Carlos González Juanatey, cardiólogo: «El nuevo fármaco para tratar el colesterol lo rebaja en más de un 50 %»

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez LA VOZ DE LA SALUD

ENFERMEDADES

OSCAR CELA

El doctor explica cómo funciona el nuevo fármaco inyectable para tratar el colesterol, remarcando que rebaja los niveles del LDL más de la mitad

28 oct 2023 . Actualizado a las 21:06 h.

Media España leía con atención estos días la aprobación de la financiación de un nuevo tratamiento para controlar los niveles de colesterol LDL, también conocido como «malo». Porque sí, aunque la cifra asusta, el 50 % de la población en nuestro país sufre hipercolesterolemia. Además, a la expectación se sumaba la curiosidad, ya que, a diferencia de todos los tratamientos que hay disponibles en el mercado a día de hoy, este es inyectable. El doctor Carlos González Juanatey, jefe del servicio de Cardiología en el Hospital Universitario Lucus Augusti (HULA) responde todas las dudas sobre Leqvio, el nombre comercial de Inclisirán y que muchos han bautizado —aunque erróneamente— como «la vacuna del colesterol». 

—¿En qué consiste este nuevo fármaco? 

—Es una innovación porque es un fármaco que va a actuar sobre el ARN de la célula —se encarga de trasladar la información genética de las células del cuerpo— . Silencia ese ARN que juega un papel importante en la síntesis de la proteína PCKS9, que tiene mucha relación con los niveles de colesterol en la sangre. Regula la síntesis y la degradación de los receptores de LDL en el hígado. De tal manera que si reducimos la síntesis de esa proteína, vamos a tener más receptores de LDL en el hígado y, así, se reducirán los niveles de colesterol en plasma, sangre. Esta terapia de silenciador de ARN es parecida al de las vacunas del covid. Es una nueva línea de innovación terapéutica en el tratamiento de la dislipemia, del colesterol elevado. 

—¿Quién podrá beneficiarse de este nuevo fármaco inyectable?

—En principio es un fármaco que va dirijo a los pacientes de más alto riesgo. Sobre todo, aquellos que han sufrido un evento cardiovascular previo, como un infarto de miocardio o un ictus isquémico, o que tienen enfermedad arterial periférica. También aquellos pacientes que padecen hipercolesterolemia familiar porque tienen un riesgo cardiovascular elevado. Cada vez es más exigente el objetivo de control y es difícil conseguirlo con los fármacos que tenemos hasta ahora, esa es la realidad. 

—Una persona que padece colesterol no puede ir a la consulta de su médico de cabecera y pedirlo porque cumple los requisitos. 

—Efectivamente, en principio, no. El Gobierno va a sacar unas condiciones de financiación del fármaco, con un informe de posicionamiento terapéutico que está a punto de salir y que va a ir dirigido a esos pacientes específicamente. Son los pacientes de más alto riesgo los que más se van a beneficiar. Además van a incluir que estos ya tienen que estar tratados con fármacos para bajar el colesterol, estatinas, y que no tienen un adecuado control. El nivel de LDL de estos pacientes tiene que ser de menos de 100 mg/dl. Es decir, va dirigido a un grupo de pacientes muy específico que son los de más alto riesgo y que ya están tratados, pero que no se controlan adecuadamente, con un nivel de LDL de 100 o por encima. Aunque nosotros sabemos que los pacientes deberían de tener un LDL de 55, de ahí para abajo, las condiciones de financiación nos lo han restringido un poco porque los pacientes que tengan entre 55 y 100 se quedan excluidos de la financiación. 

—Se deben de seguir igualmente las pautas de dieta y ejercicio. 

—Está claro. Lo que garantiza este fármaco son dos cosas. Uno, que es eficaz, porque baja el colesterol en esos pacientes que ya están tratados con estatinas o que son intolerantes a las mismas y no las pueden tomar. Les baja el colesterol más de un 50 %, pero tienen que complementarlo con la dieta y el ejercicio físico. Medidas que sabemos que tienen un impacto. Ahí están los equipos de enfermería y los médicos de atención primaria, con los programas de prevención, para que se lleven a cabo. Un paciente que ya ha tenido un infarto de miocardio sabe que tiene que hacer su dieta, restringiendo el aporte de grasas. Sobre todo grasas saturadas y transgénicas. Junto con el ejercicio físico, claro. 

—¿Tiene efectos secundarios?

—Además de ser eficaz, es muy seguro, porque en todos los ensayos clínicos donde se incluyeron pacientes tratados con este fármaco el único efecto secundario que puede producir, al ser de inyección subcutánea, es un poco alguna reacción ahí en el punto de inyección. Realmente, menos del 10 % de los pacientes la tienen. Pero no se ha identificado ningún otro efecto adverso.

—¿No se va a dispensar en farmacias comunitarias?

—No, es de prescripción hospitalaria. Primero, tiene que ser un especialista, ya sea un cardiólogo, el endocrino o el médico de medicina interna, el que prescriba el fármaco. Y además, se va a dispensar en farmacia hospitalaria. Al darse dos dosis al año, una administración cada seis meses, viene a solucionarnos un problema muy importante: los pacientes que han padecido un infarto y que tienen que tener el colesterol muy bien controlado, muchos de ellos abandonan el tratamiento. Acaban dejando las pastillas. De esta forma, sabemos que la adherencia está asegurada porque vienen al hospital, se le pone la inyección y se va para su casa. Garantiza que le va a bajar el colesterol un 50 % del nivel que parta. 

—¿Por qué cree que se da esta falta de adherencia?

—Ya contamos con tratamientos orales potentes. No solo con estatinas, también combinado con Ezetimibe, que es un inhibidor de la absorción del colesterol. Las estatinas de alta potencia más Ezetimibe sabemos que logran reducir el LDL por debajo del 50 %. Pero en la práctica clínica, y esto lo vemos cada vez que se hace un registro en España, en Europa o incluso en territorio gallego, a pesar de tener tratamientos orales potentes, el porcentaje de pacientes controlados es muy bajo. Algo estamos haciendo mal.

—¿Se abandona la medicación?

—Sí, los pacientes que no cumplen adecuadamente con el tratamiento es porque dejan de tomar la medicación, no la toman bien o no hacen bien la dieta. Pero también fallamos los médicos porque la inercia...

—La mitad de los españoles tiene el colesterol alto, ¿cómo hemos llegado a esta situación?

—Al final, la base son nuestros hábitos de vida: la dieta y el ejercicio físico. Nosotros siempre decimos que uno puede, en un 80 %, evitar sufrir un infarto en el futuro; si tengo bien controlados mis factores de riesgo. Por ejemplo, que mi tensión esté en su sitio, mi colesterol también, no fumo, hago actividad física y no soy diabético. Es decir, con dieta, ejercicio físico y no fumando, uno puede hacer una prevención eficaz.

El problema es que nuestro estilo de vida hace que eso no se controle, lógicamente. Un porcentaje de población de España, ya desde jóvenes, sufren sobrepeso y obesidad. Está ligado a nuestra dieta y nuestro poco ejercicio físico y se va a traducir en cifras elevadas de colesterol. Más del 50 % de la población lo tiene elevado. Y sabemos que el colesterol es un agente causal, es decir, causa enfermedad vascular. El control de la diabetes es mejor en España que el control del colesterol. 

—Cuando se sufre un accidente cardiovascular, ¿se toma conciencia?

—Claro, cuando uno sufre un infarto se asusta mucho. Piensa que se va a morir y, lógicamente, tiene un impacto muy grande. Normalmente esos pacientes se incluyen en programas de rehabilitación cardíaca donde no solo hacen ejercicio controlado, sino que hacen un cambio de vida, de hábitos. Todo lo mal que hacían antes, intentar corregirlo. Estos programas, normalmente, duran un tiempo, como un año. Pero sabemos que a partir de ahí, los pacientes empiezan a decaer. Aquel que dejó de fumar, un porcentaje que no es pequeño, vuelve al hábito. El control de los factores de riesgo va decayendo. De hecho, a los dos años de haber tenido un infarto, más del 50 % de los pacientes vuelve a fumar. Es terrible. Por lo tanto, al principio lo hacen bien, pero… Por eso es importante que esos programas y cambios del estilo de vida se refuercen y, sobre todo, en atención primaria. Juega un papel importante para que se refuercen porque son para toda la vida. Para siempre.  

—Comentaba usted antes que esta nueva solución inyectable se prescribirá en un grupo de pacientes que está tomando estatinas, pero aún así no tiene controlado el colesterol LDL. ¿Cuándo se prescriben las estatinas?

—En un paciente que ya ha sufrido un infarto de miocardio hay que tratarlo siempre con estatinas. En la prevención primaria, es decir, pacientes que tienen el colesterol alto pero no han tenido un ictus, infarto, ni enfermedad arterial, el tratamiento se establece en base a una escala de características clínicas que definen su riesgo. Si por esta escala, esas tablas de cálculo del riesgo que se llaman «Score», eres un paciente de muy alto riesgo, tu objetivo de control de colesterol es mucho más estricto. Y ahí, a veces, solo con el ejercicio físico y la dieta, no es suficiente. Necesitas tomar una estatina. Si tu riesgo es muy alto, tu objetivo es como el del paciente que ya ha tenido un infarto: el LDL debe estar en 55. 

—¿Cuáles suelen ser estos pacientes de muy alto riesgo aunque no hayan sufrido un infarto?

—Los pacientes diabéticos, con insuficiencia renal, que tienen muchos factores de riesgo. La gran mayoría de ellos están tratados con estatinas porque no alcanzan los objetivos con dieta y ejercicio físico.

—Existe un porcentaje que sí que cuidan su estilo de vida, pero sufren hipercolesterolemia familiar. 

—Sí, es un subgrupo de pacientes especiales. Tienen enfermedad arterial precoz y debutan muy pronto. Ahí sí que todos deberían tratarse con estatinas porque cuentan con alto riesgo cardiovascular. Incluso en edades precoces, empiezan el tratamiento. Su objetivo es un control intensivo, importante, y necesitan, la mayor parte de ellos, fármacos. Y no solo con estatinas, también tratamientos combinados. 

—Muchos de ellos sí podrían optar a este nuevo fármaco inyectable. 

—Sí, tal como comentaba sobre las condiciones de financiación, la hipercolesterolemia familiar está incluida. Se beneficiarán aquellos que ya están en tratamiento con estatinas, pero que aun así, no alcancen un LDL por debajo de 100.

¿Cuáles son los niveles normales de colesterol?
  • Colesterol total: 
    • Normal: menos de 200 mg/dl.
    • Normal-alto: entre 200 y 240 mg/dl. Se considera hipercolesterolemia a los niveles de colesterol total superiores a 200 mg/dl.
    • Alto: por encima de 240 mg/dl.
  • Colesterol LDL: 
    • Pacientes con enfermedad cardiovascular: cLDL <55mg/dl.
    • Personas sin enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo: cLDL<160 mg/dl.
    • En el resto de personas deben individualizarse los valores considerados como normales.
  • Colesterol HDL: 
    • Normal: superior a 35 mg/dl en el hombre y 40 mg/dl en la mujer.

Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo
Cinthya Martínez Lorenzo

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.

De Noia, A Coruña (1997). Graduada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela, me especialicé en nuevas narrativas en el MPXA. Después de trabajar en la edición local de La Voz de Galicia en Santiago, me embarco en esta nueva aventura para escribir sobre nuestro bien más preciado: la salud.