María Jesús de León pone voz al suicidio: «Los familiares de una persona que se suicida tenemos en común la sensación de culpa»

SALUD MENTAL

María Jesús de León es presidenta de la Asociación Ubuntu de supervivientes por suicidio de un ser querido
María Jesús de León es presidenta de la Asociación Ubuntu de supervivientes por suicidio de un ser querido

Cuenta su historia porque la muerte por suicidio deber ser una muerte como las demás, sin tabús ni estigmas. Desde su experiencia quiere ayudar a los demás a superar algo «devastador, un dolor tan grande que no se puede guardar para uno»

16 may 2022 . Actualizado a las 11:05 h.

María Jesús de León se define como una doble superviviente. «Mi hermano fallece por suicidio en el año 1998 cuando tenía 30 años, él había tenido problemas mentales desde los 14 años y algún intento de suicidio anterior. Después tuve la desgracia de volver a pasar por eso en el 2010 cuando mi marido también tomó ese camino con 50 años. En su caso fue peor porque él era una persona totalmente normal, teníamos una vida feliz, todo lo que necesitábamos, trabajo, dos hijos maravillosos… Él es la prueba evidente de que a todo el mundo le puede pasar», explica Susi. Esta es su historia, 'sobrevivió' a dos suicidios y ahora quiere ayudar a esas personas que están atravesando lo mismo que ella.

Con perspectiva, fortaleza y ese callo vital que te da haber pasado por momentos tan traumáticos, consigue contar serena lo que le ha tocado vivir y cómo lo ha superado. No es fácil, pero se puede lograr: lo más importante es pedir ayuda, no quedarse solo.

El hermano de Susi se quitó a vida hace 24 años, su marido hace doce. «Fue muy dramático y los dos casos muy diferentes para mi. Es cierto que, por decirlo así, el suicidio de mi hermano lo llevé “mejor” porque estaba el antecedente de una enfermedad mental grave desde los 14 años, más de la mitad de su vida. Aunque, por supuesto, fue muy traumático», cuenta la que ahora es presidenta de Ubuntu, la Asociación Andaluza de Supervivientes por Suicidio de un Ser Querido.

«Después, volver a pasar por eso, ya fue devastador. Es la palabra que uso para hablar del suicidio, es algo devastador, es como la ola del tsunami cuando viene y pasa por encima destrozándolo todo. Eso es lo que sentimos nosotros porque nunca te lo esperas», recuerda Susi.

024: teléfono de atención a la conducta suicida.

Su marido, Alberto, tenía 50 años. Llevaban 26 juntos. Tenían dos hijos «maravillosos», trabajo y eran felices cuando decidió suicidarse. María Jesús de León explica que su caso es «todavía más dramático porque a él la depresión en la que estaba inmerso se la provoca un medicamento». «Yo sabía que estaba mal, con depresión, pero no me lo podía creer. Entonces, me quedo fuera del mundo». Explica María Jesús cómo fue el apoyo de su familia lo que consiguió mantenerla a flote: «Si yo no hubiera tenido a mis dos hijos me hubiera dejado ir, pero ellos me ayudaron. También tengo los referentes de mi madre, porque cuando se murió mi hermano ella tampoco se dejó ir, sufrió mucho y solo le sobrevivió diez años, pero me demostró fortaleza. Aceptar su muerte me costó mucho», recalca resaltando la importancia del apoyo de una red familiar para superar una pérdida de este calibre. 

Diez personas se suicidan cada día en España. El duelo tras una muerte por suicidio es, si cabe, más duro: «Siempre decimos que lo peor de una muerte por suicidio es asimilar dos cosas, una es la culpa, por muy bien que lo hayamos hecho. La culpa es algo que tenemos en común todas las personas que pasamos por una muerte por suicidio. La otra es aceptar la voluntariedad, que a estas alturas ya sabemos que es relativa porque ellos entran en una situación que se denomina “visión en túnel”, no ven otra salida y no son conscientes de lo que están dejando atrás».

Susi se apoyó en terapia psicológica y se refugió en la escritura. De hecho, tiene publicado un libro autobiográfico (Amazona en la centella) en el que cuenta su proceso de recuperación y las herramientas que le ayudaron a volver a agarrarse a la vida. Escribir fue para ella algo curativo, al igual que meditar.

«La parte peor de curar nuestro duelo es la culpabilidad. Somos una montaña rusa, cuando estás saliendo viene algo que te lo recuerda de nuevo. La culpa es lo peor, pensar por qué no hiciste más, por qué dijiste lo que dijiste o no dijiste todo lo que deberías»

«Hay que hablar de suicidio porque tenemos que evitar por todos los medios que siga siendo un tabú y que siga arrastrando ese estigma. Hay que hablar de ello como de cualquier otra muerte. Ahora mismo hay ese nuevo teléfono 024, necesitamos planes de prevención y de ayuda a todos los niveles. En nuestra sociedad y en nuestro sistema se le está dando muy poco valor a la vida. Durante la pandemia tuvimos la oportunidad de cambiar nuestro modelo de vida, pero estamos cometiendo los mismos errores, hay mucha gente pasándolo mal. Nadie se puede quedar atrás. Igual que una persona desarrolla un cáncer, otra puede llegar a tener una enfermedad o un trastorno mental. Tenemos muchos casos de personas “normales”, a las que les pasa algo transitorio», explica Susi convencida de que el nuevo teléfono de atención a la conducta suicida (024) debe darse a conocer por tierra, mar y aire. Cree que llevará tiempo, pero que puede convertirse en un recurso igual de útil que el 016 para víctimas de maltrato.

¿Qué le dirías a alguien que acaba de perder a un ser querido de esta forma? «Lo primero es que busquen ayuda, que no se queden solos. Es un dolor tan grande que no se puede guardar para uno. Que contacten con otras personas que hayan pasado por lo mismo, ahora hay asociaciones, grupos de ayuda…. así se van a sentir entendidos y arropados, el compartir es lo que nos salva. Es un proceso que hay que vivir, hay que sentir ese dolor, esa rabia, la incredulidad, pero lo más importante es no quedarse sola. Es una muerte que cuesta mucho. La parte peor de curar nuestro duelo es la culpabilidad. Somos una montaña rusa, cuando estás saliendo viene algo que te lo recuerda de nuevo. La culpa es lo peor, pensar por qué no hiciste más, por qué dijiste lo que dijiste o no dijiste todo lo que deberías», explica.

También hay un mensaje para los que están al otro lado, para los que pueden ser su hermano o su marido. «Muchas veces lo hacen para quitar una carga a los familiares. Casi todas las personas que estamos en los grupos de ayuda mutua, cuando hablamos, coincidimos en que nuestros familiares pensaban que íbamos a estar mejor sin ellos. A esas personas les diría que se equivocan, que el dolor que queda es tan tan profundo que debería luchar por engancharse a la vida porque la vida, por muchas dificultades que tenga, merece la pena. Necesitan ayuda y seguro que la pueden encontrar».

Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez
Uxía Rodríguez Diez

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.

A Rúa, Ourense (1986). Coordinadora de La Voz de la Salud con una misión, que todos nos cuidemos más y mejor. La pandemia de covid-19 no solo la viví, también la conté en La Voz de Galicia. Mucho antes de todo esto trabajé en Vtelevisión durante casi una década como redactora, reportera y presentadora. Allí dirigí y presenté el programa Sana sana, sobre sanidad, bienestar y nutrición.