Así debería comer una embarazada en Navidad

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

LA TRIBU

Una mujer que está embarazada debe evitar lácteos sin pasteurizar o carne roja en estado casi crudo.
Una mujer que está embarazada debe evitar lácteos sin pasteurizar o carne roja en estado casi crudo. La Voz de la Salud | iStock

Se recomienda evitar algunos pescados, postres elaborados con huevo crudo y consumir carne previamente congelada

20 dic 2021 . Actualizado a las 17:39 h.

El embarazo es un proceso fisiológico en el que llevar una vida saludable tiene beneficios para la madre y el futuro bebé. Por ello, el cuidado higiénico-dietético debe incrementarse con la llegada del mes de diciembre. La Navidad no solo supondrá un aumento calórico de la ingesta materna, en la que el Ministerio de Sanidad recuerda «no comer por dos», sino también un incremento de las celebraciones y horas dispuestas alrededor de la mesa. Comida, cena, picoteo o un chocolate con churros. ¿Cómo debe afrontar una mujer embarazada esta época? Los alimentos que se consumen pueden ser diferentes y el método culinario cambia respecto al resto del año. De ahí, que la precaución en la mesa de Navidad sea imprescindible. 

El primer paso. Los entrantes. Que si una bandeja de jamón, de chorizo, empanada de atún o carne y un plato de queso manchego. Se debe prestar especial atención a los embutidos y a los lácteos. La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) recomienda evitar los productos cárnicos loncheados. El Ministerio de Sanidad añade que estos podrán consumirse una vez hayan sido cocinados a más de 71 grados centígrados en croquetas, rehogados o pizzas. Sin embargo, precisa que será mejor evitar los curados, tales como el chorizo, salami o jamón y decir adiós al carpaccio o a los patés que se venden refrigerados. ¿Un ejemplo? El paté de Foie Gras.

La doctora Clara Joaquim Ortiz, médica especialista en endocrinología y nutrición en el hospital Germans Trias i Pujol y miembro de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, añade un «depende»: «En el primer embarazo, el ginecólogo pedirá una prueba para determinar si hay anticuerpos contra el toxoplasma (un parásito que puede contaminar las aguas, las frutas y verdura o la carne cruda). En caso de haberlos, no habría problema en comer embutidos», señala. 

Turno para los lácteos y aquí hay excepciones. La Aesan recomienda buscar siempre la palabra pasteurizado en su etiquetado. El peligro reside en la leche cruda y los quesos frescos o de pasta blanda. Así, el Brie, Camembert, los quesos latinos o de tipo Burgos, los azules y la mozzarella quedan sujetos a etiquetas. Tampoco se aconseja el consumo de quesos rallados o loncheados industriales. «Los no pasteurizados podrían contener listeria. Así que mejor, optar por otros como el parmesano o el provolone», detalla la especialista. 

Y si en los entrantes también figuran las verduras, el Ministerio de Sanidad señala que se deberán evitar los brotes crudos (como la soja o la alfalfa), así como las frutas u hortalizas crudas que se sirvan con piel o sin desinfectar previamente. Ojo al dato, porque aquí también se incluyen las ensaladas de bolsa. Desde la Aesan aconsejan tener precaución con esta guarnición. 

Para la doctora de la SEEN, «las frutas y verduras han de estar en la base de la alimentación de una embarazada. Mejor pelarlas, y si no desinfectarlas mediante el lavado». Es más, se suma a la recomendación no comerlas crudas fuera de casa. 

El segundo paso. Primer plato. Desde la ensaladilla rusa hasta el marisco, pasando por huevos o pimientos del piquillo rellenos. No importa el orden, lo relevante es prestar atención a los ingredientes de estas preparaciones. Si bien la Aesan no habla del marisco en general, sí lo hace en lo relativo al pescado crudo (sushi, sashimi, ceviche y de nuevo carpaccios), de pescado ahumado refrigerado o marinado y de moluscos como ostras, almejas o mejillones crudos. Es un «no» para ellos. Además, recomienda evitar el huevo sin cocinar y todo plato que lo incluya, como la salsas, la mayonesa casera o el ponche de huevo. Aquí, la palabra clave es «crudo». «El marisco es una muy buena fuente de nutrientes que la embarazada puede consumir si lo congela previamente, y se presenta bien cocinado». Lo mismo para el pescado, «que es muy saludable para la embarazada porque es muy rico en ácidos grasos Omega 3, importantísimos para el cerebro del feto». 

El rey de la cena, el plato principal. La gastronomía española tiende a poner como plato principal algún tipo de carne o pescado. Para los alimentos del mar, la consideración aportada por el Ministerio de Sanidad se suma a las anteriores: cocina bien la pieza. Recomienda también evitar especies como el pez espada o emperador, el atún rojo, el lucio y el tiburón (cazón, marrajo o tintorera) por su alto contenido en metales pesados. Por su parte , la carne se debe presentar bien hecha. Sin un resto de sangre. Además, la Aesan propone evitar la carne de caza silvestre (animales abatidos como el jabalí y el venado). 

La doctora Carla Joaquim destaca el aporte de hierro de la carne roja: «Se puede consumir perfectamente. Durante el embarazo, las necesidades de hierro son mayores e incluso, a veces se suplementa pues no es suficiente con el aporte dietético».

Por último, la nota dulce del menú, también con limitaciones. Estas se aplican a los postres que incluyan huevo crudo: tiramisú, merengues, mousses, cócteles o pasteles y helados caseros. En cuanto a la bebida, la Agencia Española de seguridad alimentaria y nutrición recuerda no tomar bebidas alcohólicas. Ni una gota. «Cualquier consumo conlleva un riesgo para el desarrollo del feto», indican. Asimismo, añaden que las embarazadas deben evitar las bebidas azucaradas y energéticas, y moderar el consumo de cafeína de cualquier fuente. Entre ellas figura el café, el té, el chocolate, la yerba mate o las bebidas de cola. Tendrás que decir «no» a los zumos preparados con antelación y conservados y optar por los naturales. Mejor un jugo de naranja recién exprimido. 

Si bien la médico especialista en endocrinología y nutrición entiende que el consumo puntual de dulces durante cuatro días no es significativo, no se debe convertir en algo común a todo el mes de diciembre: «Un exceso de azúcares puede favorecer a la diabetes gestacional». De ahí, que lo importante sea «mantener una dieta mediterránea durante todo el embarazo sin excepciones», añade.

Atrás queda el mito de que este grupo de población necesita comer por dos. Durante el primer trimestre la mujer debe mantener la misma ingesta calórica que de costumbre. «A partir del segundo, se debe incrementar de 300 a 500 kilocalorías extra al día, especialmente procedente de hidratos de carbono y de proteínas», recomienda la doctora Joaquim. 

Remedio para las náuseas

Las náuseas suelen ser una síntoma propio del primer trimestre, aunque puede alargarse. «Es importante que la mujer embarazada no cocine y que espere a que se enfríe la comida para evitar los olores que llegan con el vapor», recomienda la profesional de la salud. Pero sin duda, lo fundamental será evitar una dieta alta en grasas: «De esta forma, la digestión será mucho más fácil que con la comida copiosa propia de Navidad». 

Lucía Cancela
Lucía Cancela
Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.