Todo sobre el hipo: ¿qué funciona para eliminarlo y por qué se produce?

Cinthya Martínez Lorenzo
CINTHYA MARTÍNEZ LA VOZ DE LA SALUD

EL BOTIQUÍN

Beber varios tragos de agua fría funciona para interrumpir el hipo
Beber varios tragos de agua fría funciona para interrumpir el hipo istock

Algunos remedios caseros como dejar de respirar durante unos segundos o que alguien nos de un susto, funcionan

16 feb 2024 . Actualizado a las 11:33 h.

Charles Osborne, un granjero de Iowa, en Estados Unidos, sufrió hipo ininterrumpidamente desde 1922 hasta 1990, 68 años seguidos. Durante los primeros años tenía 40 hipos por minuto, pero luego se redujeron a 20 hasta que acabó desapareciendo, unos meses antes de fallecer. Es un extraño récord Guinness al ser considerado el mayor tiempo que una persona lo ha sufrido, pero representa muy bien lo molesta que puede ser esta condición que todos hemos vivido alguna vez y que hemos intentado resolver con remedios caseros que pasan de generación a generación. Pero ¿qué evidencia científica existe sobre ellos?

Qué es el hipo

«Se llama hipo o singulto» (término latino que se puede traducir como jadeo o sollozo) al sonido que surge por la expulsión brusca de aire durante una contracción involuntaria del diafragma y de los músculos intercostales, con el posterior cierre de la glotis que produce ese ruido característico: ''hip''», explica Elena Collada, vocal de residentes de la comisión permanente de la Sociedad Española de Médicos Generales (SEMG).

Es decir, el reflejo del hipo consiste en una contracción repentina e involuntaria del diafragma y de los músculos intercostales que da lugar a una rápida ingesta de aire que provoca un cierre rápido y ruidoso de la glotis. Una abertura entre las cuerdas vocales situada en la laringe que, cuando comemos, permanece cerrada para evitar que alimentos y bebidas entren en los pulmones. 

«Hablamos de un fenómeno benigno y autolimitado en el tiempo», confirma la doctora. Así, cuando sufrimos un episodio de hipo, en un minuto suelen darse, de media, entre seis y doce característicos «hips». Con todo, Collada matiza que su frecuencia y duración pueden condicionar la calidad de vida del paciente y suponer un síntoma de una patología subyacente, en ocasiones grave.

Por eso, proporciona tres categorías en las que este puede clasificarse, en función de su evolución y respuesta al tratamiento: 

  • Agudo: aquel que dura menos de 48 horas. «Es la presentación más frecuente y suele ser benigna». 
  • Persistente: el episodio dura de 48 horas a menos de un mes. 
  • Intratable: cuando el hipo se prolonga más de un mes. 

«El hipo como motivo de consulta a un servicio de urgencias de hospital representa un caso de cada 8.000 pacientes al año», asegura la doctora. Por lo que se puede interpretar que los casos en los que esta condición se complica son bastante raros. 

Por qué se produce el hipo

En realidad, Collada confiesa que su fisiopatología no se conoce con exactitud: «Pero parece estar encaminada a la estimulación en algún punto del arco reflejo, con aferencias conformadas por ramas de los nervios vago, frénico y simpáticos torácicos, que llevan señales somáticas y sensoriales al tronco del encéfalo». 

Estas ramas nerviosas se dirigen desde el tronco encefálico hasta el abdomen, con divergencias en muchos órganos internos, incluidos el estómago, intestino, bazo, hígado, pulmones y riñones. De esta forma, una irritación en cualquier punto de este complejo circuito puede desencadenar el reflejo del hipo. Y por lo tanto, las causas del mismo pueden ser muy variadas.

Si se trata de un episodio agudo que dura menos de dos días, la doctora enumera como «posibles culpables» al consumo de bebidas carbonatadas, reflujo gastroesofágico, aerofagia (ingesta excesiva de aire en el tracto digestivo), comidas copiosas, ingesta de alcohol, tabaco, fármacos y estrés emocional. «No suele precisar tratamiento médico para su remisión al ser autolimitado», indica. 

En el caso de que el hipo se prolongue durante más de dos días, «el médico de urgencias debe sospechar posibles enfermedades subyacentes; en general suele relacionarse con la irritación o la lesión del nervio frénico», asegura. Entre las posibles patologías que puede haber detrás, Collada menciona el accidente cerebrovascular, encefalitis, traumatismo craneoencefálico, bocio, faringitis o neoplasias. 

El hipo ya nos acompaña en el útero

El hipo se manifiesta durante la vida intrauterina a partir de la decimoséptima o decimoctava semana de gestación. Sigue siendo relativamente habitual durante la infancia, disminuyendo a lo largo de la vida, sin llegar a desaparecer nunca.

Cómo se puede aliviar un episodio de hipo

Dejar de respirar durante unos segundos es una de las vías a las que recurrimos cuando sufrimos hipo. Y sí, funciona. Lo confirma la doctora: «Hacerlo durante diez o quince segundos ocasiona un aumento del CO2 en la sangre y esto hace que se activen los nervios responsables de los movimientos del diafragma».

Otro posible método que también es popular es el de beber varios tragos de agua fría. También funcionaría para acabar con el hipo, ya que el cambio de temperatura provoca un estímulo en el nervio vago, implicado en la aparición del hipo, obligando a que el diafragma se contraiga. 

Cuando nos dan un susto, interrumpimos por unos segundos la respiración. Posteriormente, la frecuencia respiratoria vuelve a la normalidad, por lo que también se favorece la desaparición del hipo. También cuando presionamos durante un tiempo los dos conductos auditivos externos. 

Quizás el remedio casero popular que menos funciona para quitarlo es beber un vaso de agua del revés. El hecho de ingerir un líquido provoca que se interrumpa durante unos segundos la respiración, alterando el ciclo, pero no es necesario hacerlo del revés, ya que beber por sí solo, ya funciona. 

Cuando los remedios caseros no funcionan: cómo se trata el hipo persistente

«En los casos de hipo no autolimitado, resistente a las maniobras físicas de estimulación vagal, se puede iniciar el tratamiento farmacológico. El fármaco de elección, es un inhibidor de la bomba de protones por vía oral, como por ejemplo, el omeprazol o la metoclopramida», confirma Collada.

Si bien hay que remarcar que este tratamiento debe ser indicado de forma individualizada. En casos muy graves puede procederse a la estimulación eléctrica transcutánea del nervio frénico o el bloqueo del mismo. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.