Luis Buzón, microbiólogo: «El antibiótico, cuantos menos días se indique, mejor»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Luiz Buzón, portavoz de la SEIMC.
Luiz Buzón, portavoz de la SEIMC.

El experto en enfermedades infecciosas, que reclama la creación de una especialidad en el sistema sanitario, explica que las bacterias «siempre van a ir por delante»

21 dic 2023 . Actualizado a las 20:49 h.

La Sociedad Madrileña de Microbiología Clínica (SMMC) alertó de la presencia del hongo Candida Parapsilosis, resistente al fluconazol, en varios hospitales de España. Desde la entidad, indicaron que esta cepa se caracterizaba por un alta resistencia y transmisibilidad. De hecho, señalaban que tan pronto como se detectasen afectados, se debía comenzar con el tratamiento adecuado. No es para menos, «una vez que tienes un brote, resulta extremedamente complicado eliminarlo», explica el doctor Luis Buzón, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). El experto detalla que, históricamente, no se la prestado tanta atención a los hongos; algo que sí ha ocurrido con la bacterias. Con todo, este tipo de brotes no es algo nuevo. «Hay trabajos españoles del año pasado, que acreditan que a nivel nacional existe la transmisión de varios clones de Candida Parapsilosis, resistentes al fluconazol», aclara en esta entrevista. 

—La SMMC alerta de la presencia de un patógeno emergente, «Candida Parapsilosis», ¿qué es?

—Las levaduras, a las que pertenece el género Candida, suelen producir en personas Inmunocompetentes infecciones superficiales, con afectación de la piel y de las mucosas, (por ejemplo, en mujeres candidiasis vaginal). Son formas superficiales, sin demasiada importancia en general mas allá de las molestias lógicas. Las infecciones invasivas causadas por Candida están relacionadas con los cuidados sanitarios. Son infecciones que suceden en gente que está en el hospital, en diálisis, o en postoperatorios o que tiene dispositivos intravasculares entre muchas otras circunstancias, y en general con el denominador común del uso concomitante de anti bacterianos. Así que, como vemos, estas infecciones no afectan a personas sanas que están en su casa. En general, hemos prestado durante muchos años un interés creciente a la resistencia a los antibacterianos, sin embargo, no hemos hecho mucho caso al mundo de los hongos.

—Pero ahora sí lo es. 

—Claro,candida parapsilosis, que es una especie que conocemos perfectamente desde hace décadas, se caracteriza por tener una sensibilidad reducida a un grupo de antifúngicos ya per sé, que se llaman equinocandinas, y ahora ha surgido el problema de la diseminación clonal. Es decir, hay clones de candida parapsilosis, que se transmiten con facilidad en los hospitales y que son resistentes al fluconazol. Esto tiene interés, porque al igual que en las bacterias, en los hongos y levaduras también puede haber clones que se diseminan de forma muy eficaz. 

—¿Qué es un clon en materia de microbiología?

—Imagina unos humanos que tuvieran mayor facilidad para reproducirse que otros por cuestiones genéticas y, además, sobrevivieran mejor a condiciones climáticas extremas. Sería de esperar que en un entorno muy hostil se reprodujera mejor que otros. Todo eso se traslada al mundo de las levaduras. 

—¿Hasta qué punto es transmisible?

—Igual que cualquier bacteria o levadura. De hecho, hay una serie de clones que están relacionados con estos brotes, que tienen ventajas para transmitirse con más facilidad, y por eso, producen brotes en los hospitales. Es más, hay trabajos españoles del año pasado, que acreditan que a nivel nacional existe la transmisión de varios clones de candida parapsilosis, resistentes al fluconazol. Una vez que entran en los hospitales pueden producir brotes, no necesariamente asociados al uso de fluconazol —es decir, no es necesario que los pacientes reciban este medicamento como un factor favorecedor—, sino que se pasan por el hospital a través de las manos, de las superficies, probablemente de los médicos, celadores o enfermeros. 

—Se dice que es superresistente, ¿es cierto? 

—Sí. Tiene que ver con los tres grandes grupos de fármacos que tenemos actualmente para tratar levaduras: las equinocandinas, a las cuales Candida parapsilosis es menos sensible de por sí; luego tienes los azoles, entre los que se incluye el fluconazol; y después se encuentran los polienos. De esta manera, los clones de Candida parapsilosis resistentes a fluconazol tienen dos de los tres grupos con su actividad afectada y es menor el número de opciones terapéuticas disponibles. 

—¿Qué hace que una bacteria o que un hongo se vuelva resistente?

—Las bacterias no hacen magia, solo que si tienes 300 millones en una infección en un cuerpo humano y hay 4 o 5 que son resistentes al fármaco que vas a poner, se produce un cuello de botella. Somos capaces de eliminar la gran mayoría, pero sobreviven las resistentes, y con el paso de los días, proliferan, se replican y ya has seleccionado una bacteria resistente. Entonces, no es tanto que las bacterias se hagan resistentes como una cosa mágica, sino como el hecho de que preexisten a nuestra intervención. 

—Es decir, que ya estaban ahí. 

—Sí. Y con una mala aplicación del antibiótico, en dosis incorrectas, en posologías inadecuadas, se favorece la selección de los mutantes preexistentes. De hecho, hay un concepto muy interesante que es de resistoma. Sabemos que hay bacterias que hemos rescatado del Ártico, que han estado sin exponerse al ser humano cientos de años, que tienen mecanismos de resistencia para antibióticos sintéticos diseñados hace apenas 20 años. Es decir, en el resistoma, preexisten mecanismos de resistencia a antibióticos que ni siquiera han sido diseñados. De tal manera que, si bien es cierto que con el uso de antibióticos salvan vidas y tratamos infecciones, es fundamental hacer un uso correcto lo que implica saber cómo ponerlos y a quién, para evitar ese fenómeno de selección natural de resistencia.

—¿Qué prácticas son incorrectas respecto a su uso?

—Un porcentaje altísimo de prescripciones de antibióticos son innecesarias, eso para empezar. En segundo lugar, se debe minimizar su uso absolutamente descontrolado a nivel industrial para otros sectores ajenos a la salud humana. Y luego, una vez que tienes una infección en humanos, lo fundamental es escoger el antimicrobiano correcto, utilizar la dosis adecuada y el tiempo apropiado. Cuantos menos días, mejor. Es un mito que hay que utilizar los 7, o 14 días, o números mágicos. Eso no es así. De hecho, sabemos perfectamente que para una infección muy característica, como es la neumonía por neumococo sin complicaciones, basta con 3 días de antibiótico bien puesto. Una infección urinaria no complicada en una mujer joven nos basta con una única dosis de fosfomicina. El ciclo de antibióticos es un mito. El uso correcto implica utilizar el antimicrobiano apropiado cuando es necesario, a las dosis correcta, y durante el menor tiempo posible para tratar la infección. 

—Para 2050, algunas estimaciones colocan a estas resistencias microbianas como la primera causa global de muerte. ¿Cómo se trabaja en su prevención?

—A nivel hospitalario, pasa por una reducción drástica del consumo de antibióticos, un uso correcto, lo que implica no tratar con antibióticos procesos que no lo precisan. Y elegir el antimicrobiano correcto, siempre el que sea de menor espectro. En tercer lugar, se deben prescribir las dosificaciones adecuadas; y por último, lo más corto posible dentro de lo indicado en cada proceso sin prolongarlo de manera innecesaria. En ese sentido son importantísimos los programas PROA, en los hospitales españoles, para un uso racional y optimización de antimicrobianos. Sería algo fundamental que las autoridades sanitarias lo entendiesen y se hiciese un esfuerzo real para cumplirlo. 

—España es el único país de la Unión Europea que todavía no ha reconocido la especialidad de Infecciosas.

—Claro. Muchas veces se pretende que se implemente sin recursos humanos, y en ese sentido es absolutamente imperativo que exista la especialidad de enfermedades infecciosas, porque son quienes deben ejecutar los programas PROA, ya que será necesario saber de antibióticos, bacterias o de microorganismos implicados en patología humana. Adquirir este conocimiento es complejo y se necesita un programa formativo específico, del que carecemos en España al no haber especialidad. Es necesario tener profesionales que se dediquen a ello, pero como en este país no la hay de momento, la implantación de este programa es bastante heterogénea en función del hospital, y en muchos ni siquiera existe como tal.

—¿Se conoce dónde residen estas superbacterias?

—La inmensa mayoría viven colonizando a los pacientes y/o a los trabajadores. Por ejemplo, el tubo digestivo tiene mucosas y las más importantes residen ahí, como parte de su flora ya modificada y enferma; o en la piel o incluso en superficies.  Algunas de ellas son capaces de colonizar superficies inertes durante meses,como pomos, barandillas, paredes y demás. Por eso, una vez que tienes un brote es extremadamente complicado quitarlas, hasta el punto de que a veces es necesario cerrar una unidad, literalmente, para desinfectarla. 

—¿Temen que la efectividad de los antibióticos tenga fecha de caducidad?

—Esto es una cuestión dinámica, las bacterias siempre van a ir por delante. Son extremadamente versátiles. Te pongo un ejemplo. Fleming descubrió la penicilina en 1929, poco después, las infecciones por estafilococos aureus eran tratables con ella. De hecho, se vio que la mortalidad por infecciones de estafilococo cayó drásticamente en la década de los 30. Fue una cosa brutal. ¿Qué pasó? Se empezó a vender la penicilina de muchas formas: en jabones, en cremas, y para todo. Había un uso indiscriminado, y en apenas diez años, el 95 % del estafilococos aureus ya eran resistentes la penicilina. Es decir, antes o después el uso indiscriminado de un antibiótico siempre acaba por hacer que la bacteria de turno se haga resistente. A día de hoy, más del 90 % de estafilococos son resistentes a la penicilina. Y eso es una herencia de aquella época. Por eso digo que las bacterias siempre irán por delante. Da igual la nueva molécula que diseñes, que más tarde o más temprano, la bacteria encontrará la forma de hacerse resistente y sobrevivir. En los años 80, nos manejábamos con siete antibióticos, y en la actualidad, nos valen de manera excepcional para tratar a algún paciente. Probablemente, de lo que tenemos ahora, en 20 o 30 años nos valdrá de poco, se quedará obsoleto y tendremos que ir modificando nuestro número de fármacos o antibióticos.  El problema es que el desarrollo comercial de los antibióticos, por parte de la industria farmacéutica, es una área que tiene muy poco estímulo para su diseño. 

—Se sospecha que a medio plazo, algunas infecciones transmitidas por mosquitos se vuelvan endémicas en España. ¿Debe ser motivo de preocupación?

—España ya tuvo enfermedades transmitidas por mosquitos en el pasado; hubo malaria en su día. Para que tengas enfermedades transmitidas por mosquitos solo se necesitan tres cosas: humanos, mosquito y el microorganismo. En ese sentido, en España, los mosquitos que nos han picado habitualmente pertenecen al género culex, que no se implican en la transmisión de enfermedades. Sin embargo, desde hace un tiempo, tenemos ya en algunos lugares de la península, la presencia de mosquitos del género Aedes, implicados en la transmisión de Dengue o Zika, entre otras. Si este mosquito es capaz de asentarse de forma endémica y estable, y acceden a la península personas virémicas, podrá establecerse el ciclo mediante el cual, la picadura de un mosquito a una persona enferma permite que el virus se instale en una comunidad de mosquitos y que estos, a su vez, puedan picar a personas sanas estableciéndose la enfermedad de forma endémica en el territorio nacional. 

—En los últimos años se ha hablado mucho de enfermedades infecciosas. La viruela del mono, el covid, la gripe aviar…¿Hay alguna que les preocupe especialmente?

—Nos preocupan las clásicas de siempre, como la tuberculosis. Es una enfermedad que mata a muchísima gente al año en todo el mundo. Es una patología del día a día, que seguimos manejando con fármacos bastante antiguos aunque tengamos fármacos nuevos de difícil acceso por cuestión de precio. De hecho, los casos de tuberculosis multirresistente son muy difíciles de manejar y un gran motivo de preocupación. Respecto a enfermedades virales, todas las que te imagines, y más con este aumento de la temperatura. Todas son preocupantes. En relación con el virus respiratorio, el covid-19 es un buen ejemplo. Nadie esperaba que un coronavirus fuese el causante de la siguiente pandemia respiratoria. Pero ahora tenemos el H5N1, de la gripe, que lleva diez o doce años amplificando progresivamente el espectro de animales que puede infectar y que a día de hoy está por todo el globo afectando no solo a aves, sino a  mamíferos terrestres o acuáticos. Es decir, que está relativamente cerca de infectar a mamíferos más parecidos al humano y al humano. 

—La gripe siempre está en boca de todos. 

—Sí, porque que hayamos tenido una pandemia de covid no modifica, ni para más ni para menos, el riesgo de otra pandemia por otro virus respiratorio. Con lo cual, los virus de la gripe siempre están ahí como motivo de preocupación. El virus respiratorio sincitial, al que le hemos dado una importancia creciente en adultos en los últimos años, es otra causa de morbilidad y mortalidad importantísima. Son muchos.

—Precisamente, estamos en plena época de catarros y gripes. ¿Se conocen cuántos virus pueden llegar a circular en invierno?

—Muchísimos. La gente llama gripe a lo que en la época de invierno le produce tos y/o fiebre y no es así. Por un lado están los virus de la gripe: la A y la B, los cuales causan la gripe estacional que todos conocemos. Luego tenemos el VRS, que es la causa de las epidemias en niños pequeños que colapsan la UVIS en invierno por bronquiolitis, pero que igualmente producen muchísima patología en adultos. También está el coronavirus estacional, otra causa de catarros invernales; el SARS-Cov-2, que se ha quedado circulando y hay que ver qué características adquirirá estos años venideros. Si se comportan como un virus estacional invernal o todo el año. Tenemos parainfluenza, que son un conjunto de virus parecidos a los de la gripe con un cuadro similar; tienes los rinovirus, que son la causa del carro con mocos de toda la vida.  Es decir, hay muchísimos virus respiratorios y más o menos comparten transmisión a lo largo de los meses invernales, es un poco variable. Probablemente, el rey es la gripe. De hecho, una de las grandes líneas de investigación, que yo creo que quien lo consiga será garantía de Nobel, es la vacuna universal de la gripe. 

—Las Infecciones de Transmisión Sexual se multiplican año a año. ¿Qué está pasando?

—Los datos son bastantes categóricos, al menos en los países que proporcionan datos fiables como España. Habría que separar dos grandes grupos: VIH y no VIH. El VIH ha disminuido claramente la transmisión de este en los últimos diez años en países como España y en su entorno, porque se han tomado una serie de medidas. Fuera de este, están la sífilis, la gonorrea o clamidia, entre otras, de las cuales ha habido un incremento de cifras en los últimos años y, muy probablemente, la gran causa sea el descenso del uso del preservativo. En los años 80 o 90, infectarse por VIH era bastante similar a recibir una sentencia de muerte, sobre todo,cuando no teníamos fármacos. Eso era un motivo suficiente como para concienciar del uso de preservativo. Pero a día de hoy, tenemos tratamiento retroviral, que es extremadamente efectivo, bien tolerado, hasta el punto de que en muchos entornos se haya podido banalizar la infección por VIH. Luego también es probable que estemos diagnosticando más porque estamos más encima, vigilamos más a esta población en el seno de programas estructurados de PreP.

Lucía Cancela
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Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.