Así funciona el escaneo de alimentos de supermercado 2.0: «Esta hogaza con cereales parece un chiste malo»

Lucía Cancela
Lucía Cancela LA VOZ DE LA SALUD

VIDA SALUDABLE

Varios usuarios deciden llevarse el móvil al supermercado para escanear productos y comprobar su calidad nutricional.
Varios usuarios deciden llevarse el móvil al supermercado para escanear productos y comprobar su calidad nutricional. iStock

Antonio Rodríguez, fundador de «Sinazucar.org», lanza una aplicación llamada Carmen, que analiza la cesta de la compra

12 feb 2024 . Actualizado a las 19:57 h.

El refrán dice que una imagen vale más que mil palabras. Antonio Rodríguez, fundador de Sinazucar.org, lo sabe de primera mano. En el 2017, creó esta plataforma para compartir fotografías de productos alimenticios que se pueden encontrar en un supermercado y su equivalencia en terrones de azúcar. No tardó en hacerse viral. Ver cómo las galletas de la infancia contenían más de 30 gramos sorprendió a más de uno e hizo que redujese su consumo. La campaña había cumplido con su objetivo: concienciar sobre el azúcar añadido y oculto. Su consumo frecuente se ha relacionado con distintas enfermedades como la obesidad o la diabetes

Desde entonces, los interesados en una alimentación saludable no han parado de crecer. Para saber discernir lo saludable, de aquello de peor calidad nutricional, es fundamental saber leer etiquetas para que no te cuelen gato por liebre, aunque el proceso de aprender puede hacerse cuesta arriba. Por eso, cada vez resulta menos distópico ver a un usuario escaneando un alimento con su móvil para que una aplicación haga el trabajo por él. 

Hasta ahora, las plataformas disponibles ponían nota a la amplia oferta de comida, así como un semáforo de colores, siendo el verde la mejor opción, y el rojo, la peor. Pero para algunos, no era suficiente. «Durante todo este tiempo desde que surgió la iniciativa de las fotografías, nos seguían llegando muchas preguntas sobre si un producto era saludable o no, porque al final, va más allá de una lista de ingredientes», explica Antonio Rodríguez.

Tanto él, como su equipo, veían que muchos consumidores todavía se confundían entre proteínas, hidratos y grasas, pese a la existencia de otras aplicaciones como la francesa Yuka. «La información que podrían darte es demasiado críptica, de nada sirve que se analice un producto y que muestre los datos nutricionales, si al final, no está en el lenguaje de las personas», destaca el fundador. 

Así que detectaron la oportunidad y decidieron aprovecharla. Carmen AI acaba de salir al mercado para mejorar la cesta de la compra. «Es una aplicación que combina el clásico funcionamiento de lectura de códigos de barras, con inteligencia artificial como Chat GPT. Lo mejor de ambos mundos», explica Rodríguez, uno de sus creadores. Para su valoración, utiliza un lenguaje cercano, sencillo y directo, sin demasiados tecnicismos. Además, «tiene un chat en el que el usuario puede preguntarle por mejores alternativas del producto o pedirle una idea de menú, con recetas, para bajar de peso», añade. 

El nombre esconde un significado especial detrás. Carmen es la hija, de algo más de dos años, del fundador de Sinazucar.org: «Siempre ha sentido mucha curiosidad por la alimentación y creo que es porque siempre me ha visto muy metido en ello. Por ejemplo, en el día a día, cuando ve un producto nuevo, siempre me pregunta si es bueno o malo y cuándo lo puede comer», detalla. Esta filosofía es, precisamente, en la que se basa la app homónima. «Lo explica todo de forma muy sencilla y no cae en extremismos», indica Rodríguez, quién reconoce la preocupación por los trastornos de la conducta alimentaria.

Cómo funciona

Una vez el consumidor escanea un producto, el programa emplea un algoritmo en el que se mezclan distintos estándares de salud. ¿En qué se basa que un paquete de jamón serrano obtenga un cinco y no un diez? «La valoración utiliza el criterio de la OMS del perfil de nutrientes —que, por ejemplo, reza que si un yogur supera los 10 gramos de azúcar ya no es razonable—, así como otras mediciones como la chilena, basada en un sistema de sellos que indican si algo es alto en azúcar o grasas saturadas», indica su creador. La app pone todo sobre la mesa y proporciona una valoración final al que está al otro lado de la pantalla. 

La Voz de la Salud prueba Carmen AI

Le pedimos a Carmen que analice una marca de Kéfir natural. El producto obtiene un 10 de 10, y un semáforo en verde: «Excelente», dice, a la que vez que añade: «Kéfir natural, el rey de los lácteos saludables, con una puntuación nutricional perfecta». A continuación, en pleno alarde de confianza, da su opinión: «Es como un superhéroe de los lácteos, con sus fermentos lácticos que cuidan tu barriga como si fueran súper poderes. Con poquitas grasas, unas proteínas que te ponen fuerte y un toquecito de azúcar que lo hace dulce sin pasarse. Es como el rey de la fiesta para tus intestinos, con esos fermentos kéfir que son como una orquesta de la salud». Difícil que esta tecnología no convenza a alguien. 

Siguiente producto, unas galletas con formas de perritos que presumen de ser orgánicas. ¿Sí o no? Carmen lo deja claro: «Una monada poco nutriente». Están suspendidas con un tres sobre diez. Así lo justifica: «Con un empaque que grita «¡cómeme!», estas Mini Cookies Bio pueden parecer inocentes, pero si escarbamos en sus ingredientes y valores nutricionales, nos llevamos una sorpresa. Aunque son orgánicas, estas criaturas crujientes esconden azúcares y grasa en cantidades que nuestros cuerpos preferirían no encontrar (...). Si nos ponemos estrictos con el tema de ultraprocesados, se llevan un tirón de orejas por la lecitina. Por lo tanto, es mejor optar por algo más fresco y menos enmascarado». 

Momento para un pan de molde que todos podemos tener por casa: una hogaza de cereales. ¿Qué opina esta inteligencia artificial? «Saca una sonrisa pero no gana medallas. Esta hogaza con cereales es como un chiste malo, te hace reír pero no es para tanto», comienza diciendo. «Aunque parece un desfine de granos saludables, tiene el as bajo la manga: ¡harina de trigo refinada! Y para colmo, ¡aceite de girasol! Con tantos ingredientes suena como un concierto desafinado». 

Carmen también es cocinillas. Por ejemplo, en la redacción teníamos sobras de un pan de molde con un 30 % de avena. Le pedimos que nos de una receta para evitar tirarlo. No tarda más de diez segundos en contestar: «Una deliciosa y sencilla receta es preparar tostadas francesas saludables. Solo necesitas rebanadas de ese pan, huevo batido, un chorrito de leche, canela y un toque de esencia de vainilla. Remoja las rebanadas en la mezcla de todos los ingredientes y luego cocínalas a la plancha hasta que estén doradas. ¡Son una opción deliciosa para el desayuno o la merienda!». 

No sustituye a un profesional

El fundador reconoce que existe cierto margen de error y todavía quedan problemas que ir resolviendo. La inteligencia artificial está lejos de alcanzar a la humana, especialmente, en materia emocional. «Por así decirlo, hemos tenido que llevar a Carmen al psicólogo, para que aprendiese a moderar sus respuestas. Muchas veces se comportaba de una manera no adecuada. También le hemos explicado, por ejemplo, cómo leer las etiquetas», señala.  

En ningún caso, esta aplicación sustituye a la figura del dietista-nutricionista. «Algunos compañeros del sector pueden mirar con cierto recelo este tipo de herramientas, porque es cierto que todavía no existen estudios científicos que avalen su utilidad», indica. Llevan poco tiempo en el mercado y, por el momento, su uso se basa en la experiencia de usuario. «Nosotros tenemos muy claro que esta plataforma es un recurso de acompañamiento para tener una mejor alimentación, pero no desplaza al dietista-nutricionista», indica. Es más, recuerda que en caso de enfermedad, lo mejor es consultar cada indicación con un especialista.

Lucía Cancela
Lucía Cancela
Lucía Cancela

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.

Graduada en Periodismo y CAV. Me especialicé en nuevos formatos en el MPXA. Antes, pasé por Sociedad y después, por la delegación de A Coruña de La Voz de Galicia. Ahora, como redactora en La Voz de la Salud, es momento de contar y seguir aprendiendo sobre ciencia y salud.