Los riesgos del ibuprofeno: «Si se va a tomar más de dos o tres días, debe acompañarse de omeprazol»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

El ibuprofeno es el antiinflamatorio más consumido en nuestro país.
El ibuprofeno es el antiinflamatorio más consumido en nuestro país.

Los expertos remarcan que los antiinflamatorios solo se pueden recetar entre dos o tres días y que exceder esas indicaciones puede tener consecuencias graves para nuestra salud

11 oct 2023 . Actualizado a las 12:36 h.

Está presente en todos los hogares de España. Su consumo está tan normalizado, que parece inofensivo. Pero no lo es. El ibuprofeno es un fármaco que puede provocar efectos secundarios en el organismo. Y no hacen falta grandes dosis ni un largo período de tiempo tomándolo para que estos aparezcan.

«La gente no es muy consciente de que vaya a pasar, pero los riesgos están ahí. Creo que se ha generado una cierta leyenda urbana de que el ibuprofeno no hace daño. Que es un fármaco muy light. Pero no es verdad. En este tipo de medicamentos hay que tomar la dosis mínima necesaria y durante el menor tiempo posible. De hecho, los médicos ya no pueden prescribirlo de manera crónica. Les dejan hacer tres recetas como máximo y después, si el paciente sigue sintiendo dolor, tiene que volver a consulta y habría que buscar otra alternativa», explica Nina Villasuso, miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Farmacéuticos de A Coruña.

Se trata de un medicamento que, a diferencia del paracetamol, no se puede prescribir de manera crónica. «Y hay personas que, como no se lo prescribe el médico, lo compran. El de 400, que es el que se puede adquirir sin receta, lo toman de manera continuada y a dosis altas, pudiendo provocar efectos adversos». En el 2019 se puso coto (siendo uno de los objetivos la prevención de este tipo de efectos adversos) al ibuprofeno de 600 miligramos. Lo cierto es que la norma ya era así desde el 2015, pero las propias farmacias dejaron de hacer la vista gorda. «Aun así, mucha gente venía y decía: 'Pues me tomo dos', 'pues me tomo uno y medio'. Incluso: '¿Quién eres tú para decirme lo que tengo que tomar?'», lamenta la farmacéutica. 

Los efectos adversos más frecuentes: los gastrointestinales

Los efectos adversos más habituales son sobre el aparato digestivo. «A nivel gastrointestinal puede producir lesiones que acaban en úlcera o enfermedad por reflujo. Hay que tener en cuenta que esa persona, a lo mejor, toma alcohol y fuma, a mayores de la toma ibuprofeno. Son otros condicionantes de su estilo de vida que también hacen que este fármaco pueda ser más dañino», indica la farmacéutica.

«Casi todos los medicamentos provocan problemas gastrointestinales», avanza Roi Ribera, doctor especializado en Aparato Digestivo y Nefrología. «Es difícil encontrar un prospecto de un medicamento y que no tengan algún tipo de frecuencia, ya sea alta, media o baja, de problemas gastrointestinales. Pero es cierto que los antiinflamatorios, los que se conocen como AINES (antiinflamatorios no esteroideos), entre los que está el ibuprofeno, son fármacos que tienen estos efectos de forma frecuente». Concuerda Ana Gómez, médico digestivo del hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo: «Los AINES son los más gastrolesivos. Entre ellos nos encontramos el ibuprofeno, dexketoprofeno, aspirina, naproxeno... Pero también hay diferencias entre los fármacos de este grupo. El menos dañino es el ibuprofeno, lo que ocurre es que, al ser el más consumido en términos generales, probablemente sea el mayor causante de este tipo de complicaciones. El más dañino sería el naproxeno».

La propia Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) confirma que los efectos adversos más frecuentes que ocurren con los medicamentos como el ibuprofeno son los gastrointestinales. Entre ellos, enumera las úlceras pépticas, hemorragias digestivas y perforaciones (en algunos casos, mortales). También se han observado náuseas, vómitos, diarrea, flatulencia, estreñimiento, ardor de estómago, dolor abdominal, sangre en heces, vómito de sangre, aftas bucales, empeoramiento de colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn. Y aunque menos frecuentemente, se ha observado la aparición de gastritis.

¿Por qué daña el ibuprofeno el aparato gastrointestinal? «Porque uno de los objetivos que tienen estos fármacos es inhibir una enzima que se llama ciclooxigenasa, que está dividida en dos partes. Una de esas partes se encarga de proteger al aparato digestivo. De tal manera que si tú inhibes esa enzima, estás favoreciendo el daño digestivo», responde Ribera. «Luego existen otros mecanismos, también asociados a estos fármacos, que favorecen el daño gastrointestinal. Cambian la acidez del estómago. Este último tiene una capa de moco que es protectora cuando comemos y que también se altera cuando tomamos estos fármacos. Además, el daño gastrointestinal puede ser en el esófago, estómago, intestino delgado y hasta el colon. Es cierto que, donde hay más estudios y lo más frecuentemente descrito, es en el estómago».

Desde úlceras a perforaciones

«Existe tres o cuatro veces más riesgo, en gente que toma antiinflamatorios, de tener una úlcera gástrica o duodenal, que en gente que no los toma», advierte Ribera. «Y cuando esa úlcera es muy avanzada, puede haber complicaciones graves como una perforación».

El síntoma más frecuente de que se está produciendo una úlcera es el dolor en la zona gástrica, en el centro del abdomen. Con todo, que exista dolor es, dentro de lo que cabe, positivo, porque también puede ser silente y «cuando llega el paciente ya hay una complicación grave», lamenta Ribera.

Otro posible signo que enumera el doctor son las hemorragias digestivas (vómitos con sangre o que las deposiciones se vuelvan negras). «Son pastosas y muy oscuras, como el petróleo. Se llaman melenas y quiere decir que hay algún tipo de hemorragia digestiva en algún lado. Hay que hacer una gastroscopia para revisar lo que está pasando ahí».

Si finalmente se trata de una perforación, el paciente necesita ser intervenido. «Si ya está perforado del todo quiere decir que se ha generado una úlcera que ha atravesado las capas del órgano, el estómago o el duodeno, y eso conlleva un riesgo muy alto de mortalidad. Ya estamos hablando de más de un 10 % de mortalidad. Ahí lo que hay que hacer es meterse en quirófano y cerrarlas. Muchas veces, ya no sirve con cerrarlas y hay que extirpar un trozo de estómago. Además, también pueden pasar en el aparato digestivo bajo: colon o intestino delgado, aunque es menos frecuente que en el aparato digestivo alto».

Otros posibles efectos adversos

Villasuso explica otro tipo de efectos adversos que, si bien son menos frecuentes que el daño gastrointestinal, también se deben de tener cuenta: «La gente que tiene hipertensión o algún problema cardíaco, como insuficiencia, no debería de tomar ibuprofeno de forma prolongada. No tiene por qué ser una persona anciana».

Así, la Aemps recomienda a los profesionales sanitarios que, en pacientes con patología cardiovascular grave como insuficiencia cardíaca, cardiopatía isquémica establecida, enfermedad arterial periférica o enfermedad cerebrovascular no se administre ibuprofeno a dosis altas.

«Otro efecto posible es a nivel renal. Puede producir una insuficiencia y si la persona está tomando un medicamento para la hipertensión o un diurético, estos fármacos pueden hacer adictivo este efecto», expresa la farmacéutica. A lo que añade: «También hay que tener cuidado en gente con asma o con alergia porque puedes exacerbar los síntomas. Es una de las preguntas que tenemos que hacer cuando dispensamos un ibuprofeno».

Cuándo nos estamos pasando en la toma de ibuprofeno

La doctora Ana Gómez señala que la dosis máxima es 2.400 miligramos al día en caso de procesos inflamatorios graves como la artritis reumatoide y, para dolores leves a moderados, entre 800 y 1.200 miligramos al día repartidos en varias dosis. «Eso sería suficiente. Se sabe que cuánta más dosis, mayor probabilidad de efectos secundarios gástricos».

Es importante, remarcan los expertos, no ingerirlo con el estómago vacío. Y si se va a tomar durante unos días, recomiendan acompañarlo de un protector gástrico: «Si se va a tomar de forma prolongada, es decir, más de dos o tres días de forma continuada, sí que es recomendable que se asocie a un protector gástrico. A omeprazol, vamos. Tanto con ibuprofeno, como con cualquier otro antiinflamatorio. No me refiero a dolores puntuales, como al menstrual. Si no a un esguince de tobillo, por ejemplo, que sabes que lo tomarás varios días», apunta Ribera.

El problema, coinciden los expertos, no recae en las prescripciones médicas que se hacen de este, sino en las dosis de 400 miligramos que se pueden adquirir en la venta libre de las farmacias. «Por ejemplo, estar tomando cada seis horas (unas tres veces al día), durante una semana, eso ya es mucho. No se debería de tomar. Ningún médico te va a decir que tomes ibuprofeno tres veces al día durante una semana. Te dice que te lo tomes tres o cuatro días, como mucho», remarca Villasuso. A lo que añade: «Ese consumo crónico es el que puede provocar los efectos secundarios que estamos hablando. Estar tomando, durante varios días, dos, uno por la mañana y otro por la noche. No es correcto».

Aquí podría hablarse de la pescadilla que se muerde la cola: mucha gente sabrá que tomarse un ibuprofeno no es la solución a su dolor crónico, pero necesita aliviarlo para seguir con su día a día. «Lo ideal es que vayan al medico para ver cuál es la causa de ese dolor y buscar una alternativa que sea menos dañina, porque el ibuprofeno se usa mucho y se usa mal».

«Realmente, los antiinflamatorios se encuentran entre los fármacos más consumidos en el mundo. Se toman casi sin prescripción médica y tienen efectos secundarios relevantes. Ya no solo a nivel digestivo, también renal, o en pacientes que tienen enfermedad hepática. Se han generado alarmas, en mi opinión, muy exageradas, con otros fármacos como el omeprazol y, sin embargo, con los antiinflamatorios, se habla mucho menos. Tienen muchos más efectos secundarios descritos que otros, como el omeprazol mismo», concluye Ribera.

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.