algo casi inevitable teniendo en cuenta que viene de una familia numerosa con cuatro hermanos. En su casa siempre fue necesaria esa organización. «Compartía habitación con mi hermana, todo tenía que tener su sitio y un orden», recuerda. Sin embargo, fueron pasando los años e incluso en aquellas etapas en las que vivió sola, lo que algunas personas considerarían «manías», a ella le causaban malestar. «Hasta el punto de que, ninguna pareja de las que he tenido me ha llegado a decir que me dejaba porque soy exageradamente ordenada, pero la persona con la que me he casado sí que me ha tenido que decir: "Oye, esto no puede seguir así"». 

Explica que tiene determinada forma de realizar ciertas cosas y que no es capaz de seguir con su vida normal si están hechas de otra manera. «En mi etapa adolescente, mi mochila era un tetris. Aún a día de hoy las compro de varios compartimentos a propósito, porque todo tiene su lugar». Otro ejemplo, tender la ropa: «Había llegado a un punto en el que, a lo mejor mi pareja la ponía de una forma y yo descolocaba todo y la volvía a tender, necesitaba hacerlo a mi manera». Al igual que a la hora de fregar los platos o poner el lavavajillas. «No discutíamos, pero sí que era una lucha constante, estaba cansada de mí», confiesa.

Hasta hace unos meses, no era capaz de controlar la situación. «Vivir con trastorno obsesivo compulsivo es muy cansado y estresante. Hay días que son peores que otros. Diría que en un 90 % los días están dominados por el trastorno y el otro 10 % es más light», comenta mientras se ríe. Este cambio de paradigma es posible gracias a un diagnóstico y asistir a terapia. Esa a la que ya iba antes, pero no especializada en TOC. Fue su propio psicólogo el que le dijo que quizás lo estaba padeciendo: «Se dio cuenta de que estaba siendo extremadamente obsesiva con determinadas cosas y muy autoexigente». Acabó llamando a la Asociación TOC Madrid y ellos le confirmaron el diagnóstico. Con todo, reconoce que ella misma también había reflexionado alguna vez sobre la posibilidad de que fuese ese trastorno el que le estaba condicionando sus días.  

Vivir con TOC

«A personas como a mí, cuando nos dan una noticia que transforma nuestra rutina, nuestro TOC se acelera», asegura. En su caso, se pone a limpiar sin parar, «empiezo a poner lavadoras que ni se necesitan, todo es un descontrol». Y ahí, su pareja le suele decir que es hora de parar. «Nos damos una vuelta, vamos al parque, hacemos algo con los niños, lo que sea. Simplemente parada de pensamiento: cortar y hacer otra cosa». 

«Había llegado un momento en el que cerraba la puerta de la cocina porque había una pila de platos. A lo mejor son las once de la noche y aunque esté muerta de cansancio, o me pongo a recoger, o necesito cerrar la puerta». Si opta por esta segunda opción, ella lo llama «mandar a dar un paseo al TOC»: «Sé que al día siguiente me voy a volver a encontrar con eso y me generará malestar de nuevo, pero ahora sé que no pasa nada; ya no me cabreo».

Conseguir eso, aunque para el resto pueda resultar una acción insignificante, para ella es un gran logro. «Si lo consigo, me voy al baño, me miro al espejo y hago lo que yo denomino "darme una palmadita en la espalda". Muy pocas veces lo hacemos, pero valorarnos es muy gratificante, aunque sea por haber logrado una cosa muy pequeña», dice. 

Además de la terapia, Aurora toma medicación. «En realidad yo pensaba que no era para el TOC, luego he descubierto que la gran mayoría de la gente que lo tenemos nos suelen prescribir este tipo de tratamiento para que se reduzcan nuestros niveles de serotonina. Lo estoy tomando desde hace bastante tiempo y me va bastante bien: el citalopram; que también es un antidepresivo». Recalca que existe gente que ni siquiera necesita recurrir a fármacos, pero que «la angustia» que le provoca padecer el trastorno ha mejorado también gracias a él. 

Debido a la eficacia que presentan los antidepresivos inhibidores de recaptación de serotonina (ISRS) en el tratamiento de este trastorno, se piensa que el TOC puede deberse a una alteración de la serotonina. 

Incomprensión 

«Cuando comentamos nuestras experiencias con la psicóloga de la asociación, ella nos dice que nuestra realidad es que esa forma de hacer las cosas, para nosotros es la mejor. Cuando no tiene por qué ser así», explica Aurora. 

Una problemática que ha sufrido en algunos de sus trabajos. «Todo el mundo tiene su forma de trabajar, pero en mi cabeza siempre va a existir la frase de: "Mi forma de trabajar es la mejor". La función que hago puede ser la misma que la de otro compañera, pero para mí, la mía es mejor. No puedo evitar pensar así», añade. 

¿Hereditario?

Aurora es madre de dos mellizos de siete años y le afectaba mucho pensar que sus hijos pudiesen desarrollarlo también en un futuro. «Me crispaba mucho pensar que mis hijos pudiesen heredar el trastorno. Me acuerdo que tuvieron un tiempo en el que practicaban cómo ordenar las cosas en el colegio: por tamaños, por colores... Hubo un día en el que se los desordené a propósito para ver qué pasaba y cuando se dieron cuenta, madre mía». Luego consultó con la profesora y la pediatra y le dijeron que justo al estar estudiando eso en el colegio, era normal. Pero sigue sin tener respuesta a la pregunta de si sus hijos sufrirán el mismo trastorno que ella: «Nunca nadie me lo ha podido confirmar».

En realidad, no se conoce aún cuál es la causa del trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Estudios genéticos sí evidencian que tiene una relación con algunos trastornos por tics, como el Tourette. Además, se han encontrado alteraciones en la función de los circuitos cerebrales que comunican una zona del encéfalo, los ganglios basales, con la corteza cerebral. 

Entre los factores de riesgo que pueden aumentar las probabilidades de desarrollarlo se incluyen los antecedentes familiares y acontecimientos estresantes en la vida, ya que esta reacción puede desencadenar pensamientos intrusivos, rituales y sufrimiento emocional característicos del TOC. También puede estar relacionado con otros trastornos de salud mental como ansiedad, depresión, abuso de sustancias o tics. 

El TOC es una enfermedad neuropsiquiátrica que se acompaña de un importante deterioro en la funcionalidad y en la calidad de vida del paciente. Se estima que en España afecta al 3 % de la población.

Fuente: Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM)

 

Cinthya Martínez Lorenzo
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Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.