«Rompen la barrera del aparato digestivo», dice una médico digestivo sobre las competiciones de comida

ENFERMEDADES

Un hombre durante el campeonato de comer mejillones en Rusia.
Un hombre durante el campeonato de comer mejillones en Rusia. YURI KOCHETKOV | EFE

La doctora Pilar Esteban explica las consecuencias de comer grandes cantidades de alimento en muy poco tiempo

05 feb 2024 . Actualizado a las 20:02 h.

Comerse kilos y kilos de comida es un reto para el cual el cuerpo no está preparado aunque la viralidad en internet lo premie. Desde hace unos años, Galicia importa los concursos de comilonas desde Estados Unidos y varios restaurantes los ofrecen. Solo algunos se atreven a probarlo y se mire por donde se mire no salen bien premiados. 

Estos retos también están presentes en las redes sociales. En TikTok, existe una tendencia conocida con el nombre de Mukbang, en el que un creador de contenido se graba comiendo grandes ingestas de ultraprocesados. Los millones que consigues en seguidores, los pierden en salud. La doctora Pilar Esteban (@dra.pilaresteban), médico especialista en Aparato Digestivo en el Hospital Universitario Morales Meseguer, de Murcia, y directora del comité de Nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo, lo deja claro: «Los que participan no son conscientes de las posibles complicaciones del mal uso de la comida».

—¿Cuánta cantidad de alimento puede soportar el estómago por ingesta?

—Es algo que se mide entre líquidos y sólidos, pero varía mucho entre personas, porque no es lo mismo para alguien que mida 1,90 que 1,50. De media, se sitúa en unos dos kilogramos, como mucho. 

—¿De qué depende la capacidad del aparato digestivo en cuanto a comida se refiere?

—Más allá del tamaño de la persona, también depende de la capacidad de distensión gástrica y de la motilidad intestinal. Es decir, cuando comemos, la comida tiene que pasar por el esófago, que es un tubo relativamente pequeño, de unos 3 centímetros de diámetro y una longitud aproximada de unos 20 centímetros. Llega a la cavidad gástrica, que es el estómago, el cual puede distenderse. En condiciones de ayuno suele estar colapsado, como cerrado, pero tiene capacidad de aumentar de tamaño al comer. A modo de ejemplo, podría ser como una bota de vino. Tiene una forma de habichuela y cuando se llena, se suele distender por la parte de arriba del estómago, que es el fondo gástrico y suele tener unos pliegues muy arrugados, como si fueran un pequeño acordeón. Cuando comemos, sólidos o líquidos, la comida se va hacia esa zona, que se llama fundus. Como decía, suele poder albergar, en función del peso, de la altura y del fenotipo del paciente, unos dos litros de contenido aproximadamente. 

—Este viernes, La Voz de Galicia publicaba un artículo con las «crónicas carnívoras» gallegas. Le digo algún ejemplo: hamburguesas de dos kilos, bocatas de 50 centímetros o tres kilogramos de cocido. ¿Qué consecuencias pueden tener para la salud?

—Estos retos, que implican mucha cantidad en muy poco tiempo, pueden tener muchísimos riesgos. Uno de ellos es la distensión gástrica aguda. De repente, llega al estómago una gran cantidad de alimentos en muy poco tiempo, se distiende muy rápidamente y esto puede comprometer la vascularización sanguínea de la pared del estómago. Ese aumento de volumen tan brusco puede subir el diafragma, porque está al lado, y afectar a la respiración, de forma que la capacidad pulmonar disminuya. En otros pacientes, puede producirse un aumento de la broncoaspiración, es decir, que la comida no consiga progresar por su sitio habitual hacia el intestino delgado, de forma que la union del esogafo con el estomago se quede abierta, los alimentos regurgugitan hacia el esofago y, cuando llegue a la orofaringe, pueda por accidente o rebosamiento pasar a la vía respiratoria. Esto provocaría una broncoaspiración pulmonar. Otra de las consecuencias son unas alteraciones metabólicas importantes, porque hace un disbalance de la subida de lípidos y glucosa en sangre, que causan una hiperestimulación del páncreas, de la secreción de insulina, y también un aumento desmesurado de las secreciones biliopancreáticas. Esto puede conducir a los síndromes de Dumping, con síntomas como náuseas, vómitos, diarrea, e incluso episodios de síncope vasovagales.

—Nunca he visto un reto de comerse 10 kilos de fruta, los protagonistas suelen ser los ultraprocesados. ¿Esto agrava la situación?

—Claro, esto puede llevar a problemas a largo plazo. Entiendo que las personas que se someten a estos retos harán entrenamientos previos, lo cual puede causarles trastornos alimentarios como trastorno por atracón, o bulimia; por supuesto, obesidad; alteraciones digestivas como gastritis, reflujo gastroesofágico, regurgitaciones, y enfermedades metabólicas, sobre todo, con el aumento del riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares. Estos son los problemas a largo plazo. 

—Si la persona, para prepararse, pasa todo el día sin comer, ¿el organismo puede tener una especie de shock al recibir la comida?

—No. El aparato digestivo, aunque no tenga comida en todo el día, sigue moviéndose solo. Tiene que hacer frente a todas las secreciones ácido pépticas que segrega independientemente de que pueda haber comida o no. Pero sí que es verdad que estos atracones, que se producen tan de repente, puede producir alteraciones metabólicas. Que hagan picos agudos de subidas de niveles tanto de glucosa como de insulina en sangre, de forma que se desencadena una respuesta inflamatoria, se precipitan estados de hiperglucemia o, en casos extremos en los que la distensión es muy repentina, una gastroparesia. Esto sucede cuando el aparato carece de capacidad de poder moverse porque la pared del estómago está tan distendida, que su musculatura no es capaz de contraerse con un movimiento peristáltico efectivo para poder progresar la comida. Y ya, en casos muy extremos aunque descritos en este perfil de pacientes, que tenga lugar un episodio de ruptura gástrica, o lo que es lo mismo, de perforación de la pared como consecuencia de la distensión. 

—Para más inri, algunos retos incluyen la ingesta de alcohol o refrescos. ¿Es una dificultad extra?

—Claro, porque favorece todo lo que estamos hablando. Produce más distensión de la pared abdominal, lo que se suma, muchas veces, a las grandes cantidades de azúcar que pueden tener otras bebidas como los refrescos, lo que empeoraría las alteraciones metabólicas y los estados de hiperglucemia, por ejemplo. 

—Termina el reto, ¿cómo creen que se quedan estas personas?

—Creo que muchos de ellos pueden entrar en un estado letárgico, todo depende del entrenamiento previo que lleven y de la tolerancia, claro. Con todo, y de forma general, supongo que les entrará mucho sueño. Toda la vascularización sanguínea intenta ir hacia las paredes del aparato digestivo para hacerle frente e intentar mover esa comida, y sacarla del estómago para que progrese por el intestino delgado. El estómago, en la parte superior, tiene una válvula que es la unión esofagogástrica, la cual pretende funcionar como una válvula para que la comida no suba hacia el esofago. Y luego, a nivel distal, hay otra válvula llamada píloro, que favorece el movimiento de nuestro estómago y que la comida, que ya ha sido procesada, avance hacia el marco duodenal, que es un tubo mucho más fino. Todos estos movimientos, en condiciones fisiológicas normales, se hacen de forma lenta y progresiva. 

—No sucede en estos casos. 

—Claro. Por eso, muchas veces, el impacto de toda esa comida vence ambos esfínteres y, o bien la persona vomita por rebosamiento —que sería algo que mejoraría la sensación de distensión aguda—, o finalmente, acaba pasando a través del píloro. Si esto sucede, como lo hace rápido, se produce un pico, un aumento de la secreción pancreática de insulina, que puede llevar a una alteración metabólica grave. Así, lo normal es que esta gente suela estar con molestias abdominales, con dolor, con una digestión muy pesada, lenta e, incluso, algunos, con ciertas sensaciones de sudoración, náuseas, vómitos o síncopes, como consecuencia de alteraciones metabólicas. 

—¿Y si la preparación contiene picante?

—El picante al final es un excitante, por lo que aumentará todavía más la secreción ácido péptica y puede favorecer, todavía más, las complicaciones que hemos descrito. 

—Toda una incoherencia desde el punto de vista médico. 

—Totalmente. Va contra la fisiología normal del ser humano y rompe la barrera del aparato digestivo. Creo que no son conocedores de las posibles complicaciones que la alimentación y el mal uso de la comida pueden hacer por su salud. 

—¿Parece un juego cuando conlleva un peligro?

—Claro. El problema es la rapidez con la que comen. Es decir, si comiesen mucha comida ultraprocesada y de mala calidad poco a poco, a lo largo del día, tendrá muchos efectos colaterales metabólicos a largo plazo, pero no derivará en un cuadro clínico tan agudo, aparatoso y con tantas posibles complicaciones como es el atracón desmedido en pocos minutos. 

—¿Le suele llegar mucha gente con estos problemas?

—En principio, no, no es habitual. Hemos tenido algunos y los hemos resuelto con tiempo, paciencia. Les ponemos una sonda nasogástrica y fármacos intravenosos para intentar progresar todo el alimento. En cambio, sí tenemos muchos pacientes que vienen con ingestas de cuerpos extraños como dentaduras postizas, pintalabios, rimel, monedas, jeringuillas o cuchillas. 

—¿Y las causas?

—Donde más lo solemos ver es en los niños; y después, en pacientes con trastornos psiquiátricos.

Lucía Cancela
Lucía Cancela
Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.