La guía del asma: «Muchos pacientes siguen fumando y así la medicación antiinflamatoria es menos efectiva»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

Tener la necesidad de usar un inhalador de alivio rápido con frecuencia puede ser síntoma de que el asma esté empeorando.
Tener la necesidad de usar un inhalador de alivio rápido con frecuencia puede ser síntoma de que el asma esté empeorando.

En el Día Mundial del Asma, los expertos remarcan que la adherencia al tratamiento es clave para evitar complicaciones

07 may 2024 . Actualizado a las 14:04 h.

Los casos de asma están aumentando a nivel mundial, afectando a 340 millones de personas. «En España, se calcula que más de tres millones de personas la padecen, siendo una enfermedad que afecta a todas las edades. La prevalencia en niños se sitúa alrededor de un 10 % y en adultos, puede llegar a un 15 %», apunta Luis Domínguez, neumólogo del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). Aunque la aparición de fármacos biológicos y de inmunoterapia específica ha conseguido disminuir la mortalidad por esta enfermedad, incluso en los casos más graves, los expertos lamentan la falta de adherencia al tratamiento, clave para evitar crisis. 

¿Qué es el asma?

El asma es una enfermedad crónica. Se debe a la inflamación y contracción de los músculos que rodean las vías respiratorias, dificultando la respiración, ya que reduce la cantidad de aire que puede pasar por estas. Tiene una base genética, pero también existen una serie de factores desencadenantes. La exposición a irritantes y alérgenos, puede provocar signos y síntomas de asma. También la actividad física, el aire frío, el estrés, las emociones fuertes o ciertos medicamentos. 

¿Cuáles suelen ser los primeros síntomas?

«Los pacientes suelen acudir a consulta cuando sufren agudizaciones de asma, es decir, episodios severos. Al igual que cuando le provoca limitaciones, como tos con esfuerzo, nocturna o con la risa. Todo depende del espectro de gravedad en el que se encuentre la persona», señala el doctor. 

De esta forma, la falta de aire, el dolor u opresión del pecho y la tos, son los síntomas más típicos; aunque dependen de cada persona. «Existen casos de asma leves, otros que son intermitentes y los que ya son graves. Cada uno tiene su manejo específico», añade. 

¿Qué factores pueden contribuir a que el asma empeore?

Existen factores que propician tanto la aparición como el empeoramiento de esta enfermedad crónica. En algunos casos es provocada por el ejercicio físico y puede empeorar con el aire frío y seco. Pero también existe el asma que se produce por sustancias irritantes presentes en sitios cerrados, como gases, polvo o vapores químicos. Sin olvidarse del asma inducida por la alergia, desencadenada por sustancias transportadas por el aire. 

«La intensificación de fenómenos como sequías, inundaciones, incendios forestales, tormentas de arena y tormentas eléctricas ha provocado aumento de la contaminación del aire, la duración de la temporada de polen, la concentración de polen y moho y la alergenicidad del polen. Estos efectos tienen implicaciones para la aparición, la exacerbación y la necesidad de tratamiento del asma», amplía Juan Carlos Miralles, presidente del Comité de Asma de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).

Un hecho con el que concuerda Domínguez: «Que vaya aumentando la prevalencia es debido, en parte, al cambio climático. Muchas plantas procedentes de otro ámbito geográfico están llegando a Europa o España. Pasa, por ejemplo, con una muy típica del norte de América: la ambrosía. La alergia a ese tipo de pólenes va a cambiar». Además, considera que la estacionalidad en el asma es clave: «Por las alergias, ya que en las épocas en las que la planta está polinizando, puede haber pacientes alérgicos al polen que noten exacerbaciones. También aquellos que la sufren con los ácaros del polvo que, cuando más notan estos síntomas es en épocas de humedades o cambios estacionales. Sin olvidarse de las infecciones respiratorias, sobre todo en el caso de aquellos virus que son más típicos a lo largo del otoño y el invierno». 

¿Cuáles son los tratamientos disponibles?

Existen dos clases de tratamientos para el asma. Por un lado, aquellos destinados para las crisis, que propician un alivio rápido de los síntomas; y por otra banda, aquellos que ayudan a prevenir esos ataques, de mantenimiento. «Han evolucionado mucho a lo largo de estos años. Tenemos mejores fármacos tanto en el grupo de antiinflamatorios como en los broncodilatadores, al igual que para las asmas más graves, unos biológicos que, bien utilizados, ayudan mucho a tener un buen control de la enfermedad. En eso vamos progresando, pero la parte fundamental es la falta de adherencia al tratamiento que suele existir», alerta el neumólogo del Chuac. 

Domínguez considera que los pacientes tienen varios errores que propician que «solo la mitad de los pacientes de asma consigue controlarla». «En el Día Mundial del Asma (que se celebra hoy, 7 de mayo) es una de las cosas sobre las que más insistimos: la importancia de hacer bien las cosas. Hay personas asmáticas que siguen con el hábito tabáquico, o que sufren alergia a los gatos y aun así conviven con uno en casa. Todo eso siempre va a empeorar el cuadro», asegura. 

¿Cómo se pueden prevenir crisis de asma?

Aunque no existe un plan para prevenir el asma al cien por cien, sí existen medidas que pueden ayudar a conseguirlo. Lo primero es seguir las pautas del propio médico. «Intentamos que el paciente aprenda lo que es esta enfermedad crónica, que necesita de un tratamiento continuado. Aunque se sienta bien, tiene que seguir tomándolo. Debe saber diferenciar cuando es solo la inflamación que tiene el bronquio a cuando es un espasmo bronquial; controlar para qué es cada uno de los fármacos: controladores y aliviadores; y que conozca los síntomas de la propia enfermedad, evitando los desencadenantes», expone Domínguez.

Dejar a un lado el hábito tabáquico es fundamental. «Existen muchos pacientes asmáticos que siguen fumando, un alto porcentaje. Con lo cual, tienen un mayor riesgo de infecciones y la medicación antiinflamatoria es menos efectiva», señala el neumólogo. 

Otra medida de prevención es la vacunación y evitar los desencadenantes del asma, como alérgenos e irritantes. «Si me voy a exponer porque voy a entrar en un sitio donde sé que que hay muchos aerosoles o productos de limpieza, debo tomar precauciones. Si soy alérgico a los ácaros, intentar no acumular muchas cosas en casa y cuidar los niveles de humedad. Y en el caso de serlo al polen, poner un filtro al coche, ir con las ventanillas cerradas y evitar actividades que sabemos que nos pueden propiciar una crisis, como cortar el césped en plena época de polinización». 

Por último, identificar y tratar los ataques a tiempo. Si se actúa con rapidez es menos probable que se sufra un ataque grave y también serán necesarios menos medicamentos para controlar los síntomas. 

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.