La andropausia: «Los varones, a partir de los 45 o 50 años, llegan a consulta quejándose de mal humor, de cansancio o de disfunción eréctil»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

LA TRIBU

La andropausia se caracteriza por la reducción de la testosterona.
La andropausia se caracteriza por la reducción de la testosterona. La Voz de la Salud | iStock

La conocida popularmente como «menopausia masculina» todavía es un tema tabú que hace que se infradiagnostique el síndrome

02 mar 2022 . Actualizado a las 11:56 h.

La Real Academia Española permite, desde hace casi tres años, que los hombres se definan como «andropáusicos». El lenguaje es reflejo de la sociedad, y tal y como se suele decir: «De lo que no se habla, no existe». Gran parte de los varones, al igual que ocurre con las mujeres, también serán víctimas de los cambios hormonales. Con ello, comenzará una etapa (más correctamente definida como síndrome) de la que ya no se podrán deshacer. Es el hipogonadismo de inicio tardío, conocido comúnmente como andropausia. «Un conjunto de síntomas secundarios ligados a la disminución de los niveles de testosterona», explica Oriol Miralles, geriatra de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) y doctor en el Hospital Sant Joan de Deu (Mallorca). 

Se asocia a la edad, «suele producirse entre los 40 y 50 años, aunque puede iniciarse antes. Ronda la pérdida del 1-2 % al año en concentración de esta hormona», añade el experto. Como en todo, tener andropausia no significará lo mismo entre un varón u otro. Los sintomatología pueden variar, llegando algunos a ser asintomáticos.  

¿Se puede igualar este término con la menopausia? Los profesionales de la salud prefieren no hacerlo. «Hablar de menopausia en el hombre sería erróneo, ya que la pérdida de fertilidad es progresiva en el tiempo, no marcada como en la mujer, y el uso de este término en nosotros resta visibilidad al problema del que se habla poco y con muchos tabúes», apunta Miralles.

A día de hoy aun queda mucha información por conocer: «A lo largo de la historia, parece que a los hombres, por esa imagen viril que se les ha atribuido, no les podía suceder nada parecido a la menopausia. Eso no es cierto, con el paso de los años hemos empezado a ver que los problemas de erección, por ejemplo, no solo eran cuestión de un tema vascular sino también de la disminución de testosterona», señala el doctor Luis García Reboll, especialista en urología. Es más, para este experto hablar de andropausia puede resultar incluso erróneo: «El nombre correcto es hipogonadismo de inicio tardío, con el otro parece que intentamos asemejarlo a la menopausia, cuando no es así». 

Este síndrome es cada vez más frecuente, y no porque aumenten los casos significativamente, sino por la normalización que está viviendo. Sin embargo, se estima que todavía sigue infradiagnosticado debido a los síntomas que presenta, entre ellos, mal humor o irritabilidad. ¿Quién no se despierta con el pie izquierdo alguna vez?

¿Qué produce la andropausia?

El hipogonadismo de inicio tardío consiste en la disminución de la testosterona, y se manifiesta con pérdida de fertilidad, cambios de la salud y alteraciones físicas, de ahí que en ciertos momentos se hable de la barriga cervecera. Es un proceso inevitable y natural ligado, en primera instancia, al envejecimiento. Y si bien la testosterona es la hormona masculina por excelencia, las mujeres también la producen aunque en menores cantidades. 

Reloj biológico, más amplio pero no infinito

Una vez llega la andropausia, la fertilidad del hombre comienza a disminuir. Esto significa que la cantidad y calidad de los espermatozoides empeora. Sin embargo, y al contrario de lo que ocurre en el sexo contrario, siempre suele quedar un porcentaje de esperma activo, y por lo tanto, no se produce la esterilidad total. A mayores, «existen otros síntomas que pueden reducir la capacidad reproductiva como son la disminución del deseo sexual o la disfunción eréctil», señala el doctor Miralles. ¿A partir de qué edad disminuye la probabilidad de ser padre? Depende, aunque la tendencia se suele marcar entre los 40 o 50 años. 

Eso sí, la andropausia aparece antes y se deja ver de manera más progresiva. Al principio es imperceptible hasta que, en la década de los 50 por norma general, sus signos comienzan a ser más que evidentes. «A diferencia de lo que ocurre en la mujer, en las que la bajada se produce de manera brusca, en los hombres va poco a poco y comienza a manifestarse con un cansancio no justificable», detalle el urólogo García Reboll. 

¿Cuáles son los síntomas de la andropausia? 

La andropausia o el hipogonadismo de inicio tardío se manifiesta a nivel físico y psíquico. Por una parte, el hombre tiene cambios de humor, irritabilidad, pérdida de memoria, mientras que por otro, se siente más cansado, no logra perder peso y pierde cabello en ciertas partes de su cuerpo como las piernas. Si bien no pone en peligro al paciente, sí afecta en su día a día. «Se trata de un problema serio, ya que impacta en la salud física, sexual y emocional de los hombres, pudiendo afectar a la autoestima, a la relación en pareja, a las relaciones sociales o incluso a la productividad laboral», señala el miembro de la SEGG. 

  • Peor humor: los varones tienden a manifestar mayor irritación en el día a día sin causa aparente. Lo que se conoce como «cascarrabias» se explica, hasta cierto punto, por los bajos niveles plasmáticos de testosterona, que contribuye en la regulación del estrés. 
  • Menor densidad ósea: La reducción de la testosterona provoca una pérdida de densidad en el hueso y aumenta el riesgo de padecer osteoporosis. 
  • Fatiga: te levantas y estás cansado, tienes menos aguante. La reducción de la hormona masculina provoca que los varones sean menos activos, que a su vez empeora el insomnio y la creación de masa muscular. 
  • Dificultad para perder peso: el doctor García Reboll habla de hombres que, tras largos períodos en un régimen dietético no consiguen adelgazar. 
  • Incremento de episodios de insomnio o de dificultad para conciliar el sueño. La bajada de testosterona influye en la producción de serotonina, con impacto en el sueño. 
  • Problemas de erección: si bien este signo no es común a todos los casos, los varones pueden experimentar una reducción de la libido y por tanto, de las erecciones. 
  • Sequedad o pérdida de cabello: especialmente el vello púbico o en la barba. 
  • Empeoramiento de la elasticidad de la piel. El hombre puede experimentar una pérdida de grasa dérmica, y por lo tanto, de su elasticidad, lo que deriva en sequedad y aparición de arrugas. 
  • Depresión, nerviosismo o ansiedad, relacionados con los cambios de humor o irritabilidad. 
  • Sudoración nocturna, que dificulta, a su vez, la conciliación del descanso.  
  • Pérdidas de memoria o falta de concentración. 

Estos síntomas pueden a su vez manifestarse en enfermedades futuras. Así, la testosterona, que presenta un efecto protector ante la osteoporosis, «con su progresiva reducción influye en una disminución de la densidad ósea, haciéndonos más vulnerables a esta enfermedad». Hay más, pues la hormona masculina es también la responsable de que el vello se reduzca de manera global en todo el cuerpo. «Aunque afecta sobre todo al vello público, y al que conforman los rasgos secundarios. Por ejemplo, tener que afeitarse la barba con menor periodicidad», precisa.

Paralelamente, los síntomas psíquicos juegan un papel fundamental. A la irritabilidad, ánimo depresivo o las alteraciones de la memoria, «los hombres también han de lidiar con la perdida del deseo sexual, y los sentimientos intrusivos de no estar a la altura del constructo de masculinidad imperante, que pueden potenciar las alteraciones emocionales que ya se dan de por sí en la andropausia», añade Miralles. 

¿Tiene solución?

Por el momento, tiene tratamiento, lo que hace reversibles todos sus síntomas. Eso sí, hay un pero. No solo esto, sino que el varón de por sí debe tener un papel activo en la consecución de unos hábitos saludables para evitar los posibles factores de riesgo que agudizan el síndrome. Estos indicadores se relacionan tanto con la velocidad de progresión como con la intensidad de las afectaciones. Entre ellos, destaca la obesidad, «que produce un efecto de resistencia periférica a la acción de la testosterona, lo que se suma a la disminución de los niveles de la misma agudizando el proceso», señala el miembro de la SEGG. 

También suponen un mayor riesgo las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, las alteraciones en la glándula tiroidesas o el estrés, «ya que pueden condicionar una rápida evolución de la andropausia». 

Por último, el autocuidado no queda exento de responsabilidad, «pues una correcta alimentación, así como evitar el consumo de tabaco o alcohol, pueden tener una función protectora o mitigadora a la andropausia», añade Miralles. 

Esta clínica es parecida a los efectos del estrés en el organismo, de ahí que en muchas ocasiones pase desapercibida incluso para el médico de atención primaria. Para Miralles, la falta de información se debe a la estigmatización que todavía presenta la andropausia. El doctor considera que posiblemente «tenga relación con la idea de masculinidad imperante en la sociedad y el rol que se espera del hombre en base a esta», explica el profesional de la salud, que continúa: «Es aquí donde la andropausia choca con la masculinidad, es necesario normalizar este síndrome a nivel social, generar unidades o dispositivos médicos para abordarla y trabajar en un concepto de masculinidad que acoja este proceso natural que sufrimos los hombres. Solo así podremos ayudar a quienes lo sufren», concluye el doctor del Hospital Sant Joan de Déu (Mallorca). «Los varones, a partir de los 45 o 50 años, llegan a consulta quejándose de mal humor, de cansancio o de disfunción eréctil. En cuanto pides hormonas en la analítica, lo ves al momento», explica. 

Precisamente, el tratamiento consiste en la prescripción de testosterona por parte de un profesional. «Se debe controlar tanto sus síntomas, como el PSA, que es un marcador prostático tumoral, relacionado con el cáncer de próstata. Así, si el varón logra regular los niveles de esta hormona, tanto su próstata como su sistema genito-urinario funcionarán mejor. En cambio, si nos excedemos en la cantidad de hormonas, se puede desarrollar un cáncer que está incipiente», señala el doctor. Es más, cuando el marcador tumoral sube «el tratamiento se ha de interrumpir», explica. 

Lucía Cancela
Lucía Cancela
Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.