Así es un posparto: «Debemos fijarnos en la salud de esas mujeres, no en la estética de los cuerpos»

La Voz de la Salud

LA TRIBU

Una de las complicaciones que se pueden dar en el posparto son el dolor en la lactancia materna.
Una de las complicaciones que se pueden dar en el posparto son el dolor en la lactancia materna. iStock

Aunque antiguamente se le conocía como cuarentena, a día de hoy la OMS extiende este período hasta el año después del parto

10 ago 2023 . Actualizado a las 12:25 h.

La polémica estuvo servida durante estos días en redes sociales, después de que Cristina Pedroche enseñase por redes sociales su cuerpo, tres semanas después de dar a luz. Lo que parecía una inofensiva foto en bikini acabó en un debate sobre la recuperación posparto, las diferentes realidades y sus tiempos. Pero ¿qué procesos se dan exactamente en esta etapa?

«La definición clásica de posparto es la del período de tiempo que va después del parto. En las guías se habla de cuarenta días, aproximadamente, que la gente normalmente conoce como cuarentena. Es el tiempo en el que el útero vuelve un poco a su lugar, cesa el sangrado. A nivel físico, más o menos, vuelve todo a cómo estaría antes del embarazo. Pero realmente hoy en día se sabe que no es tan así y que la definición clásica se queda un poco escueta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) habla de que la recuperación posparto puede ser incluso de un año, porque hay que valorar también el aspecto psicosocial, que la mujer sienta que vuelve a ser ella misma, por así decirlo», explica Noelia Amor, presidenta de la Asociación Galega de Matronas (AGAM) y matrona en el centro de salud de Marín (Pontevedra).

A los pocos días de que la mamá recibe el alta, Amor asegura que se debería de tener una consulta con la matrona. «Siempre recomiendo que si hay alguna situación que ellas ven que se les escapa o les angustia, que vengan antes. Sobre todo, si hay problemas con la lactancia o que tengan dolor. Lo ideal sería que vinieran cuanto antes para intentar ayudarlas y acompañarlas». Posteriormente, si todo va bien, se lleva a cabo otra visita pasados esos cuarenta días después del parto. 

Además, «en la mayoría de centros de salud hay o debería de haber clases posparto. Igual que hay clases de preparación a la maternidad, existe lo mismo para el posparto», señala la matrona. De esta forma, las mujeres y sus parejas pueden ir con sus bebés para recibir una serie de pautas: «Si tienen dudas con la lactancia se les acompaña y también hacen tribu con otras mujeres que están pasando por lo mismo que tú. Eso es de gran ayuda para ellas». 

Con todo, Amor remarca que en todo este proceso es muy importante la individualización. «Si es necesario dar una visita más entre la inicial justo después del parto y la de los cuarenta días, la vemos. Al final, no es la misma recuperación de una cesárea que de un parto vaginal, pro ejemplo». 

La actividad física

Los expertos concluyen que es uno de los pilares de la recuperación posparto. «Si hablamos de caminar y moverse, ya se puede realizar justo después del parto. Aunque sea una cesárea, la movilización se ha visto que es beneficiosa para no sufrir problemas, como una trombosis», indica la matrona. 

En cuanto al ejercicio físico, «si es de intensidad leve, también se puede empezar pronto». Con todo, una vez más, dependerá de las circunstancias individuales. Si el parto ha sido por cesárea, lo ideal es esperar a la cicatrización y que la mujer se sienta cómoda haciéndolo, sin dolor. «Tampoco hay que establecer unos parámetros tipo "si es una cesárea esperamos tantos días o meses"», subraya Amor. 

Fran García, graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, especialista en entrenamiento en la mujer y director de Global Sport Club, comenta que «en nuestro caso siempre esperamos a que un especialista, como puede ser su ginecóloga o fisioterapeuta de suelo pélvico, indiquen que están preparadas para retomar la actividad física. En función de si ha sido un parto natural o mediante cesárea, las características son diferentes, los plazos de reincorporación son distintos según la mujer». 

Los beneficios de ese ejercicio físico durante el posparto son indiscutibles. «Los principales los encontraremos a nivel muscular, ya que con la actividad física ayudaremos a que la recuperación sea mejor y en un menor espacio de tiempo en zonas que se pudiesen ver afectadas durante el parto. Tras una buena valoración, centrarse en la recuperación de la musculatura central y suelo pélvico podrá ayudar a la mejor salud diaria de la madre, además de seguir con una actividad social que puede ayudar a mejorar su estado de ánimo». 

Aunque cada cuerpo es distinto, la actividad física previa (tanto en el embarazo como anterior a este), puede mejorar la recuperación. «Siempre y cuando cuesta actividad hubiese mejorado la salud de la mujer, ya que podemos ver muchos casos que, debido a la actividad previa, pueden tener daños tejidos que les pueden dificultar su recuperación. Pero, principalmente, esto se debe a un mal asesoramiento previo o falta de información», asegura el especialista en entrenamiento en la mujer. 

La importancia del ejercicio físico también durante el embarazo 

Realizar ejercicio físico durante el embarazo puede ayudar a tener un parto más sencillo, mejorar la recuperación tras el parto o reducir problemas en el suelo pélvico. Pero además, García amplía a unos beneficios concretos tanto para la salud de la madre, como para la del feto. Entre los primeros enumera la disminución de la incidencia hipertensiva, un menor riesgo de diabetes gestacional, tener un mayor control del peso y la composición corporal, reducir o eliminar las posibles molestias o dolores durante el embarazo, mejor la calidad del sueño y el estado de ánimo. 

«Con respecto al feto puede favorecer un mejor desarrollo neurológico, disminuir la frecuencia cardíaca fetal en reposo, mejorar la vascularización de la placenta o aumentar los niveles de líquido amniótico», recalca García. 

Sí, pueden existir contraindicaciones. «Pero incluso se ha visto como algunas que aparentemente requerían más reposo, como puede ser un crecimiento intrauterino restringido, se está viendo y estudiando que podría ser beneficioso porque aumentaría la vascularización de la placenta», indica la matrona. Con todo, García sí enumera algunas en las que la actividad física debería cesar: «En caso de existir enfermedades cardiovasculares o pulmonares, sangrado persiste o riesgo de parto prematuro, rotura de la membrana, hemorragia vaginal en el segundo y tercer trimestre o con placenta previa tras la semana 26. En todo caso, siempre será el especialista ginecológico quien deba da el visto bueno a la futura madre». 

El suelo pélvico

Es otro de los grandes protagonistas del posparto, pero Amor confiesa que debería de serlo ya antes de que la mujer se quede embarazada: «El suelo pélvico, aunque no estés embarazada y lo deseas, habría que empezar a trabajarlo. Porque lo tenemos muy olvidado y luego pueden venir problemas». Este trabaja como una especie de red o malla de sostén para todos los órganos de la zona pélvica y durante la gestación, se une el peso añadido de la placenta, la bolsa amniótica, el líquido y el bebé.

«Prácticamente desde que tienes el bebé, puedes empezar a trabajarlo. Obvio hay que individualizar, ver qué necesita esa mujer, cómo ha sido el parto y hacer una valoración de ese suelo. Pero esta ya se hace, por ejemplo, si tuviste puntos, cuando está todo cicatrizado. Habitualmente en el Sergas la guía dice que lo hagamos pasados los cuarenta días posparto», explica la matrona. Y añade que: «También habría que valorar la diástasis abdominal (separación de los músculos rectos del abdomen como consecuencia de un daño en el tejido conectivo) porque hay mujeres que se les mantiene después del parto. Controlarlo y valorarlo». 

Señales de alarma de que se necesita rehabilitación del suelo pélvico: 

  • Pérdidas de orina
  • Dolor
  • Sensación de bulto o pesadez

El descanso 

«Recomiendo dormir siempre que el bebé duerma. Aunque no se pueda conciliar el suelo, al menos tumbarse, subir las piernas y relajarse. La casa y las visitas pueden esperar. El cansancio se acumula», aconseja Paula Camarós, matrona, en su libro El poder de crear vida (Planeta, 2022). Además, recuerda que el cansancio y el agotamiento extremo están estrechamente relacionados con la depresión posparto

«Al final existen varios puntos de inflexión. Uno, obviamente, un bebé que no duerme continuamente, tiene muchos despertares, y al final, sobre todo si estás con lactancia materna, está la demanda. Eso puede implicar que no duermas muchas horas seguidas y el cansancio se acumula. Además, al final del embarazo empieza a haber períodos de insomnio en algunas mujeres. Ya no descansan igual. No es lo mismo una barriga de 38 semanas para dormir que al principio del embarazo. Luego el parto, depende de cómo haya sido y el período en el hospital», considera Amor.

Además, la matrona añade otro factor a tener en cuenta: «Puede fallar el apoyo. Sería bueno que la sociedad aprendiese a apoyar a las mujeres que acaban de ser madres. En vez de estar diciéndole lo que tienen que hacer, optar por llevarles un tupper con comida para que no tenga que hacer ella o su pareja la comida, que esta también estará sin dormir y apoyándola en otras cosas. O ayudarles con las tareas del hogar, para que esa familia pueda adaptarse a los primeros días. Sí que es verdad que hay bebés que duermen mucho más, pero es normal estar cansado porque tu ritmo circadiano no va a ser igual que antes de tener un bebé. Sobre todo al principio, luego todo va volviendo a la normalidad». 

La dieta

En esta etapa resulta fundamental comer equilibrado. «Ingerir alimentos ricos en proteínas y colágeno, que ayuden a la musculatura, los ligamentos y la piel a recuperarse», recomienda Camarós. «Hay muchos estudios que nos demuestran que tu alimentación no influye directamente en la calidad de la leche, pero sí en la predisposición de tu hijo en el futuro a desarrollar enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes, etcétera», amplía. 

Salud mental 

Durante el embarazo sube mucho la progesterona y cae completamente en el parto. «Esta hormona tiene una serie de efectos a nivel cerebral, cuya supresión brusca puede afectar a la neuromodulación y al funcionamiento cerebral», señala la doctora Laura Ferrando, psiquiatra y presidenta de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (Asepp). 

«Los estudios estiman que, después del parto, el riesgo de sufrir un trastorno afectivo, es decir, síntomas de depresión y/o ansiedad, es alrededor del 15 %. Estos problemas pueden variar desde el estrés emocional leve, hasta trastornos de salud mental más graves, que pueden aparecer días o incluso meses después del parto», apunta Lourdes Suárez, psicóloga en la clínica Cobán de A Coruña. 

Por su parte, Camarós añade que en los primeros días de posparto son bastante habituales lo que se conoce como 'baby blues': «Son fluctuaciones en los sentimientos. Pero cuando los días van avanzando, lo normal es que desaparezcan. Si no lo hacen, aparece lo que conocemos como depresión posparto. Esto ya es un trastorno del estado de ánimo y es muy importante que la mujer recurra a un especialista. Puede que tenga sentimientos encontrados, sensación como de culpa o le da un poco de vergüenza poder comunicarlo a su pareja. Por eso es importante que en la consulta con su matrona le diga 'no me encuentro bien', 'he perdido el interés en hacer cosas que antes me motivaban', 'no tengo energía' o 'tengo ganas de llorar'. Y que esta, le derive al especialista», 

«El acompañamiento e intervención psicológica, no deberíamos de contemplarlo exclusivamente cuando se presenta un problema concreto de salud mental, sino como un seguimiento necesario para preservar el bienestar psicológico de la mujer y llevar adelante todo este proceso de una forma más sana y saludable. Igual que realiza un seguimiento con el especialista en ginecología y con una matrona», asegura Suárez. Así, se podrían prevenir los problemas afectivos después del parto, ya que estos podrían afectar la creación de un vínculo de apego seguro con el bebé. «Si la madre está atrapada en sus preocupaciones, no podrá detectar las señales que le envía el bebé y que serán la base para la creación de ese vínculo de apego seguro, clave para el desarrollo emocional y cognitivo del niño, así como sus futuras habilidades sociales», amplía la psicóloga. 

«Debemos fijarnos en la salud de esas mujeres, no en la estética de los cuerpos»

No hay un posparto igual a otro. Partiendo de la base de que cada cuerpo es diferente y que las circunstancias personales de cada mujer, también. «Hay gente que dispone de más tiempo y por lo tanto, tiene mejores condiciones para hacer ejercicio, por ejemplo. O aquella que haciendo ejercicio durante el embarazo, tiene una recuperación más rápida. Pero no hay que fijarse solo en lo que es a nivel físico, en el hecho de 'no tener barriga'», considera Amor.

«Es un tema difícil porque cada mujer tiene sus circunstancias y somos únicas. Tenemos que empezar a fijarnos en la salud mental, cómo esta esa persona. Y realmente, a nivel físico, si el suelo pélvico está bien, si le duele la espalda, si ha tenido una cesárea... Cómo está influyendo todo eso en la vida diaria, más que fijarnos en la estética de los cuerpos. Que exista un acompañamiento adecuado y que ellas se sientan apoyadas, no juzgadas, porque parece que todo el mundo juzga a las madres», concluye.