Guía para saber actuar ante un coma etílico y otros problemas generados por drogas en épocas festivas

Lois Balado Tomé
Lois Balado LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Las intoxicaciones por alcohol son un clásico en las Urgencias durante la noche de Fin de Año.
Las intoxicaciones por alcohol son un clásico en las Urgencias durante la noche de Fin de Año. iStock

En la madrugada de Año Nuevo, los excesos con el alcohol y otras sustancias se dejan ver; situaciones que debemos saber reconocer para poder actuar, evitando males mayores

31 dic 2023 . Actualizado a las 16:26 h.

Ya sea por decisión familiar o por la presión del «es que todos mis amigos salen», la noche de Fin de Año será la ocasión en la que muchos jóvenes tengan permiso para volver a casa más tarde que nunca. Algunos descubrirán por primera vez cómo es ese mundo adulto que transcurre después de las doce campanadas y que demasiadas veces repite conductas nocivas. La noche puede ser joven, pero rara vez es saludable. Muchos no recurrirán al alcohol, pero conviene no ser ingenuos; otros tantos coquetearán con él. Habría que preguntarse los motivos y cuestionarse si estas aproximaciones tan tempranas podrían corregirse de no permitirse tanta manga ancha con la bebida en nuestra sociedad. Pero afrontar este reto nos coge tarde. Será un buen propósito para el 2024, ahora lo prioritario es saber cómo actuar en caso de presenciar intoxicaciones agudas durante la última noche del 23. Sea por alcohol, cannabis, psicoestimulantes o por todo junto, podemos estar alerta y actuar con criterio ante excesos. Seas joven o seas adulto, porque los que cardan la lana tampoco están libres de pecado.

¿Ha bebido solo alcohol o había más cosas?

Ignacio Novo es coordinador del Grupo de Trabajo de Alcohol y Otras Drogas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y médico internista en el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS). Sabe lo que es atender urgencias por complicaciones relacionadas con el abuso de sustancias y lo primero que refiere es «diferenciar siempre si hay más drogas o solo ingesta de alcohol». Novo explica que existen dos tipos de sustancias: «Las que son depresoras del sistema nervioso central y las que son activadoras. El problema es que la gente a veces no consume solo alcohol y es difícil saber cuál es la causa del problema o qué es lo que está pasando». Por tanto, a la hora de dar una primera atención, será importante conocer qué ha consumido. Eso nos ayudará a actuar con mayor precisión, relacionar mejor los signos y entender si será necesaria ayuda médica.

¿Qué es y cómo actuar ante un coma etílico?

«La definición de coma es la ausencia de respuesta ante cualquier estímulo, pero aunque lo que estemos viendo no sea tan exagerado, si responde perezosamente —puede ser a través de un balbuceo— a un estímulo doloroso como un pellizco, sin duda hay que alarmarse», advierte Novo.

El alcohol es una droga que deprime nuestro sistema nervioso central. Y esto es algo que a veces genera confusión ya que no asociamos la palabra «depresor» a esa desinhibición que provoca inicialmente su consumo. Pero cualquier duda queda aclarada cuando se presencian los efectos de una sobreingesta.

«Si la intoxicación es solo por alcohol, cursará con somnolencia, intolerancia a seguir bebiendo o a comer y con vómitos. El signo de alarma fundamental debe ser la somnolencia excesiva, que la persona no despierte al llamarla o al recibir estímulos dolorosos», explica el doctor.

Independientemente de que este estado sea descrito técnicamente como comatoso, es importante saber actuar. Y aquí muchas veces se falla. Lo de llevarlo a casa para «dormir la mona» o intentar inducir el vómito, habituales remedios caseros, «pueden ser más peligrosos que beneficiosos».

«Lo primero será asegurarse que no está del todo inconsciente. En segundo lugar, no debemos dejar sola a esa persona en ningún momento. Si acaba por irse a dormir, la colocaremos en una posición que no sea peligrosa. Es decir, ni boca arriba, ni tapado excesivamente. En el caso de que haya un vómito, es bueno que esté de lado para evitar la broncoaspiración —que ese vómito pase a la vía respiratoria y se ahogue—», señala el internista del CHUS. En caso de que el estado de consciencia mejore, intentaremos hidratarla, ofreciendo un poco de agua. También algún tipo de alimento, «aunque sea solo un poquito de azúcar y siempre que no haya riesgo de que vomite», recalca Novo.

En el caso de que la persona afectada conviva con otros problemas de salud como una diabetes o una cardiopatía, deberemos tener un cuidado extra.

Una confusión que puede ser fatal

Uno de los mayores peligros que entraña una intoxicación por alcohol es que puede enmascarar cuadros mucho más graves que cursan con idénticos síntomas.

«El alcohol es capaz de producir alteraciones metabólicas que lleven a una acidosis o a una hipoglucemia y que se requiera un tratamiento médico. El problema es que los síntomas de una hipoglucemia son muy similares a los que provoca la bebida: la persona está aletargada, adormilada o es incapaz de abrir los ojos. A veces se confunden, pero las consecuencias de una hipoglucemia son mucho más graves», explica el médico, que insiste en que dejar a una persona durmiendo sola, si no responde a estímulos, puede ser peligroso.

¿Cuándo hay que acudir a Urgencias o solicitar asistencia médica?

En ocasiones, lo que parece una borrachera puede ser algo peor y será difícil discernir si no tenemos conocimientos médicos. Pero esto no quiere decir que todos aquellos que se emborrachen de más tengan que acabar en Urgencias. «En esto hay que tener sentido común y conocer las circunstancias de una persona. No todo el mundo debe acudir al hospital, pero tampoco se debe minimizar el hecho de que una persona se quede en el suelo y no responda. Puede estar pasando algo grave así que, como mínimo, debemos acompañarle», recalca el experto.

Cannabis y alcohol, dos depresores

Consumir alcohol y cannabis es doblar la apuesta en cuanto a efectos depresores de nuestro sistema nervioso central se refiere. El cannabis, mezclado o no con alcohol, puede derivar en una crisis que popularmente se suele denominar como blancón o blancazo. Un episodio transitorio de malestar ante el que no hay mucho que hacer; no se dispone de un antídoto mágico.

«El cannabis no suele ser un depresor tan grande, por la sencilla razón de que la gente que acostumbra a consumir cantidades altas lo hace porque lo tolera bien. Por contra, aquellos que no fuman nunca, suelen sufrir los efectos adversos muy rápido. Así, es más difícil que lleguen a un estado de coma», explica el portavoz de la SEMI.

La mezcla de porros y alcohol supone una depresión mayor del sistema nervioso central. Es probable que alguien que consuma ambos tóxicos acabe por no ingerir tanta bebida debido a que los efectos de uno y otro son sumatorios y el cannabis deprime muchas veces la necesidad de consumir otras cosas o activa el hambre al actuar sobre los receptores cerebrales. «Probablemente, una persona no llegará a eso consumos tan excesivos de alcohol», predice Novo.

Si bien esta droga puede provocar problemas sobre la tensión arterial, el riesgo mayor está en el largo plazo. «Aunque no hay grandes estudios, parece relacionarse con problemas vasculares y coronarios en consumos muy habituales», asegura el doctor.

¿Qué efectos puede causar la cocaína?

El consumo de cocaína y derivados, así como el de otras drogas psicoestimulantes —como anfetaminas o metanfetaminas—, está muy ligado al consumo de alcohol. Se trata de sustancias estimulantes del sistema nervioso central a las que, en ocasiones, se recurre para compensar los efectos depresores del alcohol con el paso de las horas. Un cóctel de alto riesgo según el internista del CHUS: «Esto es peligrosísimo. No va a provocar el coma o la somnolencia excesiva, pero puede provocar una actividad hipercompensadora del sistema circulatorio que derive en una arritmia, que lleve a un infarto de miocardio o incluso a un ictus».

Según relata el sanitario, un problema habitual tras el consumo de cocaína es que el consumidor se muestre incoherente. No son conscientes de su estado, por lo que la vigilancia pasa a ser fundamental. «Es muy difícil que la persona en cuestión sea mínimamente coherente para referir algún síntoma. En Urgencias solemos atender a pacientes que prácticamente son arrastrados por un amigo o un familiar», confiesa Novo. Así pues, si sospechamos de algún problema, habrá que salir a torear y lanzar preguntas sencillas: «Si nota dolor en el pecho o si respira bien. Son cuestiones simples que, aunque la persona no esté muy coherente, será capaz de responder».

Ante la presencia de dolor torácico, palpitaciones, respiración anormal o si percibimos que la persona se agota con esfuerzos pequeños, el doctor recomienda medir el pulso y comprobar si es normal. Y, en caso de duda, llamar a la ambulancia. «Mejor no jugársela», asegura.

En el escenario de que la persona haya consumido alucinógenos —drogas como éxtasis o LSD—, deberemos vigilar posibles accidentes ante un ‘mal viaje'. Pero este tipo de drogas no son tan peligrosas para el organismo.

Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé
Lois Balado Tomé

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.

A Coruña (1988). Redactor multimedia que lleva más de una década haciendo periodismo. Un viaje que empezó en televisión, continuó en la redacción de un periódico y que ahora navega en las aguas abiertas de Internet. Creo en las nuevas narrativas, en que cambian las formas de informarse pero que la necesidad por saber sigue ahí. Conté historias políticas, conté historias deportivas y ahora cuento historias de salud.