¿Cómo funciona el Accutane, el fármaco más famoso contra el acné?

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

La isotretinoína se considera el fármaco más efectivo en el tratamiento del acné.
La isotretinoína se considera el fármaco más efectivo en el tratamiento del acné. iStock | La Voz de la Salud

Este tratamiento es conocido por sus efectos secundarios, aunque el perfil de seguridad haya mejorado sustancialmente con el paso de los años

29 abr 2023 . Actualizado a las 12:30 h.

Ana Fernández tiene 26 años. Toma Accutane (una de las formas comerciales de la isotretinoína en España) desde noviembre. Cuando fue al dermatólogo, dice, «no me dieron otra opción». Era eso o seguir con acné adulto unos años más: «Me dijo que era lo que mi piel necesitaba, porque por mucho que me recetase cremas, estas no iban a ser efectivas», explica. Y así lo hizo. Si tuviese que definir su experiencia con una palabra sería la sequedad: «Me levanto por las mañanas con la piel algo desescamada, tengo los mocos muy secos también. Incluso lo percibo en el pelo, que siempre lo tuve muy graso y ahora todo lo contrario», detalla. Su piel ha mejorado a pasos agigantados aunque todavía le quede camino por recorrer: «Tiene mucho más brillo que antes, que siempre estaba muy apagada. Pero aún tengo cicatrices que no se han eliminado», indica. Al principio los granos se masificaron: «El médico me dijo que era normal que primero saliese toda la "suciedad". Se fue progresivamente», cuenta. Algo así como una purga inicial. 

Está previsto que mantenga el tratamiento hasta que se cumpla seis meses: «Espero que no lo alarguen», apunta. Quién sabe. Conoce casos en los que ha durado hasta ocho. Los cuidados de la piel se tienen que extremar. Mucha crema y cero radiación solar. «Lo que llevo peor es que no me pueda dar el sol, ni siquiera estando en una terraza», reconoce. Sabe que es cuestión de tiempo y el resultado, por el momento, le convence. Con todo, añade: «Si lees el prospecto te da miedo».

El acné es la enfermedad más prevalente durante la adolescencia y juventud, ya que afecta al 80 % de los individuos de entre 12 y 18 años. Quién más o quién menos, conoce a alguien que lo ha padecido. En sus formas más severas es duro, especialmente en el plano psicológico. «Es un proceso sumamente frecuente, visible e inestético que incide sobre tramos de edad donde la imagen corporal es fundamental para conseguir una buena calidad de vida», explica la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). Si bien durante la adolescencia pasa factura, en la adultez no se queda atrás. Según datos de la entidad, está presente en una cuarta parte de los que tienen entre 19 y 24 años. De hecho, la disminución de porcentajes se aprecia a partir de los 45. Por definición, «el acné se forma, desde el punto de vista clínico, en un terreno seborreico localizado en el rostro y en la parte superior del tórax, sobre el que se distribuyen de forma aleatoria una serie de lesiones como los comedones, las pápulas, las pústulas, los nódulos, los quistes, las máculas y las cicatrices, en mayor o menor intensidad», destaca la AEDV.

El antiguo y famoso Roacután era tan solo una de las marcas comerciales en las que se presenta la isotretinoína, el fármaco más efectivo y último en el tratamiento del acné más severo. Es un retinoide derivado de la vitamina A cuya acción está dirigida a las glándulas sebáceas en las que se produce el acné. «Los retinoides son un grupo de principios activos con distintas acciones farmacológicas y con efectos sobre la piel y la proliferación celular», detalla Carlos Fernández Moriano, doctor en Farmacia y responsable del Área de Divulgación Científica del Consejo General de Farmacéuticos. 

Es uno de los grandes clásicos en las consultas dermatológicas, lo que permite las dos caras de la moneda: conocer tanto efectos, como contraindicaciones. Por ello, su consumo requiere una supervisión médica en la que se pauten las indicaciones y los controles analíticos correspondientes. ¿Lo positivo de todo esto? El éxito del tratamiento está casi asegurado. «Las probabilidades de que el acné vuelva a aparecer son mínimas, aproximadamente menores de un 10 o 20 %», explica la Fundación Piel Sana de la AEDV.

Eso sí, la pauta no se ofrece para cualquier paciente: «Se receta, sobre todo, cuando se han probado otros tratamientos convencionales previamente, como antibióticos en forma tópica y también sistémica (vía oral), sin obtener respuesta», precisa el doctor en Farmacia. 

¿Por qué aparece el acné?

Las causas del acné son varias y en muchos casos puede ser multifactorial. Sin embargo, existen una serie de factores conocidos.

La secreción sebácea es una de las variables principales. Se regula a través de los andrógenos. Hay determinadas patologías hormonales que se asocian a la presencia de este proceso en etapas adultas, como el síndrome de ovario poliquístico, el Cushing o ciertos tumores suprarrenales y ováricos. A su vez, el sistema nervioso también puede intervenir en la producción sebácea: «El estrés psíquico activa la liberación de neuropéptidos que pueden mantener el acné o inhibirlo», destaca la AEDV.

Otro de los factores de la obstrucción del folículo pilosebáceo o comedogénesis. Y, por último, la colonización, por parte del Propionibacterium Acnés de las áreas con alto nivel de sebo. Esta bacteria es una de las residentes en la superficie de la piel: «Libera metabolitos que producen cierta irritación y una actividad proinflamatoria», detalla la entidad. A su vez, el microorganismo puede causar inflamación desencadenando mecanismos inmunológicos.

¿Cómo actúa la isotretinoína?

El mecanismo se activa en todas las causas del acné. En primer lugar, porque disminuye la producción del sebo, «cuyo efecto es máximo a partir de la novena semana de tratamiento y persiste a lo largo de meses o años», detalla la Fundación de Piel Sana. También tiene un efecto antiinflamatorio y, además, altera la composición de la grasa de la piel, reduce la presencia de bacterias y la queratinización a nivel del folículo piloso.

Sin embargo, «todavía no se conoce el mecanismo de acción a nivel molecular por el cual actúan este tipo de retinoides, pero se ha visto que la isotretinoína reduce el tamaño de las glándulas sebáceas de la piel y la producción del sebo que, junto con la infección por algunas bacterias, es lo que acaba provocando el acné», detalla Fernández Soriano.

Menos dosis y menos riesgos

El tratamiento es dosis acumulativo. «Cuando se habla de dosis acumulativas se quiere decir que se intenta empezar por la ingesta más baja posible por los riesgos que conlleva», precisa el responsable del Área de Divulgación Científica del Consejo General de Farmacéuticos. Como es lógico, cuanto menos se utilice, mejor. 

Lo más habitual es que se extienda de cuatro a seis meses. La Fundación de la AEDV recomienda ingerirlo junto a la comida, «pues los alimentos grasos, como la leche, favorecen su absorción».

Antes de comenzar el tratamiento, se debe realizar una valoración clínica que incluya analíticas. Pasado un mes tomándolo, se repiten para comprobar que los valores siguen siendo correctos. «En caso de que todo esté dentro de la normalidad, ya no se vuelven a repetir hasta que finaliza la pauta o si aparece algún cambio clínico notable», explican desde la Fundación Piel Sana. «Su indicación oficial es en formas graves de acné», reconoce Fernández, que añade, «aunque también es cierto que se emplea en estados moderados porque es una patología que afecta a más del 80 % de los adolescentes y tiene un componente psicológico importante». Por eso, debe ser el dermatólogo quien pondere la afectación física y mental de cada persona.

Es más, por los riesgos que comporta su tratamiento, «además de la prescripción médica, requiere un visado de inspección», destaca el doctor en Farmacia. Un doble control para asegurarse de que el paciente realmente lo necesita.

¿Cuáles son sus efectos secundarios?

La lista de efectos secundarios es larga. El más común y evidente es la sequedad de piel y mucosas, sobre todo de los labios, de la nasal y la conjuntiva. A su vez, estos se producen en relación a la dosis. Es decir, cuanto más se tomen, mayores serán. Eso sí, «la mayoría de ellos son molestias mínimas que desaparecen tras la toma de la medicación», destaca la entidad nacional.

La complicación más alarmante en la mujer es la posibilidad de aborto o malformaciones fetales: la teratogenicidad. Por ello, toda consumidora del fármaco debe hacer una anticoncepción segura y eficaz desde que lo toma por primera vez hasta pasado un mes después de terminarlo. De hecho, «se recomienda que el tratamiento comience al tercer día del inicio de la regla para asegurarse que no está embarazada», indica la fundación.

Precisamente, su control forma parte de la pauta. Para que una mujer en edad fértil tenga acceso a este tratamiento se debe comprometer a un plan de prevención del embarazo: «Hacerse pruebas antes, durante y después, usar métodos anticonceptivos hasta un mes después del tratamiento, e incluso, se puede recomendar un doble método de anticoncepción, con píldora y preservativo, por si hubiera algún fallo», explica Carlos Fernández. De hecho, algunos profesionales pueden prescribir la píldora oral diaria a la vez que la isotretinoína.

Más allá de los mencionados, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios destaca los problemas a los que un paciente se podría enfrentar. Los divide entre efectos raros, si se ha visto que puedan manifestarse en una persona de cada mil; y muy raros, en caso de una persona de cada 10.000. Aquí, añade problemas mentales, reacciones alérgicas, trastornos de hígado y riñón como piel u ojos amarillentos y cansancio, dificultad para orinar, párpados hinchados e inflamados; trastornos del sistema nervioso con síntomas como dolor de cabeza duradero, sensación de malestar, vómitos y alteraciones en la vista; trastornos intestinales y estomacales tales como dolor abdominal grave, con diarrea grave y otros trastornos oculares que se manifiesten con visión borrosa. 

A su vez, la entidad precisa otro tipo de efectos que se manifiestan con mayor frecuencia, en concreto, se calcula que pueden afectar a más de una persona de cada diez. Entre ellos se encuentran: sequedad de la piel, especialmente en labios y cara; piel roja y dolorosa; labios agrietados e inflamados; erupción cutánea; picor leve y descamación; también dolor de espalda, muscular y de articulaciones; conjuntivitis; cambios en los niveles de colesterol y triglicéridos; mayor propensión a sufrir moratones, hemorragias y coágulos si se ven afectas las células sanguíneas encargadas de esta labor, y anemia, si los glóbulos rojos salen mal parados. Se puede consultar la lista completa en este enlace

¿Quién no lo puede tomar?

Así, en relación con lo anterior, este medicamento está contraindicado en mujeres embarazadas, en pacientes con insuficiencia renal, en personas con el colesterol o triglicéridos altos, en casos de hipervitaminosis A o si el sujeto tiene intolerancia al fármaco en cuestión. En suma, desde la fundación de la AEDV recuerdan que no se debe tomar tetraciclinas o vitamina A en paralelo. De igual forma, durante el tratamiento se aconseja no tomar el sol, ni beber alcohol: «El alcohol ejerce un efecto perjudicial sobre el hígado y dado que este fármaco podría ejercer cierta toxicidad a nivel hepático, porque también es su vía de metabolización, se podrían dar una serie de efectos negativos sobre este órgano», precisa Fernández Soriano. Un mensaje que conviene repetir. 

El Roacután, el antiguo milagro antiacné llegó a los tribunales. En España, la única condena se produjo en el 2004, cuando un paciente denunció al Servicio Vasco de Salud por negligencia médica después de que este fármaco le produjese diabetes. Los análisis periódicos mostraban altos niveles, pero los médicos no hicieron nada al respecto. En Estados Unidos, casi tres mil pacientes se querellaron contra la Farmacéutica Roche, propietaria de Accutane, porque los consideraban culpables de causarles malformaciones en recién nacidos, depresión, suicidio, colitis ulcerativa y enfermedad de Crohn. Al final, la compañía decidió retirarlo del mercado estadounidense en el 2009, aunque destacó que no se debía a problemas de seguridad, sino a que estaba perdiendo su posición estratégica respecto a otras alternativas genéricas. 

Sin embargo, estos casos no deben hacer saltar la alarma social. El paso del tiempo ha permitido conocer mejor su acción: «En la actualidad se sabe muy bien el perfil de seguridad que tiene y se ponen todo tipo de medidas para mitigar los riesgos de seguridad», precisa Carlos Fernández Soriano.

Lucía Cancela
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Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.