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Se acerca el verano y, con él, los eventos que suelen acompañar al buen tiempo: bodas, comuniones, bautizos o graduaciones, son algunos ejemplos. Lucir una piel radiante para la ocasión es uno de los objetivos de los invitados. Y para conseguirlo, existen tratamientos de medicina estética y cirugía facial que proporcionan muy buenos resultados. Lo confirma Jorge Novoa, cirujano plástico con más de veinte años de experiencia; fundador y director de Clínica Novoa, presente en Santiago de Compostela, Vigo y A Coruña. 

—¿Qué tratamientos faciales se suelen demandar más en estas fechas?

—Los tratamientos top siguen siendo la aplicación de ácido hialurónico y los neuromoduladores. Con el primero reposicionamos los tejidos llevándolos de nuevo a su lugar natural, a donde se encontraban antes; además aportan hidratación y mejoran la elasticidad de la piel. Con el segundo se evitan o mitigan las arrugas dinámicas producidas por el movimiento muscular, es decir. por la gesticulación excesiva de nuestro rostro. El objetivo con estos tratamientos es rejuvenecer: lograr tu cara de hace cinco o diez años, un rostro más descansado y alegre; no buscamos un rostro «nuevo». 

—¿Existen una serie de requisitos para poder aplicar ácido hialurónico o es un tratamiento apto para todas las personas? 

—A priori podría colocarse a cualquier persona que lo necesite, pero evidentemente existen ciertas excepciones en función del historial clínica del paciente. Esto es algo que debe siempre exponerse en consulta.

En cuanto a edades, cuanto antes, mejor resultado va a tener. Un rostro que ya tiene muchos años requiere mucha más cantidad porque se necesitan reponer más tejidos. Por eso, lo ideal es comenzar a aplicarlo cuando la piel es joven, para prevenir la pérdida de colágeno y elastina. Un paciente que comience con 60 años evidentemente precisará muchas más sesiones y combinación de tratamientos que una persona que con 30 o 35 empiece a cuidar su piel. 

—Mucha gente puede llegar a confundirlo con «poner» labios o pómulos. 

—Sí, cuando en realidad es un concepto totalmente distinto. Eso es lo que suele hacer mala prensa al ácido hialurónico. Al contrario, se trata de «eliminar»: cansancio, tristeza, líneas de expresión. Después estarían los tratamientos que llevamos a cabo en superficie, porque no sirve de nada preocuparnos por los volúmenes de nuestro rostro, si nuestra piel se encuentra en mal estado.

—¿En qué consisten estos tratamientos en superficie?

—Creo que nos olvidamos de la piel, el órgano más extenso e importante de nuestro cuerpo. Si esta se encuentra bien tratada nos va a prevenir de enfermedades, malestar y envejecimiento. La adecuada limpieza, hidratación y protector solar son esenciales para la salud de nuestra piel. Existen tratamientos que podemos realizar sin ser inyectables para lucir una piel limpia, fresca, hidratada y libre de imperfecciones.

En este sentido, uno de los tratamientos más demandados es el láser de CO2. Con él conseguimos una piel más bonita y jugosa. También la radiofrecuencia facial es una solución. Un tipo de tratamiento que se realiza en cara, cuello y escote que permite una regeneración del colágeno gracias a la estimulación del proceso de crecimiento celular. Y otro muy demandado en nuestras clínicas es uno que consiste en tratar la piel en seis sencillos pasos con un resultado inmediato, permite volver a la rutina inmediatamente después de su realización. Últimamente es lo que más estamos haciendo y el resultado son caras mucho más joviales, rejuvenecidas.

 —¿Qué diferencia existe entre este tratamiento del que me está hablando y aquellas limpiezas más tradicionales que casi todos solemos conocer?

—Una de las principales diferencias es que no se trata de una limpieza, sino de un tratamiento integral de la piel. Se realiza con un dispositivo especial, no con las manos. El tratamiento consiste en la aplicación de distintos ácidos para exfoliar la capa más superficial de nuestra dermis y limpiar el poro; reactivando la regeneración celular. Luego se aplica un tratamiento personalizado en función de las necesidades del paciente y con el cual podemos tratar manchas, líneas finas, flacidez, etcétera. Aplicamos fototerapia led y sellamos con una infusión de ácido hialurónico, antioxidantes y péptidos. El resultado inmediato es luminosidad e hidratación. 

—¿Todos estos procedimientos no requieren anestesia?

—Depende del tratamiento. Por ejemplo, el láser CO2 necesita anestesia tópica, mientras que la aplicación de ácido hialurónico tiene la ventaja de que el propio inyectable contiene anestesia. Por eso, son técnicas que no las puede hacer cualquier persona, únicamente las puede llevar a cabo un médico especializado con altos conocimientos en anatomía facial y la suficiente experiencia.

—¿Con cuánta antelación deberían realizarse si nuestra intención es acudir a ese evento con una piel radiante?

—Depende. Si el tratamiento que necesitamos es el láser de CO2, se necesitan quince o veinte días para una recuperación perfecta. Incluso un mes, depende de la profundidad. Después de la aplicación de ácido hialurónico o neuromoduladores siempre puede quedar un hematoma pequeño, por eso también se debería realizar unos quince o veinte días antes de cualquier evento. En cambio, el hydrafacial se puede hacer incluso unas horas antes del evento porque es un procedimiento muy rápido. 

Sin olvidarnos de las intervenciones quirúrgicas que sí se deben realizar con tiempo suficiente, entre 3 y 6 meses antes de cualquier evento, y que requieren ya otro tipo de anestesia, como la cirugía de los párpados, que da unos resultados muy buenos. Al igual que la de las orejas, que después de la pandemia y las mascarillas se ha reactivado muchísimo. 

—¿En qué consisten estas cirugías?

—La otoplastia es una cirugía que corrige las llamadas orejas de soplillo y que es un signo que se sufre mucho entre la población. Con la pandemia disminuyó la demanda por el uso de las mascarillas, pero justo estas han agravado el problema en muchos casos. Por eso existe mucha demanda por esta intervención en la que modificamos su posición mediante una pequeña intervención totalmente ambulatoria. Ahora es el momento oportuno porque hay que llevar una faja unos días y en verano no resulta cómodo. 

La blefaroplastia consiste en eliminar el exceso de piel en párpados y/o las bolsas, también es una intervención ambulatoria y es muy demandada pues el resultado produce un efecto rejuvenecedor en todo el rostro, puesto que la mirada es uno de los puntos clave de conexión del ser humano.

—¿Qué importancia tiene que todos estos tratamientos que me ha mencionado los lleve a cabo el profesional adecuado?

—Mucha. A día de hoy no es poca la gente se pasa a este sector por afán de alcanzar un estatus económico elevado y no por vocación, nada más lejos de la realidad. La formación es imprescindible. Hablo de especialización vía MIR, no de pequeños cursos que se realizan en 2 meses o vía internet. Los resultados siempre van a ser mejores si esa persona cuenta con los estudios adecuados. Es muy importante, en un caso como el mío que soy cirujano plástico, que el paciente se asegure de que el cirujano al que acuden sea miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre), en Galicia Sgcpre, ya que estas sociedades certifican la debida formación de todos sus miembros.